El futuro de la izquierda

La consolidación de Podemos y el futuro del PSOE decidirán si hay 'sorpasso' en la izquierda

¿Pueden Izquierda Unida y Podemos arrebatar al PSOE el liderazgo de la izquierda?

Ibon Uría

En los años 90, Julio Anguita, entonces coordinador general de Izquierda Unida, elaboró la teoría del sorpasso frente al PSOE. Un relato en el que IU adelantaba a los socialistas por la izquierda y ocupaba el papel de fuerza hegemónica en la pugna con la derecha. La teoría nunca pasó de la categoría de elucubración. Dos décadas después, la noche electoral europea la ha hecho resurgir.

El 25-M ha dejado el siguiente panorama. A un lado, un PSOE en estado de decadencia e incapaz de frenar la sangría de votos que comenzó en las autonómicas y municipales de 2011. La evolución es la siguiente: en las generales de 2008 tenía un 43%; en 2011 se quedó en un 28%, y ahora ha bajado hasta el 23%. A otro lado, una Izquierda Unida que ha mutiplicado por tres sus apoyos con respecto a las europeas de 2009 y el fenómeno Podemos, con más de 1,2 millones de sufragios en su primera comparecencia electoral.

A la vista de los datos, las especulaciones sobre una hipotética alianza IU-Podemos se han disparado. Entre ambos grupos existe similitud programática y, parece, cierta sintonía, aunque todo está por hacer. El líder de IU, Cayo Lara, lanzó esta semana a los de Pablo Iglesias la propuesta de levantar un gran "bloque de izquierdas". Preguntado por el envite, el número tres de Podemos a las europeas, Carlos Jiménez Villarejo, respondió que "no tendría inconveniente". 

Cálculos electorales

Pero, ¿es verosímil la hipótesis de que los dos mayores grupos a la izquierda del PSOE, si convergen, adelanten a los socialistas? En el conjunto de España, aún hay mucha distancia entre el peor PSOE y sus casi 3,6 millones de votos (23%) y la suma de Podemos y las diferentes federaciones de Izquierda Unida que, juntos, obtuvieron 2,8 millones de sufragios (18%) el 25-M. 

Otra cosa es lo que sucede si se miran las cifras con lupa. Un hipotético frente de izquierdas habría adelantado a los socialistas en cuatro comunidades autónomas. La primera es Madrid, donde PSOE e IU han vivido no pocas crisis internas. La irrupción de Pablo Iglesias como tercera fuerza más votada dejaría a la coalición IU-Podemos con un 21,7% de los votos frente al 18,9% de los socialistas.

Lo mismo sucede en Cataluña: unidos, ICV –la 'marca' de los de Cayo Lara en la Comunidad– y Podemos adelantarían por la mínima al PSC (14,9% para el frente de izquierdas frente a 14,2%). Y en Navarra, gobernada por UPN en minoría y donde el PSOE vetó una moción del PSN para desalojar a la derecha, el escenario se repite: IU y Podemos sumaron un 18,8% el 25-M. El PSN no pasó del 14,4% 

Si la hipotética coalición IU-Podemos concurriera a unas elecciones autonómicas, enfrentaría al PSOE al peligro de perder uno de los dos únicos gobiernos regionales que retiene: en Asturias, la suma de votos de las dos fuerzas a la izquierda del PSOE lo aventajó en 2.000 votos. De repertirse los resultados, el frente de izquierdas, que obtuvo un 26,6% el pasado domingo, podría llegar a estar en disposición de gobernar.

Del lado de IU y Podemos caen además las provincias de Las Palmas y Araba. Y cuanto más se acerca el foco a los números, más cuesta arriba se ponen las cosas para los socialistas. Los datos reflejan que la coalición IU-Podemos se impuso el 25-M en 24 de las 40 mayores urbes al PSOE y que, en unas elecciones locales, lo habría sobrepasado en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza.

El frente de izquierdas podría convertirse en la primera fuerza en la pugna con la derecha en las principales localidades españolas. Especialmente destacable es el caso de la Comunidad de Madrid, donde además de en la capital se impone a los socialistas en Móstoles, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, Leganés, Getafe y Alcorcón. La posible coalición no baja del 22% en ninguna de esas ciudades y roza el 30% en varias.

Lo mismo ocurre en varios enclaves del norte, en los que la suma de IU y Podemos desborda al PSOE y se sitúa en el entorno del 20% de los votos (A Coruña, Oviedo y Burgos) o incluso rebasa el 25% (Vigo y Gijón). No en vano, el frente común entre los de Cayo Lara y Pablo Iglesias consigue imponerse al PSOE en la mitad de las 50 ciudades más pobladas y tiene 23.000 votos más que los socialistas en el conjunto de todas ellas.

"El enfado no es ideológico: la desafección de la política es transversal"

"El escenario del sorpasso general –dice Eva Anduiza, profesora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona– no es descartable". Anduiza alude al caso de Cataluña, donde ERC ha pasado por encima de CiU el 25-M y, por descontado, del PSC. La experta cree, además, que a la "volatilidad electoral" existente hay que sumar "tendencias estructurales" que apuntalan esta hipótesis, corrientes de voto que vincula al relevo generacional de los electores.

Braulio Gómez, investigador en Ciencia Política en la Universidad de Deusto, llama la atención sobre "un hecho sin precedentes": "Por primera vez, la suma de todas fuerzas a la izquierda del PSOE ha obtenido más votos que el propio PSOE", dice. Gómez aclara que "hoy por hoy, una alianza IU-Podemos tiene sentido y está en disposición de disputarle la hegemonía de la izquierda". La cuestión es cómo se forma la unión y cómo se plantea la disputa.

El doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford Lluis Orriols agrega: "Para superar al PSOE se necesita no sólo a la extrema izquierda, sino también a la izquierda y a parte del centro". ¿Podría lograrlo una alianza IU-Podemos? "Si la batalla se plantea en términos ideológicos es casi imposible, porque el PSOE está mejor situado en sintonía con la mayoría social, que es de centro o centro-izquierda", explica.

Pero Orriols no cierra todas las puertas: el camino, apunta, es un "discurso transversal, cambiar la dimensión de la competición, algo en lo que Podemos ha sido hábil". "El discurso de 'la casta', de los privilegios del establishment frente a la ciudadanía, puede arañar los votos necesarios y puede servir para ganar la partida, porque hoy por hoy el enfado no es ideológico: la desafección de la política es transversal", concluye.

Menos convencida se muestra la politóloga Marta Romero, quien cuestiona si las tendencias observadas el 25-M se van a mantener en el tiempo. También pone en duda la hipótesis del desbordamiento por la izquierda José Ramón Montero, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid: "Con la izquierda en completo desarraigo no creo que se pueda soñar con el sorpasso", sostiene

"IU son como las lentejas, o las tomas o las dejas"

Claro que, para que la hipótesis incierta de que Izquierda Unida y Podemos adelanten al PSOE se materialice, primero tiene que confirmarse el acercamiento entre ambas fuerzas. En ese terreno, las cosas tampoco están claras y la división de opiniones entre los expertos consultados por infoLibre es considerable.

"La fusión es inviable –asegura categórico Montero–: creo que IU va a plantear que tiene un programa y que no es un movimiento gaseoso. En definitiva, que son como las lentejas: o las tomas o las dejas". El catedrático estima, por otra parte, que en Podemos "no se han enterado de que Izquierda Unida forma parte de lo que ellos denominan casta, pero incluso ahora parece imposible que se unan".

Lo que no descarta este experto son coaliciones postelectorales. Especialmente propicias considera localidades de tradición industrial, tamaño medio y elevado desempleo. "Lugares –explica– donde IU podría mantener su actual fuerza y Podemos crecer a costa del PSOE". El pasado 25 de mayo, la suma de los de Lara y e Iglesias se impuso al PSOE en urbes como Valencia, Córdoba, Vigo, Gijón, Sabadell, Móstoles, Leganés, Getafe o Alcorcón.

"Desde un punto de vista electoral deben unirse si quieren ser fuertes", considera Orriols. ¿Qué gana y qué pierde cada uno en ese movimiento? "A Podemos le interesa porque no tiene poder institucional, le beneficia para expandirse ciudad a ciudad, provincia a provincia", valora Gómez. "Puede que IU considere que en territorios donde es fuerte no lo necesita –añade–, pero en lugares como Madrid (Podemos fue tercera fuerza el 25-M e IU quinta) puede venirle bien".

Anduiza advierte de que la federación de Lara y el incipiente partido de Iglesias son "polos opuestos en muchos sentidos". "El votante de IU tiene un discurso más ideologizado e intelectual, el de Podemos es parecido al PSOE, sólo que el partido ha simplificado el mensaje para llevarse al electorado tocado por la crisis", señala. Para Gómez, la estructura federal de IU es una dificultad: las negociaciones, prevé, tendrán que desarrollarse en cada ciudad donde se plantee la alianza.

"Hay que cambiar hasta al bedel de Ferraz"

En resumen, las dificultades para converger y construir mayorías estables más allá de la izquierda del PSOE son notables. Aunque los socialistas no viven precisamente tiempos de calma. Inmersos en luchas internas y procesos de renovación cuyo final aún no se atisba, el futuro del PSOE es ahora una auténtica incógnita. De su éxito depende en buena medida que los espacios electorales de IU y Podemos se agranden o se achiquen.

"El partido [el PSOE] está muerto, pero no se entendería que de aquí a seis meses no tuviera algo que ofrecer", dice Gómez, que estima que si se renueva adecuadamente el frente de izquierdas que preconizaba Lara, incluso con Podemos, no estaría en disposición de disputarle la posición predominante en la izquierda. "Hay votantes que han huído pero están deseando volver. Lo que pasa –añade– es que el PSOE ha sido incapaz de producir mensajes creibles con Rubalcaba".

"Los que se han fugado, por ejemplo a Podemos, para expresar con su voto un estado de malestar –apunta en la misma línea Romero– van a volver al PSOE si ven un cambio de verdad". Para la experta, el error del partido ha sido creer en la teoría de los suelos electorales: "Confiaban en no caer del 28% y se han llevado una desagradable sorpresa. Y no deberían olvidar que un partido puede incluso desaparecer si no hace bien las cosas", avisa.

"Urge pasar página, porque los ciudadanos aún responsabilizan al PSOE de claudicar ante las exigencia de Europa", insiste Orriols, que define en una frase muy gráfica esa necesidad de renovación: "Hay que cambiar hasta al bedel de Ferraz". En este punto, recomienda seguir el ejemplo de ERC tras la crisis del segundo tripartito catalán: "Se purgó a toda la cúpula de esa época, y cuatro años después nadie asocia a ERC con aquella experiencia".

Tendencia constante

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Suceda lo que suceda finalmente, hay algo que parece claro: el espacio del centro-izquierda va a ser disputado por todos estos partidos porque la noche del 25-M no fue un espejismo. "Sacar conclusiones de unas europeas, donde la gente juega y experimenta con el voto, es difícil", dice Romero, "pero no parece –agrega Anduiza– que lo de las europeas sea una cosa puntual, que vaya a desaparecer de aquí a las próximas elecciones".

"Podemos tiene que consolidar su estructura y lograr difusión territorial, algo que suele generar toda clase de tensiones, pero tiene suerte: las próximas elecciones son locales y autonómicas, y eso es una oportunidad importante para fortalecerse como partido y pasar del entusiasmo inicial al trabajo diario", apunta Montero, que recomienda a IU seguir por el mismo camino que ha transitado hasta ahora.

"Hay que ser un ingenuo para pensar que el resultado de las europeas se debe a que en esas elecciones los partidos pequeños lo hacen mejor", asegura Orriols. El experto agrega que esa premisa es cierta, pero que la diferencia, el voto protesta, habitualmente supone una merma de entre 3 y 4 puntos para los grandes partidos. "Y ahora han sido 20 puntos: lo vivido es una tendencia de fondo", sentencia.

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