Educación

Las becas de la incertidumbre

Manifestación contra la subida de las tasas en La Laguna.

Las del curso 2013-2014 son las becas de la incertidumbre. Han pasado ya los exámenes de febrero en la mayoría de las universidades y los estudiantes no es que no hayan recibido todavía la beca para este curso –algo que está dentro de los márgenes que solían darse en cursos anteriores–, si no que no saben de cuánto dinero van a disponer. Y no parece que lo vayan a saber muy pronto. El pasado verano el Ministerio de Educación dio un vuelco radical al sistema de ayudas al estudio. En un polémico reglamento estableció las nuevas condiciones de acceso en el que se fijaba que partir de este curso las becas tendrían una parte fija y otra variable. 

Lo que ya se ha empezado a repartir es la parte fija, que puede ser de hasta 3.000 euros y que está ligada a la residencia del solicitante durante el curso y a su renta. A ella sólo pueden acceder por tanto los alumnos con escasos recursos y sólo reciben el máximo los que además tienen que trasladarse de su domicilio para estudiar. Según datos del Ministerio de Educación, los primeros ingresos empezaron a hacerse el pasado noviembre y a finales de diciembre del año pasado ya se habían concedido 131.326 becas, un 19% más que en la misma fecha de 2012, cuando se habían resuelto 106.262. En el curso 2011-2012, el último del que hay datos dispoibles, hubo 305.454 beneficiarios de ayudas al estudio estatales en el nivel universitario y equivalente. 

El problema es que la parte variable, que se distribuirá entre los solicitantes en función de la renta familiar, de su rendimiento académico y del presupuesto que el Gobierno ha destinado a la convocatoria a través de una complicada fórmula matemática, no comenzará a repartirse hasta que se hayan asignado todas las fijas. Y eso puede tardar meses teniendo en cuenta que por el camino suelen cruzarse reclamaciones, errores burocráticos u otro tipo de contratiempos ya que el proceso cuenta con varias etapas. En el departamento de José Ignacio Wert admiten que la parte variable se abonará "en cuanto se termine de pagar a todos los becarios a los que les corresponda la parte fija", pero no dan ninguna fecha. 

Atasco en las universidades 

Además, para que lleguen al ministerio, las becas tienen que ser tramitadas primero por las universidades, que determinan si se cumplen los criterios académicos. Hay algunas, especialmente las catalanas y la UNED, que van con mucho retraso. Por ejemplo, según datos de Educación, la Universitat de Barcelona sólo ha gestionado hasta la fecha el 17,11% de las solicitudes; la Politécnica de Catalunya, el 4,07%; la Pompeu Fabra, el 28,61% y la Rovira i Virgili, el 37,04%. La UNED, por su parte, sólo ha tramitado el 48,20% de los expedientes. "Con estas cifras, el pago de la parte variable puede retrasarse fácil a mayo o junio", señala Daniel Lumbreras, estudiante de Periodismo, miembro de la comisión de selección de becas de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de un informe sobre el nuevo real decreto de ayudas al estudio. 

El mínimo de esa cantidad variable será de 60 euros, pero el máximo puede llegar a los 3.500 euros para los alumnos que tienen mejores notas y peores rentas. Además, hay estudiantes que sólo tienen derecho a la parte variable. Es el caso, por ejemplo, de los alumnos que cuentan con mejores notas y que tienen derecho a ayuda a pesar de que su familia no está en el umbral más bajo de renta. "Este es uno de los puntos que ha despertado más polémica. Cuando el alumno pide su beca, no puede saber más o menos cuánto recibirá como hasta ahora, sino que dependerá de los demás. No es una cuestión baladí: una diferencia grande puede significar que se estudie una carrera fuera o que el universitario se vea formado a quedarse en su domicilio familiar cursando unos estudios que haya cerca", añade Lumbreras. 

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Inseguridad 

Las asociaciones de estudiantes creen que la clave es la inseguridad que este nuevo sistema crea a los universitarios y sus familias. "Es una situación dramática y caótica. Antes un estudiante podía al menos hacer sus cálculos, pedir un anticipo al banco... Ahora no se puede hacer nada de eso. Hay casos de alumnos que están desesperados", asegura Luis Cereijo, portavoz de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes Universitarios de la Comunidad de Madrid. María Rodríguez, presidenta de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), asegura que es "insostenible" estar más de seis meses sin saber siquiera de qué cantidad pueden disponer los becarios. "Las becas son un elemento básico para garantizar el acceso a la educación y la igualdad de oportunidades. Esa función corre el riesgo de resquebrajarse", amplía. "El planteamiento de este nuevo modelo es un desastre desde su concepción. Sólo ha generado problemas de organización e incertidumbre", dice, por su parte, Julio Serrano, secretario de Universidad de la Federación de Enseñanza de CCOO. 

Estudiantes y sindicatos recuerdan además que esta situación se produce al tiempo que el precio de las matrículas universitarias también ha seguido aumentando. De hecho, este curso subieron por encima de la inflación en cinco autonomías y en algunas, como Madrid, este aumento ha sido del media del 20%. Sin embargo, no ha habido modificaciones en los umbrales máximos de renta para acceder a la exención del pago de las tasas, que permanecen igual que en la convocatoria anterior. Siguen siendo de 24.089 euros brutos anuales (menos de 1.500 netos al mes) de ingresos máximos para una familia de dos miembros y de 38.831 brutos anuales (alrededor de 2.050 netos al mes) para una de cuatro.

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