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Recortes presupuestarios

Botella se prepara para más de cuatro meses de protestas laborales

El Ayuntamiento de Madrid se prepara para cuatro meses de protestas laborales

Las voces más optimistas del Ayuntamiento de la capital confían en que, antes del viernes, pueda llegarse a un acuerdo para poner fin a la huelga de limpieza que desde hace ya más de una semana viene dejando imágenes de suciedad de Madrid que han dado la vuelta al mundo.

En todo caso, cuando la alcaldesa Ana Botella dé por cerrada esta crisis, tendrá a la vuelta de la esquina nuevos conflictos laborales a los que hacer frente. El consistorio tiene marcados en rojo los meses de enero, cuando debe entrar en vigor el nuevo contrato de recogida de basuras y el de marzo, cuando ya debe estar negociándose el convenio colectivo de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), la empresa pública de autobuses de la capital. "No nos engañemos. Tampoco va a ser fácil", valora un alto dirigente municipal consultado por infoLibre.

En el caso de la Empresa Municipal de Transportes, el 31 de diciembre vence el convenio colectivo 2012-2013. Según este mismo texto, "el inicio del proceso de negociación para el nuevo convenio, será de un mes a contar desde el 1 de Enero de 2014, y el plazo máximo para la negociación del mismo será de doce meses a partir de su inicio". El proceso no se intuye fácil, máxime cuando el último consejo de administración de la empresa pública ha puesto sobre la mesa una reducción salarial de más del 7% para 2014. Además, en las últimas semanas se ha ejecutado una reducción del servicio en cerca de una una veintena de líneas de autobuses.

Más inmediato en el tiempo, el concurso para designar a la compañía que se encargará de la recogida de basuras en la ciudad de Madrid aún no ha sido convocado. Según avanzó este diario, los sindicatos están en estado de alerta con el temor de que los recortes que tienen ahora en pie de guerra a las concesionarias de los servicios de limpieza y jardinería sean un aviso de lo que les está por llegar. 

Fuentes de CCOO en el Ayuntamiento de Madrid estiman en un 25% la reducción de los fondos destinados a limpieza de las calles si se comparan estos presupuestos con los del periodo anterior.

¿Cómo afecta esto a la alcaldesa?

Pese a que la sustituya de Alberto Ruiz-Gallardón al frente del Ayuntamiento de Madrid ha intentado desviar las responsabilidades de los trabajadores de limpieza y jardinería a las empresas adjudicatarias –dijo que se trataba de un asunto a resolver "entre empresarios y trabajadores"–, estos conflictos y las imágenes de la capital de España llena de basura que empiezan ya a dar la vuelta al mundo, minan su popularidad.

Su tarea no sólo está siendo cuestionada por sus adversarios en el resto de grupos parlamentarios del consistorio, que piden que asuma responsabilidades políticas si no sabe llevar las riendas de la ciudad. También empieza a ser cuestionada dentro de su propio partido y hay voces que la animan a tomar una decisión rápida o contundente como recurrir a otras empresas para la limpieza de Madrid y prescindir de las que están en huelga o, incluso, la de recurrir a la de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

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Tras las cinco muertes del Madrid Arena y el fracaso de la candidatura olímpica de Madrid, esta última huelga de limpieza vuelve a dirigir algunas de las miradas del PP a la alcaldesa. Fuertemente cuestionada en algunos sectores de su partido, Botella no ha dado hasta la fecha pistas sobre sus planes de futuro y se muestra esquiva cada vez que se pone sobre la mesa la posibilidad de ser cabeza de lista al Ayuntamiento. Una decisión, no obstante, que en última instancia depende del presidente del Gobierno y de las encuestas.

Hasta la fecha, las encuestas en poder de la dirección nacional del partido no pintan nada bien ni para el ayuntamiento ni para la Comunidad. El escenario no es tan grave como en la Comunitat Valenciana y el ayuntamiento de Valencia, donde el PP pierde, pero la mayoría absoluta en el Gobierno regional y en Cibeles se ha esfumado.

Sus defensores esgrimen que Botella aterrizó en el despacho de Ruiz-Gallardón cuando Madrid era ya la ciudad con mayor deuda de toda España y que gran parte de las políticas que está llevando ahora a cabo son para terminar la legislatura con las cuentas saneadas.

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