Las reformas del PP

La reforma electoral de Rajoy busca garantizar el poder al PP en 49 grandes ciudades

El vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, este miércoles en Málaga.

La propuesta del Partido Popular de reformar la ley electoral para que gobierne la lista más votada va a marcar el arranque del curso político tras las vacaciones de verano. El equipo de política autonómica y local de la formación conservadora trabaja ya en la letra pequeña de la iniciativa. Y, aunque el máximo responsable de este área, Javier Arenas, sostuvo este miércoles que, a día de hoy, no hay "nada cerrado", fuentes del Gobierno y del partido llevan semanas lanzando el mensaje de que Mariano Rajoy está dispuesto a sacar adelante una reforma de la ley electoral sin ir de la mano del principal partido de la oposición. Y a las puertas de unas municipales, en mayo de 2015, en las que ya entraría en vigor.

A la espera del documento definitivo, el partido del Gobierno trabaja sobre la base de otorgar la mayoría absoluta a la lista que obtenga el 40% de los votos. Teniendo en cuenta este porcentaje y utilizando como base los resultados de las últimas municipales, las de 2011, el PP sería la formación más beneficiada. Los datos son contundentes. Si se toman las 78 principales ciudades del país –las que superan los 100.000 habitantes y las capitales de provincia– la reforma electoral de Rajoy daría a su partido la mayoría absoluta en ocho ciudades donde hoy no la tiene. Y más contundente aún: trasladando el listón del 40% a los resultados de 2011, puede concluirse que el presidente del Gobierno busca que su partido mantenga el poder en medio centenar de grandes ciudades.

A continuación, se traza el mapa de poder resultante y algunos efectos de este anuncio estrella del partido del Gobierno que la oposición, sobre todo por las prisas y el escaso margen existente hasta los comicios de mayo, no ve con buenos ojos.

Una vía para amortiguar la caída electoral

No es un secreto para el PP ni para ningún partido político que el escenario electoral dista hoy bastante de 2011. En el caso del PP, los conservadores vieron en mayo de aquel año cómo su partido cosechaba los mejores resultados en unas municipales y en unas autonómicas. Y en noviembre, cómo Mariano Rajoy obtenía una holgada mayoría absoluta para llegar a la Moncloa. Cualquier dirigente de la formación firmaría por un contexto similar. Pero las europeas y los datos de las encuestas pintan un panorama más oscuro. Tan oscuro como que si se extrapolan los datos de las europeas, o las encuestas no se equivocan, ciudades que tradicionalmente han estado en manos de la derecha como Madrid o Valencia desaparecerían del mapa de poder del PP. En algunos casos, una alianza de fuerzas de izquierda conduciría a que gran parte de los feudos tradicionales del PP pasasen a otras manos.

La barrera del 40% para otorgar a una lista la mayoría absoluta, cifra que se maneja en las reuniones internas del partido, es un intento de salvar los muebles a toda costa. Una especie de bonus o prima que permitiría a algunas ciudades mantenerse bajo las siglas del PP pese a la esperada caída de votos en las municipales previstas para 2015. Baste un ejemplo: en las elecciones de 2011, el PP cosechó el 49,96% de los votos en el Ayuntamiento de Madrid. Una mayoría absoluta que lo seguiría siendo con la fórmula del 40%.

Ni en sus mejores sueños cuentan en la dirección nacional del PP con igualar la marca de 2011 para la institución que hoy está en manos de Ana Botella. Pero esta reforma de la ley electoral abre una vía para amortiguar la caída: el candidato o candidata que Rajoy escoja para el Ayuntamiento de Madrid podría perder más de nueve puntos respecto a 2011 y, sin embargo, retener la mayoría absoluta.

En el caso de Valencia, el margen es aún mayor si se tiene en cuenta que en las anteriores municipales Rita Barberá conquistó el 52,54% de los votos. Perdiendo 12 puntos, retendría para el PP este consistorio.

En los pasados comicios municipales, el PP obtuvo mayoría absoluta en 41 de estos 78 grandes ayuntamientos. En 22 de ellos, cosechó más del 50% de los votos; en 15, más del 45% y en cuatro, menos del 45%. Estos cuatro últimos son A Coruña (43,62), Elche (43,77), León (44,61) y Las Palmas (43,21).

Teniendo en cuenta los datos de las últimas municipales, el PP obtendría mayoría absoluta en estas 41 grandes ciudades en las que ya lo logró en 2011 y en 8 en las que no la obtuvo pero sí superó el 40% de los votos. Es decir, se haría con 49 de estos grandes ayuntamientos. Esto supondría, por ejemplo, arrebatar a los socialistas consistorios como el de Zaragoza, el de Vigo o el de Toledo. Y que el Ayuntamiento de mayor población en manos del PSOE –en este caso del PSC– por mayoría absoluta fuese el de Lleida.

más mayorías absolutas con menor porcentaje

En las pasadas elecciones municipales, el PP logró la mayoría absoluta en 41 de las 78 grandes ciudades que se toman como referencia para la elaboración de este reportaje. El PSOE, la obtuvo en cuatro ciudades (Lleida, Dos Hermanas, Soria y Cuenca). Y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en una, Bilbao.

Con la nueva regla que intenta imponer el PP, la del 40%, los conservadores se harían con mayoría absoluta en ocho ayuntamientos donde no la sacaron en 2011: Zaragoza, Vigo, Alcalá de Henares, Leganés, Getafe, Lugo, Segovia y Toledo. El PSOE lo lograría en la localidad madrileña de Fuenlabrada, donde en 2011 obtuvo el 41,08. Con esta misma base, el partido presidido por Mariano Rajoy no tendría garantizado el gobierno en 23 de estos 78 grandes ayuntamientos porque el porcentaje de voto estuvo por debajo del 40%.

Elecciones europeas

Si las autonómicas de 2011 dejan de ser la referencia y nos basamos en las europeas, los últimos comicios celebrados hasta la fecha, la reforma de la ley electoral que prepara el PP para la elección directa de alcaldes sería inservible. En ninguna de las 78 grandes ciudades los conservadores obtuvieron el 40% o más de los votos. La mayoría absoluta pues no quedaría garantizada.

El Ayuntamiento que más se acerca a esta cifra es el de Badajoz (39,13%). Le siguen Salamanca (38,65%), Ciudad Real (38,4%), Ávila (38,25%), Torrevieja (37,74%) Cáceres (37,15%) y Murcia (36,85%).

No obstante, los expertos electorales insisten en que es imposible extrapolar los resultados de unas elecciones europeas a unas municipales y autonómicas y a unas generales. Uno de los elementos que esgrimen es la participación, que en los comicios al Parlamento Europeo es tradicionalmente menor por la falta de movilización del electorado. Y otra es que el reparto de votos es proporcional con distrito único.

El argumento de los pactos oscuros, derribado por los datos

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El PP incluye esta propuesta dentro de la segunda fase de medidas de regeneración democrática comprometida para el mes de septiembre. A la hora de justificar su urgencia, los dirigentes de esta formación explican que los resultados de las europeas constatan el alejamiento de los ciudadanos de la política y que ha llegado la hora de que acercarse a los votantes. Para ello, plantean la llamada elección directa de alcaldes como una vacuna contra los "pactos oscuros" en los despachos.

Estos argumentos, no obstante, se caen por su propio peso si se acude a los datos. Con las cifras en la mano, el número de municipios en los que la Alcaldía está en manos de un candidato que no pertenece a la lista más votada es más bien testimonial. Sólo en nueve de las 78 principales ciudades del país –las mismas sobre las que se han realizado los cálculos para este artículo– el actual alcalde no pertenece a la lista que obtuvo más respaldo en las municipales de 2001. 

Traducido a porcentaje, en el 88,46% de los municipios (69 del total de los analizados) el actual regidor se había presentado por la lista que acaparó más apoyo. De hecho, de estas 69, en 48 el partido que gobierna lo hace con mayoría absoluta.

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