El Gobierno deja solo a Gallardón en su defensa de la reforma del aborto en el Congreso

Los gestos, en política, están plagados de significado. El lenguaje no verbal. Los silencios. En ocasiones, una actitud dice más que un discurso de una hora. Y Mariano Rajoy, dio este miércoles una lección magistral para interpretar la última crisis interna que se vive en su gabinete. El presidente del Gobierno tuvo la oportunidad de respaldar en el Congreso de los Diputados a su ministro de Justicia frente a los rumores que apuntan a la retirada de la reforma de la ley del aborto. La dejó pasar. Ni él ni la vicepresidenta estuvieron presentes en el hemiciclo cuando Gallardón defendió la ley que le ha hecho abrir un periodo de reflexión sobre su futuro político.

Si Mariano Rajoy quería dar carpetazo a la polémica, habría bastado un cierre de filas. Ordenar a todos sus ministros que acudieran a la sesión de control en señal de respaldo a su ministro de Justicia, el hombre al que encomendó una reforma de la ley del aborto en cumplimento del programa electoral con el que todos fueron elegidos. Pero no ocurrió así. Antes de que Ruiz-Gallardón respondiera a la diputada del PSOE Carmen Montón sobre el futuro de la ley, ya habían intervenido en el pleno de control al Ejecutivo el propio presidente, su mano derecha, Soraya Sáenz de Santamaría y el titular de Exteriores, José Manuel García Margallo. Todos ellos fueron desfilando hacia una de las puertas de salida del hemiciclo a medida que respondían a la oposición.

Sólo Montoro le escucha

Llegado el turno del titular de Justicia, sólo un ministro, el de Hacienda, estaba en la bancada del Gobierno. Cristóbal Montoro se dio cuenta. Y por eso de que los fotógrafos no captaran una foto de su compañero en solitario, se desplazó una silla para acercarse a él.

Aplausos de la bancada conservadora a su intervención, hubo. Pero tímidos. Nada comparable al cerca del minuto de ovación que se llevó Rajoy cuando respondió al socialista Pedro Sánchez sobre política fiscal.

"¿Ha comprendido ya que el ministro que no se debe legislar contra la libertad de las mujeres?"

, hurgó la diputada socialista en la herida de Gallardón y, por extensión, del Gobierno. 

El responsable de Justicia sorteó como pudo la pregunta. Pero evitó pronunciarse sobre si se aparca o se continúa con ella. Es una tarea que reserva al propio presidente del Ejecutivo. Fuentes de Justicia aseguran que, a día de hoy, el departamento desconoce el futuro que va a correr la ley y si, efectivamente, como adelantó El Mundo, el anteproyecto va camino de ser guardado en un cajón de la Moncloa. 

Lo que sí hizo fue defender el texto que el 20 de diciembre recibió luz verde en el Consejo de Ministros: "Cree –dijo a la socialista– que estamos hablando de una medida fuera del tiempo. Créame que eso no es así", mantuvo. Antes había señalado que los tres informes preceptivos, los más importantes, los del Consejo General del Poder Judicial, el Consejo Fiscal, y el Comité de Bioética, habían respaldado el anteproyecto con algunas observaciones. "Fueron favorables", destacó.

El ministro subrayó, además, que la intención del Gobierno con esta iniciativa legislativa no es la de legislar contra la libertad de las mujeres, tal y como le había acusado Montón. Y cargó contra la "pretendida superioridad moral de la izquierda" al margen de lo que digan las urnas. al tiempo que calificaba de "extraordinariamente positivo" el debate suscitado alrededor de su anteproyecto.

Muy insistente fue también la socialista a la hora de acusar al Ejecutivo de intentar dar marcha atrás en esta materia por el miedo a perder votos. Frente a esto, Gallardón precisó que nunca se hicieron cálculos electorales para iniciar esta reforma legal, sino que hay una "profunda convicción" en el PP de la necesidad de esta ley. De lo contrario, dijo, no se habría defendido tanto desde su departamento.

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Si los gestos de Rajoy respecto a esta cuestión se miden con lupa, los del ministro no le van a la zaga. Máxime cuando está sobre la mesa la posibilidad de que abra la primera crisis de Gobierno de la era Rajoy. Por eso, a más de unó, el cierre de su respuesta parlamentaria fue interpretada por más de uno como una despedida.

"Es muy difícil saber dónde estaremos cada uno de nosotros. Hoy, mañana, dentro de un año. Pero yo le aseguro una cosas. No sé donde nos volveremos a encontrar. Pero le aseguro que allí donde nos encontremos usted y yo, a mé me encontrará defendiendo la libertad de las mujeres y defendiendo el derecho de la vida de los concebidos", cerró.

A su salida, los periodistas quisieron saber si esas palabras eran un adiós. "Eso es de nota", respondió con ironía refiriéndose a la pregunta.