Privatización de la sanidad

Madrid desvía pacientes de hospitales públicos al nuevo centro privatizado de Villalba

El consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, en la inauguración del hospital.

La apuesta por la sanidad privatizada no decae en la Comunidad Madrid. El último capítulo es la inauguración del Hospital General de Villalba, integrado en la red pública pero gestionado por la empresa IDC Salud (antigua Capio) y cuya apertura afecta a los centros sanitarios 100% públicos en los que hasta ahora se venía prestando asistencia sanitaria a los habitantes de la zona noroeste de Madrid. Profesionales del Hospital Puerta de Hierro denuncian que en la última semana –el centro de Villalba comenzó una apertura gradual el pasado 6 de octubre– han visto cómo sus pacientes están siendo derivados al nuevo hospital. infoLibre intentó obtener la versión de la Consejería de Sanidad, pero no obtuvo respuesta. 

Los profesionales consultados aseguran que nadie les avisó de que la inauguración del nuevo hospital fuera a reducir su cartera de pacientes de forma tan precipitada. Pero en los últimos días empezaron a constatar que había pacientes que no acudían a las citas que tenían programadas y eso les hizo sospechar. "Cada uno de nosotros tenemos una agenda de pacientes en la que están reflejadas todas las citas que tenemos en un turno. Desde la semana pasada empezamos a darnos cuenta de que había algunos que faltaban. Me pareció extraño y llamé por teléfono a los familiares de algunos de ellos. La sorpresa fue total cuando me comentaron que les habían llamado del centro de Villalba para decirles que tenían que ir allí a pasar consulta. Es una falta de respeto que nadie nos haya avisado y una falta total de eficiencia, pues ese puesto lo podría ocupar otro paciente y reducir así la lista de espera", se queja una enfermera del área de Pediatría. 

Pero la cosa va a más. La misma profesional relata el caso de un paciente al que se le comunicó que tenía que ir al nuevo centro sanitario a recoger los resultados de una endoscopia que se había realizado en el Puerta de Hierro. Situaciones similares se han dado en la Unidad del Dolor del mismo hospital, aunque en este caso –según relata una sanitaria de este servicio– eran pacientes que estaban citados en primeras consultas, no como en el caso de Pediatría, donde había pacientes que ya venían siendo tratados en el servicio.

Ocho nuevos hospitales 

Los sucesivos Gobiernos conservadores de la Comunidad de Madrid han ido instalando en la ciudadanía la idea de que era necesario construir más hospitales y acercar así los centros sanitarios a los municipios. Para ello se han servido de la iniciativa privada a través de modelos semipúblicos (en los que la Administración pone el personal sanitario, pero las empresas todo lo demás: lavandería, restauración o administración) o 100% privados. El de Villalba es uno de los cuatro hospitales, junto al Rey Juan Carlos de Móstoles, el de Valdemoro y el de Torrejón de Ardoz, gestionados enteramente por empresas, que se encargan incluso de contratar al personal sanitario. 

Esta apuesta por la consolidación de sanidad privatizada –entre 2007 y 2008 se inauguraron en la Comunidad ocho nuevos hospitales– ha tenido consecuencias en los hospitales tradicionales. Ocurrió, por ejemplo, en Getafe, que cerró 117 de sus 600 camas tras la apertura del nuevo de Parla, y que vio reducida su actividad quirúrgica en un 15%, según fuentes sindicales. También se ha reducido el número de camas en los últimos años en algunos de los grandes centro de referencia de la Comunidad, tal y como reflejan las memorias del Servicio Madrileño de Salud (Sermas). En La Paz, por ejemplo, pasaron de 1.531 en 2007 a 1.277 en 2012, que son los últimos datos publicados. Aunque menos significativas también ha habido reducciones del número de camas en el Ramón y Cajal o el Doce de Octubre. 

Profesionales y organizaciones sindicales temen que ahora ocurra algo similar en los hospitales de la zona noroeste. El anteproyecto de obras y explotación del Hospital de Collado Villalba recogía que este centro sanitario estaría preparado para dar asistencia a 109.625 habitantes. Y esos pacientes tienen que salir de algún sitio. Si no hay renegociación del contrato –la viceconsejera de Ordenación Sanitaria cerró la puerta a esta posibilidad en una intervención del pasado junio en la Asamblea de Madrid– el Gobierno regional acabará pagando en total 1.817 millones de euros a la empresa adjudicataria para que se encargue de la atención sanitaria de estos pacientes hasta el año 2040. 

La única manera de cuadrar las cuentas parece, por tanto, reducir la financiación de los centros 100% públicos que prestan servicio en la misma área sanitaria. Una posibilidad criticada por colectivos como la asociación de facultativos Afem o la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública. También rechaza de plano esta posibilidad el diputado del PSM José Manuel Freire, que estima que abrir el centro sanitario supone para la Comunidad de Madrid "perder todos los años durante tres décadas cuarenta millones de euros".

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La explicación es la siguiente: desde que en noviembre de 2012 acabaron las obras y hasta este octubre que se inauguró, el Gobierno regional venía pagando cada mes a la empresa adjudicataria 757.000 euros más un 10% de IVA, lo que hacía en total, 12,7 millones de euros por año sólo por la parte correspondiente a la amortización de la inversión y el mantenimiento de la infraestructura aunque estuviera cerrada. Y las condiciones fijadas en el contrato establecen que la empresa tiene que recibir 580 euros anuales por cada uno los 109.625 pacientes asignados. En total, más de 60 millones de euros cada año, incluyendo inversión y asistencia sanitaria. 

"A menos que destrocen los actuales hospitales de El Escorial y Puerta de Hierro no van a poder reducir el presupuesto de estos hospitales en la proporción de la población que migra de las áreas de referencia de estos hospitales al nuevo", señala Freire. La propuesta de los socialistas para por renegociar el contrato, abrir la parte clínica como hospital público o abrirlo como hospital público en un sistema multihospital junto a los de Puerta de Hierro y Majadahonda. 

Victoria Trujillo, presidencia de la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), cree que el de Villalba es otro ejemplo más del "interés de la Comunidad de Madrid por entregar dinero público a manos privadas". Una opinión similar tiene Julián Ordoñez, responsable de Sanidad de UGT Madrid. "Una empresa privada nunca hace nada de forma altruista, nos preguntamos de dónde sacan estas compañías el beneficio cuando deciden invertir en sanidad. Por eso cuestionamos que la atención recibida sea de la misma calidad", subraya. 

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