Reforma electoral sin consenso

El PP ha gobernado ayuntamientos destacados sin ser la lista más votada

El PP ha gobernado en ayuntamientos donde no son la lista más votada

"Queremos que los alcaldes sean elegidos por los ciudadanos y no en pactos oscuros en los despachos". El autor de esta frase es Javier Arenas, responsable de Política Autonómica y Local del Partido Popular, la persona a la que Mariano Rajoy ha encomendado el trabajo de presentar una propuesta concreta para la llamada elección directa de alcaldes.

A la hora de defender esta medida, en el PP mantienen que si algo han demostrado los resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo es que los ciudadanos se sienten alejados de sus representantes públicos. Y que medidas como la "elección directa" de alcaldes y otras que van en la línea de regeneración democrática serán bien acogidas por la sociedad, pese a la oposición frontal con la que se van a encontrar en la mayor parte de las formaciones políticas. Lejos está, dicen, el miedo a que pactos de partidos de izquierdas les descabalguen del poder en ayuntamientos que llevan años bajo las siglas del PP como Madrid o Valencia. Lo cierto es que, durante las últimas dos décadas, los conservadores han accedido a múltiples Alcaldías sin ser la fuerza más votada. Y que han sido partido de Gobierno no sólo en esta legislatura, y por tanto han tenido la oportunidad de legislar en esta materia con anterioridad y con menos prisas, pero sólo parecen dedicidos a hacerlo tras los malos resultados de las europeas. 

Las hemerotecas y los históricos de resultados electorales del Ministerio del Interior dan cuenta de prácticas que la cúpula del PP ahora censura. En algunos casos, esta práctica se dio en ayuntamientos que hoy temen perder, como el de Valencia. O en otros donde también hoy gobiernan con holgura como Santander o León. En otros casos, el PP se sumó a otras formaciones para sacar del consistorio a la lista más votada mediante mociones de censura. Y hay algunos ejemplos de diputados del partido, que serán los que tengan que sacar adelante la iniciativa con sus votos en el Congreso, que fueron alcaldes sin ser la lista más votada.

A continuación, se repasan de forma detallada algunos de estos ejemplos. "Pactos antinatura", como en la última semana han coincido en calificarlos algunos dirigentes del PP. Pactos de los que, por otra parte, se han beneficiado a lo largo de la historia de la democracia.

Pactos con otros partidos

"Yo soy absolutamente partidaria de profundizar más en la democracia y de acercar y hacer sentir más la cercanía de la representación entre los ciudadanos y los cargos electos. Por tanto, yo soy partidaria de la elección directa del alcalde, absolutamente partidaria de la elección directa del alcalde". Así se pronunciaba Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, el pasado 2 de julio preguntada sobre el tema. También hablaba de pactos, "para defender la legitimidad de las posibles alianzas, pero siempre y cuando tengan una racionalidad y unos principios comunes en las políticas a desarrollar". "Unos han sido muy fructíferos, otros han sido nefastos", sentenció. 

Barberá es una de las principales dirigentes del PP. Alcaldesa de Valencia desde 1991. Diputada autonómica. Expresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Y miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular. En los últimos años ha cosechado mayoría absoluta tras mayoría absoluta. Pero no siempre fue así. De hecho, en su estreno en 1991, la lista que encabezaba obtuvo 95.238 votos (25,5%) frente a los 139.272 de los socialistas. Para ser proclamada regidora de la ciudad contó con el apoyo de Unió Valenciana. Esta formación había obtenido el 21,56% de los votos con 80.500 sufragios. 

Hasta la fecha, esta ha sido la única ocasión en la que Barberá ha gobernado su ciudad sin ser la lista más votada. A partir de 1999, cuando obtuvo el 49% de los votos, en todos los comicios municipales celebrados alcanzaría más del 50% de los sufragios. Ahora, las encuestas pintan un panorama diferente. Y su ciudad se cita como una de las que están en el trasfondo de esta iniciativa. Los resultados de las elecciones europeas y las encuestas apuntan a la posibilidad de que el PP pierda la mayoría absoluta en Valencia. Si definitivamente se aprueba esta iniciativa y el PP sigue manteniendo la intención de otorgar la mayoría absoluta a la lista que logre el 40% de los votos, Barberá, o la persona que Rajoy escoja en su lugar, tendrán más margen para amortiguar la caída. En las municipales de mayo de 2011, su lista se hizo con el 52,5% de los votos.

El caso de Telde

En 2003, el dirigente del PPFrancisco Valido Sánchez arrebataba a Coalición Canaria (CC) el municipio del Telde (Las Palmas). Rompía con 20 años de hegemonía de los nacionalistas. Pero no lo hacía solo. CC obtuvo el 36,07% de los votos (10 concejales), frente a los 14.446 papeletas del PP (8 concejales). Para ser investido regidor pactó con una coalición electoral formada por las plataformas vecinales Agrupación Federal de Vecinos (AFV) y Ciudadanos para el Cambio (Ciuca), que habían obtenido cinco concejales. En noviembre de 2006, Valido dejaría el Ayuntamiento en manos de un compañero de partido, Francisco Santana. Dimitió tras ser detenido e imputado por presuntos delitos de cohecho y prevaricación en el marco del caso Faycán.

En las últimas municipales, las de 2011, se dio un escenario similar. El PP no fue la fuerza más votada en Telde. Pero un pacto a tres (con CC y Ciuca) llevó a la alcaldía a la conservadora María del Carmen Castellano. El PP fue la segunda fuerza más votada tras CC. Los nacionalistas se hicieron con 12.986 votos (27,65%), el PP, con el 26,39% y Ciuca, con 5.830. El pacto permite a Castellano gobernar el consistorio con el apoyo de 21 concejales de los 27 que integran el pleno.

Telde es, del grupo de las 78 grandes ciudades españolas –las que superan los 100.000 habitantes y todas las capitales de provincia–, la única en la que el partido de Mariano Rajoy gobierna sin ser la lista más votada.

Pacto con Hormaechea en Santander

Otro ejemplo se produjo el Ayuntamiento de Santander. En mayo de 1991 el Partido Popular y su cabeza de lista, Manuel Huerta, se hizo con la alcaldía de la ciudad que hoy gobierna el también conservador y presidente de la FEMP, Íñigo de la Serna. No fue la lista más votada, sino la tercera candidatura en apoyo ciudadano tras el PSOE y Unión para el Progreso de Cantabria (UPCA). Fueron los socialistas los más votados (el 32,12% de los sufragios y 10 ediles), mientras que UPCA cosechó el 30,63% de los votos y el PP se quedó en el 19,11%. Huerta pudo ser investido alcalde después de un pacto de la dirección nacional del PP de José María Aznar con Juan Hormaechea, líder de UPCA. El trato era el siguiente: el PP apoyaba a Hormaechea para la presidencia de Cantabria y, a cambio, los conservadores se quedaban con el Ayuntamiento de Santander.

Acuerdos en Andalucía

Jerez de la Frontera (Cádiz). Mayo de 2003. El PSOE es el partido más votado en los comicios con el 32,2% de los votos (9 concejales). Le sigue el Partido Socialista de Andalucía (PSA) de Pedro Pacheco, empatado a concejales y con el 30% de los votos. No obstante, en los primeros años de legislatura, hasta 2005, gobernó María José García-Pelayo, la candidata del PP. Su lista fue la tercera más votada: 27,5% de los votos, lo que se tradujo en ocho concejales.

García-Pelayo llegó a la Alcaldía de este municipio gaditano en 2003 gracias a un pacto con Pacheco (PSA) mediante el que acordaron repartirse el cargo por dos años. No salío muy bien. En 2005, a pocos meses de tener que ceder el testigo a su socio de gobierno, la regidora del PP rompió el pacto esgrimiendo falta de confianza. En ese momento se edita un nuevo pacto, en esta ocasión entre el PSOE y el PSA, y el bastón de mando municipal pasa a la socialista Pilar Sánchez Muñoz.

En 2011, PP y PSOE empataron a concejales en Ronda (Málaga), pero fueron los socialistas la lista más votada: 5.581 votos frente a 5.406 del PP. Un acuerdo con el Partido Andalucista condujo a que las conservadora María de la Paz Fernández Lobato accediese a la alcaldía. 

Gobernar León siendo tercera fuerza

Y en 1987, dos años antes del congreso de la refundación, cuando Alianza Popular (AP) pasó a llamarse Partido Popular, José Luis Díaz Villarig (AP) se hizo con el municipio de León. Fue la tercera fuerza más votada (14,8%), tras la Agrupación de Electores Independientes de León (37,9% de los votos) y el PSOE (29,9%). Un pacto con el PSOE y el CDS, la cuarta fuerza más votada (7,9% de los votos), permitió a Díaz Villarig hacerse con el bastón de mando y desplazar a la candidatura que más apoyo había recibido de los ciudadanos.

MOCIONES DE CENSURA

Con la actual ley electoral, si la lista más votada no logra mayoría absoluta, a veces otras fuerzas políticas buscan pactos para sumar la mitad más uno de los concejales. En otras ocasiones, cuando la formación que gobierna lo hace por mayoría simple, tiene que enfrentarse a mociones de censura a lo largo de la legislatura. Poco ha concretado el Partido Popular su propuesta para que gobierne la lista más votada otorgando mayoría absoluta al partido que logre el 40% de los votos; pero con este planteamiento, la moción de censura quedaría desdibujada. Una herramienta mediante la que los conservadores han logrado hacerse con importantes ayuntamientos.

La vía de Hernández Mateo para llegar a Torrevieja

Así ocurrió, por ejemplo, tras las elecciones municipales de 1987 en Torrevieja. El socialista Joaquín García Sánchez se hizo con la alcaldía tras ser la fuerza más votada (31,18%) pero no lograr la mayoría absoluta. Un año después, Pedro Hernández Mateo, por entonces candidato de AP, encabezó una moción de censura a la que se sumaron Candidatura Unida Torrevejense (CUT), el CDS y un tránsfuga del PSOE. Se hizo con el bastón de mando y desde 1988 hasta hoy los conservadores no han dejado de gobernar en este municipio alicantino. Hernández Mateo, no obstante, dejó de ser alcalde en 2011. Y el pasado 31 de julio ingresó en la prisión murciana de Campos del Río. Fue condenado a tres años de cárcel y siete de prisión por prevaricación y falsedad documental en un caso de adjudicaciones municipales que empezó a investigarse en 2007 a raíz de una denuncia presentada por Los Verdes de Torrevieja.

El caso ha sido muy polémico este año para el partido que preside Mariano Rajoy. Un sector del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas promovió una recogida de firmas para reclamar su indulto. El Consejo de Ministros se lo negó en su reunión del 11 de julio.

Alianza con el CDS en Ibiza para echar al PSOE

Ese mismo año de 1987, el Ayuntamiento de Ibiza vivió un proceso similar y el partido beneficiado fue también el PP. La lista del PSOE había sido la más votada (42,43%), pero sin mayoría absoluta. Le seguía AP con el 39,48% de los votos. El socialista Enrique Mayans fue proclamado alcalde. Pero no acabaría la legislatura. En julio de 1989, el candidato conservador, Enrique Fajarnés Ribas, se convirtió en el nuevo regidor del consistorio ibicenco después de que prosperara la moción presentada conjuntamente por el PP y el CDS.

Fajarnés fue alcalde de Ibiza entre 1989 y 1999. En la legislatura 2004-2008 ocupó un escaño en el Congreso de los Diputados. Los cuatro años anteriores los pasó en el Senado.

El caso se repite en Jaén y Segovia

Alfonso Sánchez Herrera (AP) llegó también al Ayuntamiento de Jaén de la misma forma que Hernández Mateo y Fajarnés: promoviendo una moción de censura. Al arranque de la legislatura, tras las municipales de 1987, fue el socialista José María de la Torre Colmenero el que se hizo con el gobierno de la ciudad. No había obtenido mayoría absoluta, pero sí había sido la lista más votada: 38,7% de los votos frente al 37,4% de AP. La moción promovida por Sánchez Herrera le desplazó en 1989.

En el Ayuntamiento de Segovia, AP presentó una moción de censura en 1986 para desplazar de la Alcaldía a la lista más votada. Las elecciones municipales de 1983 las había ganado el socialista Miguel Ángel Trapero García, al obtener el 37,4% de las papeletas. El candidato de Alianza Popular, Emilio Zamarriego, cosechó el 35,5% de los sufragios. Pero los conservadores no permitieron al ganador finalizar la legislatura y desplazaron a los socialistas de la alcaldía un año antes de que terminase el mandato.

Regidores con escaño en el Congreso 

Una vez se concrete y redacte la propuesta del Partido Popular, una tarea que se hará en coordinación con el Gobierno, el protagonismo pasará al Grupo Parlamentario Popular, que tendrá que trasladar la iniciativa al resto de grupos y abrir rondas de contactos en busca de un consenso que hoy se antoja casi imposible. Pese a que tanto desde el PP como desde el Ejecutivo se había insistido en los últimos meses en que ellos no harían nunca una reforma de la ley electoral sin consenso, ahora parece que los recelos se han borrado de un plumazo y que a Rajoy le basta con la mayoría absoluta de su formación en el Congreso para modificar una ley de este calado.

En el Grupo Parlamentario Popular en la Cámara Baja se sientan diputados que son o han sido alcaldes a lo largo de su carrera política. Y algunos de ellos saben lo que es gobernar sin ser la lista más votada. 

Es el caso de Juan Antonio Abad Pérez, diputado por La Rioja y alcalde de Arnedo (La Rioja) desde las elecciones municipales de mayo de 2003. En aquella convocatoria electoral, la lista que encabezaba no fue la má votada. Le adelantó el PSOE por un escaso margen: 39,1% frente al 38,7 que obtuvo el parlamentario y todavía regidor de esta localidad riojana. Gobernó con el apoyo del Partido Riojano (11,7% de los sufragios). Este pacto se reeditó en las ultimas municipales de 2011, cuando los ocho concejales obtenidos por el PP, los siete por el PSOE y los dos del Partido Riojano, convirtieron a los regionalistas en la llave de Gobierno. A cambio de retener la alcaldía, Abad cedió a su socio municipal las concejalías de Urbanismo y Hacienda.

El episodio de Alhaurín de la Torre

El diputado por Málaga Joaquín Villanova Rueda es, según su ficha del Congreso de los Diputados, alcalde de Alhaurín de la Torre desde 1996. La legislatura municipal que arrancó en este municipio malagueño de más de 38.000 habitantes tras los comicios de mayo de 1995 fue bastante convulsa. Con el 30,8% de los votos ganó la Agrupación Social Independiente de Alhaurín de la Torre (ASIAT), un porcentaje que se tradujo en seis concejales de los 17 que integraban el pleno. Le seguía el PP, con el 26% de los sufragios y un edil menos. Fue en esta situación en la que Antonio Vega, de ASIAT, se hizo con la alcaldía. No era nuevo para los ciudadanos. Llevaba gobernando desde 1983. Pero esta fue la más corta de sus legislaturas. 

Josefa Rando Ríos, del PP, se convirtió en alcaldesa en enero de 1996 tras la presentación de una moción de censura. Su reinado fue efímero. En agosto de 1996 tuvo que ceder su puesto a Francisco Rodríguez Godoy (PSOE), tras otra moción de censura. Rodríguez Godoy estuvo hasta octubre de ese mismo año en el despacho de alcalde. El PP recurrió y el ahora diputado por Málaga se hizo con la alcadía. Agotó legislatura y ha ganado el resto de municipales que se han celebrado hasta la fecha.

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Apoyos a CC para evitar que gobierne el PSOE

También hay casos en los que el PP ha servido de apoyo para que no gobernase la lista más votada. Ana Oramas, actual portavoz de CC en el Congreso de los Diputados, fue alcaldesa de San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) desde 1999 a 2008. En su primera legislatura no fue la candidata más votada. Lo fue el socialista Santiago Pérez, que se hizo con el 40,1% de los votos, frente al 31,8% de CC. El PP, con el 14,9% de los sufragios, fue la tercera fuerza. Un pacto entre conservadores y nacionalistas canarios arrebató la alcaldía a los socialistas.

Pese a que la hemeroteca y los datos son inapelables, los conservadores siguen erigiéndose en defensores de la lista más votada. "Nos gusta que gobiernen los ganadores porque es lo que quieren los ciudadanos, y no que gobiernen los perdedores porque eso no es lo que quieren”, insistía este sábado Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral del partido. "Les pedimos que le den la voz a los ciudadanos y no que la corten en los despachos en los que se reúnen algunos, para tratar de llegar a acuerdos contra la voluntad de la gente que vota", apelaba a los socialistas.

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