Educación

¿Es demasiado fácil llegar a ser maestro?

Alumnos de un colegio público de Santander.

Mejorar la formación de los futuros profesores y potenciar su aprendizaje permanente siguen siendo algunas de las demandas más repetidas cada vez que se revelan defectos en el sistema educativo. Con la idea de "generar debate" en torno a este asunto un grupo de docentes críticos agrupados en el llamado Foro de Sevilla –integrado por más de 40 profesionales de la enseñanza de todo el país, la mayoría profesores universitarios– han elaborado un documento en el que invitan a reflexionar con propuestas concretas ante la ausencia de medidas en este sentido en la reforma educativa aprobada a finales del pasado año. 

"La alternativa que propone la Lomce para el profesorado es el establecimiento de pruebas externas –que serán reválidas en ESO y Bachillerato– como una forma de controlar a los docentes a través de los conocimientos que atestigüen sus alumnos en pruebas de carácter memorístico. Creemos que ese no es el camino y por eso decidimos abordar este documento", señala a infoLibre Carmen Rodríguez, profesora de Didáctica de la Universidad de Málaga y una de las impulsoras del Foro, que se puso en marcha en octubre de 2012 en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla para abordar la actual situación de la enseñanza. El texto, que lleva por nombre El profesorado y su formación como actores necesarios y comprometidos con la educación pública, ya está sobre la mesa de partidos, sindicatos y otras plataformas que defienden la educación pública. "No es un documento cerrado, la idea es que haya debate", dicen sus promotores.

Con la convicción de que el éxito del sistema tiene que comenzar a forjarse desde la base, los docentes proponen que se seleccione "con rigor" a los candidatos a los estudios de Magisterio. Solicitan que se hagan "pruebas específicas" para el acceso a las facultades de Educación en las que, además de la nota, también se tengan en cuenta otros criterios. "Sabemos que suena restrictivo, pero sería positivo que se entendiera que no todos pueden acceder a estos estudios. Necesitamos a los mejores, que eso no quiere decir que sean los que mejor capacidad memorística tienen. Las pruebas objetivas no miden todos los saberes, por eso habría que tener más en cuenta los contenidos prácticos", señala José Gimeno Sacristán, catedrático de Didáctica de la Universidad de Valencia y otro de los firmantes del documento. 

Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, que también suscribe el documento, cree que el proceso de selección para los estudios de Magisterio es "poco exigente". Propone que ese nuevo proceso contenga un período de práctica en el que los potenciales alumnos puedan descubrir si realmente les atrae la docencia. En el documento, los docentes firmantes señalan que debe darse la discusión acerca de si debe puntuar más la experiencia que los resultados de las pruebas o al revés. "La selección debe incorporar evaluación de la experiencia a través de un periodo de inducción y de prueba. No es aceptable mantener la actual selección libresca y burocrática". 

Por otro lado, los firmantes creen también que el acceso tiene que estar regulado en función de las necesidades del sistema educativo, pues consideran que la saturación crea dificultades a la hora de organizar los periodos de prácticas, a los que opinan que se debería más importancia. "Una buena práctica docente no se aprende memorizando teorías sin conexión con la realidad escolar [...], sino desarrollando un conocimiento práctico riguroso", señalan. En algunos sectores se ha considerado que la elección de estos estudios ha estado desvinculada de la vocación y ha guardado más relación con la posibilidad de poder acceder a un puesto fijo en la Administración tras tres años de estudio (ahora son cuatro).

Asimismo, los docentes que han elaborado el documento consideran que el acceso a la función pública debe establecerse en un periodo de dos años de incorporación a tiempo "parcial y tutelado" en el que pueda identificarse el grado de desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes hacia la enseñanza.  

Grado o postgrado para Secundaria 

En cuanto a la educación secundaria, el documento propone que se creen grados o postgrados de las diferentes áreas curriculares que cuenten con contenidos científicos y también con otros relacionados con la docencia y una formación práctica con experiencias innovadoras. En la actualidad, el acceso a la docencia en la ESO se resuelve con un máster de un año de duración que muchos expertos creen ineficaz por su poco contenido práctico o sus carencias respecto a la formación pedagógica que reciben los alumnos. "Quizá es un poco pronto para valorar cómo está funcionando el máster, que sin duda supuso un avance frente al antiguo CAP, pero es verdad que cierta parte del alumnos ve estos estudios como un trámite", añade. 

Con respecto a la formación inicial, el documento apuesta también por "revisar los requisitos necesarios para ser formador de docentes". En esta línea, aluden a la posibilidad de fijar un porcentaje mínimo de profesores asociados o colaboradores que estén a la vez ejerciendo la docencia en los distintos niveles educativos. "En las facultades actuales existe una situación lamentable con el hecho de que la mayoría de los formadores nunca hayan ejercido la docencia en colegios o institutos", asevera Gimeno Sacristán. 

"Hay que encontrar espacios de colaboración entre las facultades y las escuelas e institutos", señala Rodríguez, que recuerda, no obstante, que en el manifiesto se pide también que se lleven a cabo políticas efectivas que mejoren el reconocimiento de la función docente en la sociedad. La percepción es la de que el colectivo no goza del reconocimiento social y económico que merece. La tendencia no parece avanzar en ese camino, pues los docentes españoles cada vez trabajan más horas, con más alumnos en las aulas y cobrando menos sueldo.

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Formación permanente

La formación permanente es otro de los aspectos en el que hacen hincapié los promotores del documento. En este sentido plantean que la formación sea "obligatoria" y se desarrolle dentro del horario laboral del profesorado. Critican la desaparición de los Centros de Profesorado y el hecho de que, a día de hoy, sólo haya "escasas ofertas formativas cuya aceptación se explica por el valor que tienen en la acumulación de méritos en los concursos del profesorado". "Otro de los defectos del sistema es que trata a todos por igual, a los docentes que son innovadores, los que van a cursos y seminarios porque les interesa de verdad y los que no hacen nada", apunta Fernández Enguita. 

Asimismo creen que conviene evaluar la labor de la Administración, el funcionamiento de los centros, el trabajo del profesorado y el rendimiento de los alumnos. Por eso reclaman la creación de un instituto u organismo de evaluación independiente de la Administración y avalado por distintas instituciones educativas "de reconocido prestigio". 

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