Nueve años de cáncer, dos sin tratamiento

R. A, enfermo de cáncer de próstata durante nueve años, lleva dos sin tratamiento porque la Consellería de Sanidade de Galicia no aprueba el medicamento que necesita para frenar su enfermedad, según declara su hija, A. A, a infoLibre. Tras poner varias quejas al Hospital Universitario de A Coruña y al Defensor del Pueblo gallego, la familia ha organizado una petición de firmas vía Change.org para hacerse oír aún más.

Las sesiones de radioterapia y los calmantes han formado parte de la vida del paciente durante los últimos siete años hasta que su urólogo le recomendó tomar abirateronaabiraterona, una opción “muy cara”, pero muy “efectiva” para frenar el cáncer, según señala A.A.

La abiraterona es un medicamento especialmente indicado para enfermos metastásicos por cáncer de próstata e incluido en la cartera de servicios comunes de prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. El precio de este tratamiento asciende a más de 3.000 euros y le corresponde a cada Comunidad Autónoma autorizar o denegar la dispensación del mismo, según confirman fuentes del Ministerio de Salud, Servicios Sociales e Igualdad.

“Los urólogos han estado durante dos años intentando conseguir que la Consellería apruebe la preinscripción de este tratamiento, pero sólo lo recetan a personas que hayan estado previamente con quimioterapia", explica la hija del paciente y añade que conoce más casos como el de su padre en España.

La quimioterapia no es la opción más recomendada en el caso de R. A. porque no sufre “dolores insoportables”. En este tiempo sin tratamiento, el cáncer del paciente gallego se ha extendido por gran parte de la columna vertebral impidiendole caminar, según advierte su hija.

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Sin respuesta

A finales de junio, el urólogo de R. A. informa al paciente de que “las quejas emitidas habían llegado a quien tenían que llegar y que ya podía recetarle la medicación”, explica A. A. Sin embargo, es la farmacia del Hospital Universitario de A Coruña quien, finalmente, se niega entregar este medicamento al propio paciente, a pesar de presentar la preinscripción médica. “Nos dijeron que este tratamiento no estaba autorizado para pacientes como mi padre y que volviésemos a hablar con el urólogo”, denuncia A. A.

Aunque la Consellería de Sanidade de Galicia no ha dado aún explicaciones a infoLibre, la familia de R. A. no se rinde y continúa interponiendo quejas tanto al servicio de atención al paciente del hospital gallego como al Defensor del Pueblo. “Sólo pedimos que alguien nos dé una solución después de tanto tiempo. No podemos consentir que sigan pasándose la pelota unos a otros mientras la enfermedad de mi padre avanza”, recalca A. A.