Sanidad pública

La marea blanca regresa a las calles para luchar contra la “privatización soterrada” de la sanidad

Miembros de las distintas mareas que se manifestarán el sábado en Madrid.

Apenas tres meses después de que la lucha de la marea blanca –en la calle y en los tribunales– acabara por obligar al Gobierno de la Comunidad de Madrid a dar marcha atrás en su plan de privatizar la gestión de seis hospitales, los defensores de la sanidad pública volverán este sábado a las calles de Madrid para denunciar que el proceso privatizador sigue adelante aunque, eso sí, con métodos "muy sutiles".

La Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP) –integrada por asociaciones de profesionales sanitarios, movimientos sociales y organizaciones sociales– quiere "hacer ver", en palabras de su portavoz Carmen Esbrí, el "deterioro progresivo" del servicio público de sanidad. ¿A qué se debería? "A la privatización, que continúa de forma soterrada en la comunidad", explicó la portavoz.

Su principal enemigo son ahora las derivaciones de pruebas médicas a la sanidad privada, una práctica llevada a cabo para supuestamente reducir las listas de espera de los centros públicos. "Las derivaciones están llevándose muchísimo dinero público a lo privado", defendió Esbrí en el acto de presentación de la manifestación. "Muchas pruebas que se hacen en las clínicas privadas tienen que ser repetidas en la pública porque ante cualquier incidiencia no se hacen otras cosas diferentes a las que se han previsto en el contrato-marco que puedan tener con la consejería correspondiente", zanjó. 

Según denunciaron desde la marea blanca, la Consejería de Sanidad de Madrid está "presionando" a los profesionales para que no se impliquen en la información a los pacientes. "El nuevo consejero [Francisco Javier Rodríguez, sustituto del dimisionario Javier Fernández-Lasquetty] es un señor muy mayor que, bajo nuestro criterio, debería estar jubilado y que está haciendo un trabajo soterrado para seguir privatizando". Le acusaron además de no estar controlando los costes y el flujo de dinero público que, con las derivaciones, se está produciendo.

Manifestación conjunta de mareas

En este contexto, convocan la marea mensual –la número 18 desde que empezó el proceso privatizador– que tendrá lugar este sábado a partir de las 18.30 horas y que recorrerá Madrid desde la estación de Atocha hasta la Puerta del Sol.

Una vez más, el movimiento contra los recortes en sanidad no estará solo. Le acompañarán las mareas verde, roja y naranja –por la educación pública, contra los recortes en investigación y contra las restricciones de los servicios sociales, respectivamente– y confluirán por las calles de la capital con un lema conjunto: ¡Sin educación no hay ciencia, sin ciencia no hay sanidad, sin educación, ciencia y sanidad, no hay servicios sociales!

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"Si no sumamos no vamos a avanzar", defendió Olga Maccario, portavoz de la marea verde, que aseguró que desde 2010 ha habido 6,4 milllones de recortes y 25.000 profesores despedidos: "Solo en Madrid, se han despedido tantos profesores como los que ahora trabajan". A ésto habría que sumar el resto de reivindicaciones del movimiento por la educación pública (tijeretazo en becas, recortes en ayudas, concesiones a las escuelas privadas o concertadas...), que han provocado que se adhieran a la convocatoria.

Motivos sectoriales y motivos compartidos. La marea roja señaló que desde 2009 se ha reducido en un 40% el presupuesto en ciencia e investigación. Para su portavoz, David García, no es solo una cuestión de financiación: "También hay que hacer una profunda reflexión sobre cómo funcionan los laboratorios y en qué condiciones, por ejemplo, trabajan los becarios que tienen sus contratos asociados a proyectos concretos".

La marea naranja protestará también por los recortes que se están llevando a cabo las administraciones en los servicios sociales. "Hay que alejarse de la caridad y la beneficiencia", apostilló Luis Rodríguez, miembro de esta marea, que sostuvo que la ley de dependencia no está bien adaptada y que medidas como la reforma de la Administración local alejan a la ciudadanía de servicios sociales básicos. "Habrá que ver cómo llegan esas buenas cifras macroeconómicas que anuncia el Gobierno a estos servicios", concluyó.

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