Elecciones europeas

Jáuregui advierte de que una “nueva generación” deberá tomar el timón del PSOE desde 2015

Ramón Jáuregui, número dos de las europeas, durante su comparecencia en Ferraz este 17 de marzo.

Ocurrió al final de una larga comparecencia ante los medios, en su puesta de largo como número dos del PSOE para las elecciones europeas. Ramón Jáuregui confesó una de sus conclusiones respecto al futuro de su partido y del país: considera que en la próxima legislatura se van a tener que hacer "grandes cambios en casi todo", y aunque le gustaría seguir aportando y "aconsejando", "dejando claro que los protagonistas serán nueva gente, nuevos socialistas, nuevos compañeros que dirigirán el PSOE". "Tengo la clara convicción de que debe hacer una nueva generación y quiero ayudar, naturalmente, desde donde esté". 

El exministro de la Presidencia no citó a Alfredo Pérez Rubalcaba, lógicamente. Pero el mensaje apenas dejaba lugar a dudas. Porque lo que estaba expresando es que después de los cuatro años de Mariano Rajoy en la Moncloa, España necesita acometer muchas reformas, entre ellas la territorial y la profundización democrática, y para ello requiere de nuevos líderes socialistas. Una "nueva generación". Jáuregui es un dirigente muy apreciado y respetado en todo el PSOE, y no ha confrontado nunca con el secretario general. Es más, este le eligió para llevar las riendas de la Conferencia Política que culminó el pasado noviembre y para elaborar el nuevo modelo de España federal que defiende el partido. 

Jáuregui dejó entrever algunos detalles de la confección de la candidatura socialista, que descubrió algunas "tensiones" internas, en palabras del secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig. El diputado confesó que se había mantenido "ajeno" y "al margen" de los debates, "por razones bastante obvias". Y que, conocedor de la "voluntad" de la dirección de contar con él como número dos, quiso saber si esa voluntad era "compartida" por el conjunto de la organización. "Y he estado sin intervenir, sin llamar a nadie, ni participar. Por eso me siento orgulloso, porque por lo que sé todo el mundo estaba encantando con que fuera". El exministro, que se declaró un "apasionado" de la política española, dijo haber tenido "mucha reflexión" acerca de la conveniencia de salir ahora de la arena nacional para emprender viaje a Bruselas. Por segunda vez, porque ya concurrió como número dos en las europeas en 2009. 

Y allí estuvo, en el Parlamento Europeo, hasta que lo reclutó José Luis Rodríguez Zapatero para su Gobierno en octubre de 2010 como titular de la Presidencia. Precisamente el expresidente emergió durante la rueda de prensa porque el viernes pasado se cumplieron 10 años de su victoria frente al PP en las urnas, y el PSOE no le ha rendido ningún tributo público. El sábado, en el Comité Federal, el eurodiputado (y ahora número cuatro de la lista) Juan Fernando López Aguilar reivindicó aquel triunfo. En su réplica final, Rubalcaba recogió el envite, defendió a Zapatero y pidió una ovación para él. La ausencia de menciones públicas al exjefe del Ejecutivo llamó la atención por cuanto el PSOE sí homenajeó a Felipe González por su arrollador resultado de 1982 en 2002 y en 2012.

¿Se avergüenza el partido de los Gobiernos de Zapatero?, se le preguntó. "No creo que nadie en el PSOE tenga ninguna vergüenza de aquella victoria electoral, que fue histórica y fantástica desde el punto de vista emocional y personal. Nadie. Otra cosa es que la coincidencia con el 11-M y el décimo aniversario de los atentados no hicieran aconsejable celebraciones paralelas. Creo que esa es una explicación suficiente", respondió. El problema es que el PSOE tendrá esa dificultad siempre, porque la cercanía temporal entre la masacre de Atocha y el 14-M que le devolvió a la Moncloa será siempre la misma.

La "desidia" de Rajoy con el 25-M

Por lo demás, la larga comparecencia en Ferraz (40 minutos) se centró en las elecciones europeas del 25 de mayo y en la presentación de la declaración política que el Comité Federal aprobó el sábado. Y en denunciar, como era previsible, la "desidia" de Mariano Rajoy ante una cita "trascendental", porque no ha anunciado "ni siquiera su candidatura, ni su cabeza de lista, ni su programa, ni prácticamente nada". No se atrevió a apuntar razones más que a la estrategia inveterada del presidente de "dejar pudrir las cosas". "No me parece serio, razonable, que un partido como el PP eluda el debate político electoral prácticamente hasta mediados de abril", cuando vence el plazo legal.

Jáuregui aprovechó para rechazar dos argumentos posibles para el retraso del PP. Que prefiera que se queme la número uno del PSOE, Elena Valenciano –"se equivocan profundamente" quienes piensan así– y que esté buscando una baja participación. A los conservadores, dijo, tampoco les "interesa" una baja movilización, porque además sería una conducta "suicida y antidemocrática". "Tenemos la enorme esperanza de que haya más participación que hace cinco años [la abstención fue del 55,1%]. Nuestra gran preocupación, y debiera de ser la del PP, es motivar al electorado, porque hay eurofobia, hay escepticismo, hay cansancio. Sé que nos dirigimos a una ciudadanía enfadada, pero lo importante es que ese enfado se dirija adecuadamente, no que se quede en casa" y apueste por el cambio y el "giro" en Europa votando a los socialdemócratas. "La gran oportunidad de que eso sea posible es votando, no quedándose en casa cabreado", sostuvo. 

Frenar a la derecha y a IU

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El exministro presentó los cuatro ejes programáticos del manifiesto electoral del PSOE. El primero, una nueva política económica para Europa, que acabe con las políticas de austeridad y la devaluación interna, que sólo ha conducido a un leve crecimiento y a una enorme destrucción de empleo, y que al tiempo embride a los mercados y ponga sobre la mesa una nueva fiscalidad más justa y progresiva. El segundo, la construcción de la "uninón social", que tenga la igualdad como elemento nuclear. El tercero, la lucha por la Europa "de los derechos y libertades" contra las regresiones impuestas por las derechas. Y el cuarto, la consecución de una Europa "unida, más fuerte, más federal". Ferraz ha diseñado, y no lo esconde, una campaña muy "ideológica", centrada en la divisoria izquierda-derecha. 

Jáuregui asumió que convencer a los ciudadanos costará, precisamente por la gestión del PSOE en el Gobierno. "Nosotros sufrimos las políticas restrictivas de la UE desde 2010, no puedo negarlo, pero no las establecimos nosotros, sino una UE convencida de que había que hacer un ajuste de caballo en los presupuestos públicos de los países del sur, e incapaz de dar credibilidad a los mercados". Todo ello provocó una recesión que se extendió hasta el verano de 2013. "Esa política fue un error", subrayó. Pero ahora hay incluso "coincidencia" en los expertos de la necesidad de que Europa "gire".

"Y lo plantea la izquierda, la que puede gobernar, la única que puede gobernar en Europa mañana. Punto. La única familia que puede dar un giro a la política de la derecha en Europa, quiero ser muy claro en esto. Nuestra apuesta es ganar las elecciones en España y en Europa para tener un presidente de la Comisión, Martin Schulz, que puede hacer cosas diferentes". El número dos de la lista trabó el mismo discurso que la número uno el sábado: hay que frenar no sólo a la derecha, sino a IU. Un recordatorio que venía muy al pelo con las declaraciones que, apenas una hora antes, había lanzado Cayo Lara desde Olimpo, la sede federal de IU: "No por ponerse uno un pin republicano" pasa de ser el "partido de los recortes y del pensionazo" a una formación de izquierdas auténtica. 

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