Los abusos de la banca

Rato privilegió a los grandes fondos frente a las familias al recomprar preferentes de Bankia

El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, a su llegada a la Audiencia Nacional para declarar como imputado en el 'caso Bankia', el 20 de diciembre de 2012.

Rodrigo Rato privilegió a los grandes inversores frente a los pequeños ahorradores a la hora de recomprar deuda subordinada y participaciones preferentes cuando era presidente de Bankia. Así se desprende de los informes aportados por el Banco de España al magistrado Fernando Andreu, que se encarga de instruir el caso Bankia en la Audiencia Nacional. Mientras a los inversores institucionales, Rato les devolvió en noviembre de 2011 hasta el 60% de sus inversiones en dinero líquido, tan solo unos meses después, en marzo de 2012, los pequeños ahorradores tuvieron que conformarse con acciones, cuyos precios se desplomarían meses después perdiendo prácticamente todo su valor.

La caja presidida por Rato solicitó el 25 de noviembre de 2011 la autorización al Banco de España para devolver hasta el 75% en metálico a los grandes inversores que habían adquirido subordinadas y preferentes. La solicitud de Bankia tenía como objetivo la recompra de emisiones por un impor de hasta 3.200 millones de euros de valor nominal, aunque al final solo ejecutaron el retorno de 716 millones de euros de este capital. Estos inversores mayoristas habían invertido en subordinadas y preferentes de Caja Madrid, Bancaja, Caja Insular de Canarias, Caja Ávila, Caja de Segovia y Caja de Ahorros de La Rioja.

Desplome de las acciones

El 5 de marzo de 2012, cuatro meses después de que los inversores institucionales salvaran un pedazo importante de sus ruinosas inversiones en subordinadas y preferentes, Bankia puso en marcha otra operación de recompra de preferentes, pero esta vez dirigida al mercado minorista (los pequeños ahorradores). Pero las familias recibieron su dinero en acciones que la caja y no en dinero en efectivo.

Además, con el paso del tiempo, estos títulos han perdido una parte importante de su valor. Uno de los informes del Banco de España sobre esta operación, al que ha tenido acceso infoLibre, confirma que la caja pagó un 75% del precio inicial en acciones, pese a que dos valoraciones que se mantuvieron en secreto apuntaban que su valor real era del 21% de la inversión inicial. Es decir, Rato asumió la pérdida de casi 900 millones para evitar las críticas de miles de clientes de la caja. Lo que los banqueros denominan riesgo reputacional.

Salida a Bolsa

Para afrontar las dos recompras de preferentes y subordinadas por un valor de unos 1.500 millones de euros en seis meses, la entidad financiera utilizó la liquidez que le suministró a Bankia su salida a Bolsa, con la que captó 3.000 millones de euros en julio de 2011. En este sentido, el Banco de España destaca, en uno de sus informes, que en el momento en el que Bankia se lanzó a la recompra de subordinadas o preferentes, su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), tenía una liquidez de 1.700 millonesBanco Financiero y de Ahorros (BFA.

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Pese a este importante desembolso Bankia, con el visto bueno del Banco de España, asegura que ni la solvencia de la entidad ni la del grupo al que pertenece se han de ver afectadas negativamente "de forma significativa" por las operaciones de recompra de deuda subordinada y de participaciones preferentes. Tan solo 5 meses después de la última recompra de subordinadas y preferentes, Bankia fue intervenida con dinero público. Desde entonces, y según los cálculos del Banco de España, los españoles han tenido que aportar un total de 22.424 millones para evitar la quiebra de la entidad financiera surgida de la fusión de varias cajas de ahorros, entre las que destacan Caja Madrid y Bancaja.

"No cumple todos los requisitos establecidos"

Pese a todo, en un informe de la dirección general de Supervisión del Banco de España del 25 de noviembre de 2011, el organismo regulador da el visto bueno a la operación que favorecía a los grandes inversores. Y lo hizo pese a reconocer irregularidades en la misma: "Entendemos que pese a que la recompra de pasivos computables en recursos propios no cumpla literalmente todos los requisitos establecidos por el comité de dirección de general de Supervisión, no estimamos conveniente oponerse a que se lleve a cabo la operación dado los beneficios que reporta". Además, el organismo regulador esperaba, tal y como le había asegurado Bankia, que las plusvalías obtenidas en la operación se iba a destinar a reforzar el capital principal de la entidad financiera.

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