Caso Blesa

Elpidio Silva acusa al TSJ de Madrid de provocar una situación “indigna”

El CGPJ estudiará la suspensión temporal de Elpidio José Silva

La decisión del Tribunal Superior de Madrid (TSJM) de avalar el procesamiento por prevaricación del juez Elpidio Silva, que inició las investigaciones sobre la gestión de Miguel Blesa en Caja Madrid fue recibida ayer con estupefacción por el magistrado. "No saben cómo salir de la situación indigna que han provocado y siguen adelante de manera irresponsable", aseguró Silva en declaraciones a infoLibre.

La resolución de la Sala de lo Civil y Penal del TSJM, entre cuyos tres firmantes figura el presidente del tribunal, Francisco Javier Vieira, representa para Silva "lo esperado de una estructura obsoleta que no se adapta al canon judicial europeo". Silva, en cuyo apoyo se han movilizado numerosas plataformas en las redes sociales y que hoy jueves ofrecerá una rueda de prensa, cree que el TSJM se ha visto atrapado y ha optado "por seguir adelante de manera irresponsable" para dar carta de naturaleza a unas acusaciones –las de prevaricación y retardo malicioso del procedimiento– que sólo benefician a Blesa. 

El auto del TSJM, que tumba el recurso de Silva contra la resolución del juez que instruyó la querella interpuesta por el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, deja en la práctica al procesado sin ninguna posibilidad de esquivar el banquillo.

Correos de cáracter personal para el fiscal

La Fiscalía –como Blesa– entiende que Silva maniobró para quedarse el caso al margen de las normas de reparto y encarceló injustamente por dos veces al expresidente de Caja Madrid. Moix intenta ahora que la Justicia investigue a los medios de comunicación que se han ido sumando a la publicación de los correos secretos de Blesa, iniciada por infoLibre en diciembre. El fiscal jefe madrileño se aferra a la tesis de que los correos que Blesa envió o recibió utilizando el dominio corporativo de Caja Madrid –que fue la que los aportó a Silva– poseen un carácter personal. Y que su difusión, por tanto, puede ser delictiva. Esos correos destapan el modo en que Blesa y su guardia pretoriana de directivos gobernaban la caja. Desvelan, también, cómo el expresidente de la extinta Caja Madrid, que acabó en quiebra, actuó de puente entre José María Aznar y el presidente de una empresa que exporta material bélico y a cuyo consejo había pertenecido el financiero pero de la que, oficialmente, se había apartado en 1997. Esa empresa, Einsa, terminó ofreciendo a Aznar un contrato como comisionista internacional que, según el jefe de Gobierno y anterior líder del PP, jamás "concluyó". como comisionista internacionaljamás "concluyó"

Silva, a quien el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suspenderá como muy tarde en cuanto el instructor de la querella, Jesús Gavilán, dicte el auto de apertura de juicio, sostiene dos argumentos: uno, que el caso le correspondía –y, de hecho, sigue en manos del magistrado que sustituye a Blesa, Juan Antonio Torio, titular del juzgado de instrucción número 36 de Madrid y ante quien el financiero comparecerá como imputado el viernes–; y dos, que el encarcelamiento del expresidente de Caja Madrid venía justificado no sólo por el riesgo de fuga sino, sobre todo, por el de destrucción de pruebas. 

Coincidencia con la argumentación de Moix

El TSJM empuja al banquillo sin marcha atrás al juez Silva por investigar a Blesa

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Como ya ocurrió con Baltasar Garzón, expulsado de la carrera judicial tras la querella de un imputado por las escuchas que ordenó en prisión, Silva se arriesga ahora a perder la toga. Será, en cualquier caso, el primero en verse sometido a un juicio por el llamado caso Blesa. El financiero que da nombre a uno de los grandes escándalos político-económicos de los últimos tiempos observa en cambio cómo el banquillo se le presenta hoy como una hipótesis  mucho más lejana si no remota. 

Los argumentos de la defensa del expresidente de Caja Madrid, que el viernes declarará como imputado ante el juez que ha asumido la instrucción tras el apartamiento de Silva, han coincidido en la querella casi de modo milimétrico con los del fiscal Moix.

El jefe de la fiscalía madrileña mantiene que Silva prevaricó e incurrió en "retardo malicioso" durante la doble investigación a Blesa: la primera, por los créditos que Caja Madrid otorgó al dirigente patronal Gerardo Díaz Ferrán, hoy encarcelado por otro caso; y la segunda, sobre la compra del City National Bank de Florida, el banco de Miami que Caja Madrid compró en 2008 a un precio superior a 1.100 dólares y que, según el Banco de España, doblaba el valor real de la entidad.

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