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Regeneración democrática

La reforma sin consenso de la ley electoral para que gobierne la lista más votada divide al PP

La elección directa de alcaldes, nuevo foco de tensión en el PP

A la vuelta de las vacaciones de verano, el Partido Popular se volcará en su última propuesta estrella: que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada. Es una pata más de la segunda fase de su denominado "programa de regeneración democráctica". En el partido hay unanimidad sobre la oportunidad de abrir el debate, pero no sobre las formas. Algunas voces de la formación conservadora ponen una línea roja: no puede hacerse sin apoyo de, al menos, el PSOE. Sin embargo, en las últimas semanas han sido varios los dirigentes que han dejado la puerta abierta a dar el paso en solitario. ¿Cuánto hay de estrategia y cuánto de intención real? El PP y el Gobierno están pendientes de que el presidente marque los límites en septiembre.

Para sacudirse las críticas que apuntan a que el partido de Mariano Rajoy ha desempolvado esta iniciativa a raíz de los malos resultados de las europeas y ante el miedo a perder ayuntamientos clave como Madrid o Valencia, desde la dirección nacional recalcan que no se trata de un invento, sino de una promesa electoral. Y que, por tanto, van a intentar llevar a cabo este compromiso con los electores que les auparon a la Moncloa con una mayoría muy holgada en las generales de noviembre de 2011.

Pese a esta tesis, no pasa inadvertida la forma en la que el partido resucitó esta promesa: en un Comité Ejecutivo Nacional del mes de junio que vino precedido por varias reuniones con dirigentes provinciales y locales del partido en las que Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral, escuchó de forma recurrente el miedo de alcaldes y presidentes autonómicos a no lograr remontar el bache de las europeas. Una situación de la que culpaban directamente a las políticas del Gobierno central.

"Son los alcaldes, sobre todo, los que llevan meses pidiendo al partido que aborde la promesa de que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada. El partido asume esta demanda y va a poner en marcha la maquinaria para abrir el debate. Otra cosa es el resultado final que de aquí se obtenga", admite un miembro de la dirección nacional del partido.

Cambios en la intensidad del mensaje

Desde ese lunes de junio en el que Rajoy hizo el anuncio de abrir el debate hasta el día de hoy, los pronunciamientos de miembros del PP y del Gobierno al respecto han ido variando. Si en un primer momento todos los mensajes que se lanzaban iban encaminados a trasladar la idea de que la voluntad era real, pero no iba a ser posible sin el acuerdo del PSOE, en la última semana este mensaje ha sido superado por otro. El que apunta a que el PP va a hacer todo lo posible por llegar a un consenso con el resto de partidos, sobre todo el PSOE, pero que una negativa de la oposición no va a frenarle y que, de hecho, existe la firme intención de que ya se aplique en las municipales de mayo de 2015. En la práctica, el PP, gracias a su mayoría absoluta en las cámaras, no tendría problema alguno para aprobar la reforma.

Independientemente de esta estrategia y de los argumentarios oficiales, el partido está claramente dividido. Hay quienes consideran que hay que hacer todo lo posible para convencer al PSOE, pero que, en última instancia, el PP tiene la llave y debe seguir adelante. Y hay quienes consideran que es un "grave error" y a la larga perjudicará al partido hacer una reforma de la ley electoral de forma unilateral.El PSOE se muestra contrario

No es la primera vez en esta legislatura que el Partido Popular agita la idea de una posible reforma de la ley electoral. Poco antes de las europeas, los conservadores resucitaron una demanda del PP vasco que tiene su origen en la etapa en la que su presidente era Antonio Basagoiti: que aquellas personas que tuvieron que emigrar fuera de Euskadi o de Navarra por motivos relacionados con el terrorismo volviesen a poder votar en estos territorios. No obstante, estudiada la posibilidad de retomar el tema, la formación de Mariano Rajoy decidió aparcarla sine die. ¿Por qué? El argumento que por estas fechas dieron tanto desde la dirección nacional como desde la dirección del Grupo Parlamentario Popular era que bajo ningún concepto se puede reformar la ley electoral en solitario. Y que, en este caso, no se contaba con el apoyo del Partido Socialista. Lo mismo ocurre ahora en el tema de los alcaldes. Pedro Sánchez, nuevo secretario general de los socialistas, ya se ha declarado en contra de cambiar las reglas del juego "minutos antes de terminar el partido, a las puertas de las próximas municipales".

La decisión, a la vuelta de las vacaciones

En este contexto, como todo lo que ocurre en el PP, la última palabra la tiene Mariano Rajoy, que debe decidir si en este caso dan el paso sin el apoyo del principal partido de la oposición. Sería, no obstante, la enésima vez en esta legislatura que se impone el rodillo de los conservadores. Fuentes de la dirección nacional del partido consultadas por este diario sostienen que el presidente del Gobierno y del PP tomará una decisión definitiva en septiembre, a la vuelta de sus vacaciones. "Se aplique o no en las próximas municipales, no hay mucho margen de tiempo", subrayan estas fuentes.

Independientemente de la decisión final, desde el área de política autonómica y local del partido, dirigida por Javier Arenas, se ha redactado un texto muy escueto de moción para que las direcciones locales del partido lo trasladen a los plenos de los ayuntamientos. Ya ha sido presentada en algunos consistorios. Y, en septiembre, seguirá habiendo goteo de iniciativas. Se trata, según narran las fuentes consultadas, de que cale la idea y los ciudadanos "comprendan la importancia de que gobierne el candidato de la lista más votada para evitar pactos oscuros en los despachos".

Esta última afirmación choca con la realidad de las cifras. Según datos recabados por infoLibre, el 90% de las principales ciudades tienen como alcalde al candidato de la lista más votada. Sólo en nueve de las 78 principales ciudades del país –las que superan los 100.000 habitantes y todas las capitales de provincia aunque tengan una población menor–, el actual alcalde no pertenece a la lista que obtuvo más respaldo en las últimas elecciones municipales.

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El listón, en el 40% de los votos

Génova, sede nacional del partido, defiende el texto de la moción al asegurar que "la elección directa del alcalde se funda en la búsqueda de una mejor gobernabilidad, de una mayor identificación del alcalde con los electores y de un reforzamiento del ayuntamiento como institución destinada a proporcionar servicios a los ciudadanos".

Del mismo modo, independientemente de que la iniciativa se plasme en una reforma legislativa, el área de política autonómica y local del PP concretará, a partir de septiembre, los detalles de su propuesta para que el partido más votado sea el que lleve las riendas del consistorio. Hasta la fecha, no hay mucha concreción de esta iniciativa. Pero todas las fuentes coinciden en que para otorgar la mayoría a un partido, este debe superar el 40% de los votos

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