Rajoy responde a Sánchez que no cabe ninguna reforma constitucional

Lo que no dijo Pedro Sánchez tras su reunión con Mariano Rajoy lo dijo la Moncloa a través de un inequívoco comunicado. A la propuesta de reforma constitucional planteada por el PSOE, el presidente del Gobierno contestó, sencillamente, no. Portazo total. 

El secretario general de los socialistas compareció en rueda de prensa después de su primera (y larga) entrevista en el palacio de la Moncloa, de casi tres horas. Pese a que los informadores le requirieron en múltiples ocasiones que diera cuenta de la respuesta que le había dado Rajoy a la vía federal que el PSOE lleva enarbolando desde hace más de un año, el nuevo líder rehusó glosar la postura del presidente, aunque sí subrayó que la única coincidencia que ambos habían testado respecto al proceso soberanista en Cataluña era el rechazo completo a la consulta, pues es "ilegal", en los términos planteados por Artur Mas. 

Concluida la comparecencia, el Gobierno emitió un comunicado elocuente: el presidente, dice la nota, escuchó "con atención" los argumentos que Sánchez le formuló respecto a la conveniencia de abrir un proceso de reforma constitucional, pero le "advirtió" –el verbo lo usa literalmente la Moncloa– de que "en este momento no se dan las condiciones políticas necesarias para articular una propuesta con un consenso similar al que concitó la Constitución actual". O sea, un no rotundo. Sin dudas. 

Sánchez, en su rueda de prensa en la Moncloa, insistió en que el PSOE cree que es necesario abrir el "tiempo de reformas", que no cabe responder con el inmovilismo, que hay que enmarcar la modificación de la Carta Magna en un proceso de modernización del entramado institucional del país, que hay que dar un "paso decidido" en favor de la España federal que luego sea refrendado, en referéndum, por los españoles. El líder del PSOE apremió al presidente a permitir la apertura de una ponencia en el seno de la Comisión Constitucional del Congreso. En definitiva, que hay que "tender puentes" y no "levantar muros". "Cataluña y la crisis territorial lo ha convertido en urgente, pero existía desde hace tiempo la necesidad de renovar nuestra arquitectura: reordenar las competencias a nivel autonómico, local y estatal, y plantear un modelo de convivencia territorial adaptado a la sociedad del siglo XXI, que es lo que queremos todos". 

Coincidencia en que la consulta soberanista es "ilegal"

Se le preguntó si se marchaba de la Moncloa con más o menos esperanzas de que se abra alguna puerta. "Me voy con la misma sensación que llegué". O sea, todo sigue igual, como bien manifestó el comunicado de la Moncloa. 

Sobre la consulta del 9 de noviembre, no hay interpretación posible, sino "coincidencia" de ambos en que es "ilegal" y, por tanto, no cabe celebrarla. Pero más allá de esa constatación, no se planteó ningún frente de actuación común. El jefe socialista no cree que sea necesario llegar a aplicar el artículo 155 de la Constitución –suspensión de la autonomía, incluso– en el caso de que la Generalitat decidiera seguir adelante con sus planes, y recordó que Mas se ha comprometido a actuar dentro del marco legal. "Yo creo en lo que dice Mas", abundó, a la espera de una próxima reunión entre ambos. 

En la conversación también emergió el escándalo del fraude fiscal multimillonario de Jordi Pujol. Pero no analizaron, según la versión de Sánchez, el impacto de la confesión del expresident sobre el proceso soberanista y cómo puede influir en la entrevista que Mas mantendrá con Rajoy el miércoles, 30 de julio. El líder del PSOE reiteró lo dicho esta mañana en Ferraz: que Pujol debe aclarar qué fortuna amasó, cuál es el volumen de lo defraudado a Hacienda durante 34 años y cuál es el origen de esos dineros. 

Tono "cordial" y disposición a un diálogo "leal" pero "firme"

La entrevista, de exactamente dos horas y 45 minutos, discurrió en tono "cordial" y "muy positivo", según Sánchez, y en ella le trasladó su disposición a un diálogo "leal, sincero y abierto", pero a la vez "firme" y claro en lo que respecta a las posiciones de su partido y "activa" en la defensa de los derechos ciudadanos contra los recortes. Rajoy, por su parte, se mostró partidario de mantener un "diálogo fluido y leal sobre los asuntos que conciernen a la seguridad y bienestar de todos los españoles, así como los que afectan a la estabilidad institucional del país". En esa línea, le agradeció la posición del PSOE en el relevo de la Corona, votando a favor de la abdicación del rey Juan Carlos.

Durante la reunión, se observaron más "diferencias que coincidencias" no sólo en lo relativo a Cataluña, sino en el resto de asuntos abordados. Primero, crisis. Sánchez trasladó al presidente su preocupación por la situación económica y la enorme desigualdad. Y rechazó "el optimismo que rezuma el Gobierno en su conjunto". Como había avanzado esta mañana, le planteó su propuesta de un parado con hijos, un ingreso. ¿En qué consiste? En que se inviertan los 5.800 millones de euros que el Estado se ha ahorrado con el recorte de la cobertura al desempleo en hacer un ingreso al mes a los desempleados con hijos. "Hay suficientes recursos como para invertir en solidaridad", y con ellos, aunque no se "resolvería" el problema del paro, sí permitiría "paliar mucho sufrimiento". 

La nota del Gobierno ni hace alusión a esta cuestión. Sostiene que el presidente informó al secretario general de los socialistas de los últimos datos económicos y de desempleo y le valoró los "resultados de la reforma laboral, que está permitiendo crear" puestos de trabajo en España "a ritmo intenso". Fuentes oficiales del Ejecutivo no quisieron añadir más a lo expresado por el comunicado. 

"Un 'no' ahora y en el futuro"

Dos, la elección directa de los alcaldes. Sánchez previno a Rajoy que el PSOE no "va a entrar en la negociación" de este asunto, porque no se pueden cambiar la norma a pocos meses de las municipales. El no, insistió, no es puntual, "es un no ahora y en el futurono", para siguientes legislaturas, porque no es la "vía más democrática para garantizar la estabilidad y la gobernabilidad de muchos ayuntamientos". La regeneración democrática, dijo, "pasa sobre todo por respetar las reglas de juego y no cambiarlas cinco minutos antes de que acabe el partido", y también por no aprobar en el Congreso "muchas de las medidas a través de decretos", como el que modifica una veintena de leyes y ante el que la oposición ha protestado airadamente. 

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¿Se comprometió el presidente a no aprobar esta modificación de la Ley Electoral si no hay consenso con el PSOE? "No me ha dicho ni que sí ni que no", comentó el líder de los socialistas. Confía en que Rajoy "no emule a la secretaria general del PP", María Dolores de Cospedal, y su "intento de pucherazo" en Castilla-La Mancha con la reforma a las bravas del Estatuto de autonomía y de la Ley Electoral. El comunicado gubernamental tampoco aclara nada al respecto. Ni lo menciona. 

En la reunión afloraron otros temas más colaterales, como la coincidencia en la necesidad de una política más expansiva del BCE, el mantenimiento del consenso en política antiterrorista, de defensa o de política exterior –el presidente prometió informarle periódicamente de estos asuntos–, o las políticas sociales. Aunque no abordaron en concreto la reforma de la Ley del Aborto, Sánchez sí enfatizó que el PSOE no cambiará un ápice su "oposición frontal" al proyecto de Alberto Ruiz-Gallardón. Rajoy, por su parte, no le recriminó el rechazo de los socialistas españoles a votar a favor de Jean-Claude Juncker como jefe de la Comisión Europea.

Y luego hubo charla distendida sobre la familia, el ciclismo o el baloncesto, deporte que Sánchez practicó en su juventud. Pero poco más, a decir del secretario general y el comunicado del Ejecutivo. Sí la esperanza de un "diálogo fluido" a partir de ahora entre el jefe del Gobierno y un líder del PSOE que debutaba hoy en la Moncloa. Un espacio que no le parecía ajeno.