Crisis del bipartidismo

Dirigentes del PSOE alertan de que una gran coalición llevaría a la “desaparición” del partido

Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su última reunión pública en la Moncloa, el 20 de junio de 2013.

Juanma Romero / Yolanda González

"Ni de coña". "En el PSOE casi nadie lo ve". "Nos llevaría a la desaparición". "Entraríamos en un túnel donde la alternativa más probable sería el suicidio". No parece que existan muchas dudas en la actual dirigencia del PSOE. La alternativa de una gran coalición con el PP tras las próximas elecciones generales, que alientan algunos empresarios de las finanzas y de la comunicación, la monarquía y algunas cabezas de los dos grandes partidos, espanta a la mayoría de dirigentes socialistas. Porque España no es Alemania, porque no lo entendería el electorado y lo comprendería menos aún la militancia, porque el partido se rompería, justifican. Porque casinadie se lo plantea, salvo un sector "minoritario" (en el que se sitúa a Felipe González y la vieja guardia), por mucho que lo quieran algunos miembros del Ibex 35 e "intoxique el PP".

A su vez, los conservadores culpan a los socialistas de poner en circulación esa posibilidad de gran alianza y lo ven igualmente como poco factible en un país como España. Izquierda Unida y UPyD, mientras, desconfían. Creen que hay mucho temor a la caída del bipartidismo y anticipan que esta posición, "a la defensiva", podría conducir a PP y PSOE a asociarse para perpetuarse en los "sillones del poder" y "salvar sus muebles". 

Este periódico daba cuenta ayer lunes de una operación política, el intento de forjar una gran coalición a la alemana, puesta en marcha con el aliento de algunos aparatos de poder político en el Gobierno, el PP y el PSOE; de las finanzas (el núcleo del Ibex 35), de la comunicación –con Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa, el grupo editor de El País, a la cabeza– y de la Corona, donde el rey buscaría retomar el rol de muñidor principal del consenso con el que se consolidó su imagen en la Transición. 

En el PSOE ninguno de los dirigentes consultados se atreve a hablar públicamente de un asunto que incomoda visiblemente al partido, y menos a las puertas de unas europeas donde está haciendo hincapié en sus diferencias con la derecha, donde insiste una y otra vez en que socialistas y conservadores no son lo mismo, que les separa un abismo ideológico. Pero en privado significados responsables coinciden en el diagnóstico: destrozaría al PSOE. 

Rechazo también entre los cuatro posibles candidatos

"Es imposible de plantear. Ni de coña. Más aún si no lo lidera el PSOE, pero ni aun en esa circunstancia. No lo ve nadie en el partido. Ni tan siquiera, fíjate, Alfredo Pérez Rubalcaba. Otra cosa son los pactos de Estado para reformas capitales como la modificación de la Constitución", opina un notable dirigente territorial. La alusión al secretario general no es baladí, porque las élites económicas sí apostarían por Rubalcaba, por su "sentido de Estado", por su perfil pactista fuera de toda duda. Una posición que la cúpula federal ya ha negado en varias ocasiones.

Aunque en el equipo de Rubalcaba no niegan el deseo de los grandes empresarios de que cuaje una alianza con el PP, insisten en que no se lo han trasladado directamente, y que en cualquier caso no está en la carta de navegacción de la ejecutiva. "No hay nada de eso. Ni la dirección se plantea en ningún caso una gran coalición. Las diferencias con el PP son abismales. Para empezar, habría que derogar todo lo que ha hecho Rajoy en este tiempo, que ha gobernado contra todos, y eso no lo va a hacer. Estamos en otra cosa, en ganar las europeas, luego las municipales y autonómicas y luego las generales, y poder dirigir un Gobierno alternativo al del PP. Los ciudadanos decidirán con su voto, y a partir de ahí se verá. Pero en ningún caso se pactará con el PP, y menos en el momento actual", sostienen fuentes de Ferraz. 

En las federaciones de mayor peso, empezando por la andaluza –cuya secretaria general, Susana Díaz, gobierna la Junta con IU–, al igual que en los entornos de los cuatro potenciales aspirantes a las primarias nacionales, rechazan con rotundidad la alternativa de una alianza con el PP. "Es una especulación de la capital, en Madrid, una barbaridad", comentan en el círculo del líder del PSE, Patxi López. "Nos llevaría a la desaparición", dicen en el del secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Eduardo Madina. "Si el PSOE es algo, es alternativa. En las bases, nadie plantea ni de lejos esta opción. No está en el latido de la organización", añaden fuentes próximas al diputado por Madrid Pedro Sánchez. "Es un escenario cómodo para el PP y para algunos empresarios que buscan seguir con la inercia, y que puede que convenciera a Alfredo. Pero sería un cambalache que ni votantes ni militantes podrían tolerar", completan desde la órbita de la exministra Carme Chacón. 

Reforma "controlada" de la Constitución

Los socialistas creen que es el PP quien tiene interés en calentar estas "ocurrencias", porque a Mariano Rajoy le vendría bien un PSOE en situación de "vasallaje". Tampoco son ajenos al hecho de se habla con insistencia de que es una tesis que podría barajar el expresidente González, aunque a continuación añaden que podría tratarse más de un ejercicio "teórico, más que práctico", porque ni siquiera en una coyuntura difícil y ajustada como la de 1996, donde las dos fuerzas se hallaban próximas en número de escaños y ninguna tenía mayoría absoluta, se planteó "nunca", como recuerda un veterano. "Es que la cultura de las coaliciones en el Estado no está asentada en España. Ni siquiera las hubo en los primeros años de la Transición, cuando UCD padecía de debilidad parlamentaria, y las circunstancias eran tremendamente difíciles. Otra cosa son los ayuntamientos o las autonomías. Ahí ha habido pactos con el PCE e IU desde siempre y no se han trasladado al Gobierno de la nación", añade. Otro dirigente de una importante federación advierte de que, en caso de que se llevara a la práctica, el PSOE se parecería no al SPD alemán –"que veremos en qué acaba"–, sino al PASOK griego. O sea, que acabaría siendo irrelevante, superado por IU (por Syriza, en el caso heleno). 

En el PP, mientras, fuentes del partido consultadas por infoLibre subrayan que es “demasiado pronto” para hablar de un escenario como este a más de un año de las elecciones y que, a priori, tendría poco encaje en un país como España. Además, subrayan que la idea de una gran coalición no ha sido puesta en circulación ni por el Partido Popular ni por el Ejecutivo de Rajoy. “Es más bien un concepto que vienen manejando los socialistas”, aseguran las citadas fuentes. Siempre según estos testimonios, la posibilidad de una gran coalición a la alemana viene "agitándose hace ya unos meses desde los entornos de los expresidentes socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero”. También Cayo Lara, coordinador de IU, denunció en su momento que Zapatero defendía esa alternativa. Fuentes del entorno de Zapatero salieron inmediatamente a negar que el expresidente fuese partidario de una gran coalición.

No obstante, varios dirigentes conservadores consultados reconocen que en las últimas semanas es cada vez más insistente el rumor de que González estaría intentando acercamientos al Gobierno de Rajoy para instar a que se trabaje por una reforma controlada de la Constitución a fin de evitar que el desafío soberanista de Cataluña estalle por los aires. “Se está planteando como una forma de que los dos grandes partidos trabajen para evitar que toda la construcción democrática de la Constitución salte por los aires”, manifiesta un diputado. Según la misma fuente, se habla de que la autonomía de Cataluña –y también la del País Vasco– saliesen más reforzadas que el resto. “¿Sería esta la semilla de una gran coalición?,” se pregunta este parlamentario. Y se responde él mismo: “En política, un año es un siglo”. 

Pese a que, sobre todo a nivel parlamentario, las relaciones PP-PSOE no pasan ahora por su mejor momento, el partido presidido por Rajoy ve con recelo cualquier acercamiento de los socialistas a Izquierda Unida. E intenta combatirlo. Siempre que PSOE e IU han coincidido en sus planteamientos, los conservadores han acusado a los socialistas de ser “la marca blanca” de IU y de “radicalizar” su posición política.

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IU y UPyD, por su parte, sí dicen percibir las "presiones" de los "poderes fácticos", y alertan de que ese debate, "aunque oculto", existe, "tanto dentro como fuera del PSOE". "Hay sectores importantes del Ibex, de la monarquía, de determinados medios y del PSOE que ven desmoronarse al régimen, y creen que esta gran coalición es el último movimiento para salvar el bipartidismo. Pero sería un gran destrozo para la mayoría social, aunque a la vez sería la antesala de un proyecto constituyente", apunta Miguel Reneses, secretario de Organización federal de IU, quien hace la cuenta de esos empujes a favor de una alianza de los dos grandes, como el “debate paripé” de sus diferencias en Europa –IU no se cansa de repetir que PSOE y PP han votado juntos en la Eurocámara en el 73% de las ocasiones– o el “apagón mediático” en precampaña..

"Más que miedo, tienen pánico –sentencia Rosa Díez, líder de UPyD–. Se les acaba el chollo del bipartidismo que les ha llevado a creerse propietarios del país. Hay muchos intereses en juego, todos los de los que viven del bipartidismo, todo el establishment económico y mediático, con quienes han pactado todas las reglas del juego y el reparto de los beneficios". Y añade: "Están aterrorizados porque han llegado una especie de extraterrestres que no entran en su juego. Y para salvar sus muebles frente a estos extraños, están dispuestos a ponerse de acuerdo. Es lo que me dijo José Manuel García-Margallo [ministro de Exteriores]: 'Si vemos que nos ponéis en riesgo, nos pondremos de acuerdo y juntos os aplastaremos como una nuez'". 

¿Y el PSOE sucumbirá? “Si tienen miedo a perder su sillón, sí”, responde Díez. Y Reneses: “Ahora les viene mal a ambos hablar de esto. Pero sí creo que tienen una posición ultradefensiva. A fin de cuentas, esto beneficia a la troika, a los empresarios, a la Corona. Al PSOE, a la larga, no le puede venir bien porque acabaría como el PASOK”. Hundido.

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