Cambio climático

Carlos Bardem y Alberto Ammann encabezarán la expedición de Greenpeace contra el deshielo del Ártico

Los actores Carlos Bardem y Alberto Ammann, así como el realizador Álvaro Longoria, serán las puntas de lanza de la expedición que emprenderá al Ártico a partir del próximo día 9 Greenpeace, un viaje con el que la ONG pretende denunciar el riesgo que sufre este ecosistema por el cambio climático, las prospecciones petrolíferas y la pesca industrial. Los tres cineastas grabarán durante el viaje un documental que muestre estos peligros.

Para promocionar su viaje, Greenpeace ha hecho público un vídeo en clave de humor en el que anuncian que "este verano, dos actores se criogenizarán hasta 2069 para rodar Easy Rider [la popular película de Dennis Hopper] 100 años después". Los propios Ammann y Bardem aparecen explicando sus supuestos propósitos y mostrando su ilusión por el proyecto. Pero a la mitad, el vídeo avisa: la criogenización es una broma, pero si la idea fuese real, posiblemente no podría llevarse a cabo en el Ártico, "porque en 2069, a este paso, ya no habrá hielo" en la zona en verano, según denuncia Bardem.

Y es que las predicciones de Greenpeace no pueden ser más negativas, ya que la ONG denuncia en un comunicado que "numerosos estudios demuestran que los osos polares, los renos y las focas se encuentran amenazados por el aumento de las temperaturas y el deshielo. Las emisiones de CO y el calentamiento global también provocan la acidificación del Océano Ártico con graves implicaciones en la fauna marina además de favorecer la aparición de plagas de insectos, hongos e infecciones y erosionar la costa".

El petróleo, clave

"En los últimos 30 años el Ártico ha perdido tres cuartas partes de su hielo", cifra Greenpeace, que resalta la importancia de este elemento porque "refleja gran cantidad de calor solar hacia el espacio y mantiene así fresco el planeta y estabiliza los sistemas meteorológicos". Pero la organización también denuncia una motivación económica tras esta amenaza. "Con el deshielo se están abriendo nuevas rutas marítimas y aumenta la atracción para las actividades extractivas de petróleo en esta zona", señala Greenpeace, que pone como ejemplo que "cerca de la reserva natural de la isla del Oso, al sur de Svalbard (mar de Barents) la petrolera noruega Statoil ha llevado a cabo este verano trabajos de exploración para extraer petróleo y gas en tres pozos".

Estas actividades, según la ONG, serían una forma de retroalimentar el cambio climático, ya que la extracción de petróleo libera gases de efecto invernadero que provocarían un deshielo más rápido de la zona. Y Greenpeace alerta: también hay riesgo de vertidos petrolíferos e, incluso, de guerra. "Nos arriesgamos a sufrir un vertido de petróleo que sería imposible de atajar en las condiciones extremas de la región, y pondría en peligro su delicado ecosistema. Por otra parte, [...] países como Rusia y Noruega ya han anunciado 'batallones por el Ártico' para luchar por sus intereses nacionales en el área".

Por ello, durante la expedición los activistas visitarán durante 4 días el archipiélago noruego de Svalbard y mostrarán a Bardem, Ammann y Longoria la biodiversidad de la zona para que el realizador pueda tomar imágenes para el futuro documental. Igualmente, según explica una portavoz de Greenpeace, los viajeros realizarán y grabarán actividades de concienciación sobre los riesgos del deshielo, y tendrán la oportunidad de conversar con dos de los activistas de la ONG que estuvieron el año pasado detenidos en Siberia por protestar contra la situación del Ártico, así como con población local para conocer de primera mano cómo se ha transformado la zona en los últimos años.

Un "santuario global"

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En este sentido, la portavoz denuncia la postura de los países limítrofes con la zona, y critica especialmente la actitud de Rusia, de la que dice que "las detenciones del año pasado fueron un mensaje, y no sólo para Greenpeace". Pero la organización insiste en que el deshielo del Ártico –el "aire acondicionado del planeta", según explica la portavoz– afectaría negativamente a todo el mundo. Por ello, la ONG hace hincapié en que "cuatro países, sólo porque estén geográficamente cerca del Ártico, no pueden decidir sobre algo que nos afecta a todos", y por ello pide crear un "santuario global" en la zona, una suerte de Tratado Antártico que protegiese la región de los intereses empresariales y políticos nocivos.

Y es que el deshielo del Ártico tendría consecuencias negativas también en nuestro país. "En España, el aumento de las temperaturas y la bajada en las precipitaciones afectará a nuestros hábitats naturales, que podrían desaparecer tal y como hoy los conocemos, y afectará a su flora y fauna, además de a actividades económicas como el turismo o la producción de vino", explica Greenpeace, que también alerta sobre la posibilidad de que aumente el número de incendios, las enfermedades infecciosas y las plagas como consecuencia de un eventual agravamiento del cambio climático.

Bardem, por su parte, abunda en esta cuestión: “No vivimos en un planeta parcelado, todo lo que afecta a un ecosistema también lo hace al resto, a nuestra calidad de vida. Ya vamos tarde en la carrera por proteger una zona vital para el ser vivo y para el planeta Tierra, como es el Ártico", afirma. Longoria, igualmente, contrapone la visión de las “grandes empresas y gobiernos que solo buscan el enriquecimiento a corto plazo sin pensar que tendrá consecuencias irreversibles" y la opinión de "la mayoría", que "apoya sin fisuras la creación de un santuario alrededor del Polo Norte".

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