Justicia universal

Margallo dice que juzgar lo ocurrido en Tíbet es “ilusorio” y “crea conflictos”

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo

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El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha defendido este jueves la reforma que finiquita la justicia universal porque "España no puede convertirse en una especie de gendarme internacional". "Pensar que España puede juzgar lo que pasó en el Tíbet hace 15 o 20 años con los medios que tenemos es ilusorio y nos crea unos conflictos tremendos", ha dicho.

En una entrevista, Margallo ha defendido que la justicia universal corresponde al Tribunal Penal Internacional pese a sus limitaciones de jurisdicción –la reconocen 122 países de un total de 193 y sólo puede juzgar delitos cometidos desde su creación–. Sólo España y Argentina, ha dicho, tenían esta "vocación de justiciero internacional".

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Margallo no ha querido precisar si el Gobierno chino presionó a España para cambiar la ley en virtud de la cual se investigaba un genocidio en Tíbet, pero ha considerado "obvio" que si un juez pretende encarcelar a varios expresidentes y dirigentes chinos es normal que "pregunten qué está pasando".

La respuesta española, ha dicho, era explicar que en España hay separación de poderes, que el Ejecutivo no puede controlar a los jueces y que "el Gobierno estaba haciendo lo que podía hacer y no había ningún motivo de animadversión hacia China".

Preguntado por la decisión del juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, de no cerrar la investigación por la muerte del cámara José Couso en Irak, ha respondido: "Si consideran que la legislación aprobada por el Parlamento es inconstitucional hacen muy bien en...", pero no ha llegado a terminar la frase.

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