Operación Púnica

Dirigentes del PP animan a Rajoy a que aproveche los escándalos de corrupción para liquidar el ‘aguirrismo’

Dirigentes del PP animan a Rajoy a que aproveche los escándalos de corrupción para liquidar al 'aguirrismo'

La acumulación de escándalos –lleva en estado de alerta desde que en febrero de 2009 estalló en caso Gürtel–, la presión ciudadana y la presión de la oposición ha llevado al Partido Popular a reaccionar a la Operación Púnica, que ha provocado la detención del ex secretario general del PP de Madrid y de cuatro alcaldes madrileños, de una forma más contundente a lo que había venido haciendo en los últimos años. En un tiempo récord, los conservadores anunciaron la apertura de expediente a todos sus militantes implicados en este caso y, también en tiempo récord, anunciaron su expulsión y la intención de apartarlos de las instituciones en las que desempeñen sus funciones.

Esto es lo que se ve. Lo evidente, aunque inédito en el partido de Gobierno. Pero entre bambalinas, puertas adentro de la formación, se están produciendo más movimientos y conversaciones sobre las lecciones que deberían extraerse de este escándalo y las posibles líneas de acción para evitar que esto vuelva a ocurrir y romper con el pasado. Algunas de estas conversaciones tienen como protagonista a Esperanza Aguirre y al PP de Madrid, la formación que preside. No es un secreto que la expresidenta de la Comunidad de Madrid despierta los mismos recelos en determinados sectores del partido que admiración entre sus fieles, los aguirristas.

A siete meses para las elecciones municipales y autonómicas, cuando todavía no se conocen los candidatos para las principales ciudades y para las comunidades, dirigentes del PP coinciden en que la Operación Púnica debería conducir a que Mariano Rajoy abriese un periodo de reflexión sobre la idoneidad de Aguirre para encabezar la lista del Ayuntamiento. La presidenta del PP de Madrid es fija en las quinielas para el puesto que hoy ocupa Ana Botella desde hace meses, concretamente desde que en septiembre de 2012 anunció que dejaba la Presidencia de la Comunidad de Madrid en manos de Ignacio González. Es una idea que ella nunca ha rechazado y que los suyos defienden con insistencia. Sería el broche de oro, cuentan, a una carrera política en la que sólo le queda ser alcaldesa de su ciudad

El primer motivo que esgrimen quienes creen que Rajoy debería apostar por un perfil diferente al suyo para la Comunidad de Madrid es precisamente la Operación Púnica. Comentan que "queda muy tocada". Francisco Granados, el ex secretario general del partido que preside Aguirre, aparece como el 'cerebro' de este escándalo en el que en el PP ven "tintes mafiosos". Pero no sólo era su mano derecha en el partido, también llegó a acaparar las consejerías de Presidencia, Justicia e Interior en el Gobierno madrileño. "Lo fue casi todo. Aguirre le dio casi tanto poder como Mariano Rajoy ha dado a la vicepresidenta del Gobierno desde que llegó a la Moncloa", señala a modo de ejemplo un diputado. A esto hay que sumar la situación en la que quedan los alcaldes de Collado-Villalba, Valdemoro, Torrejón de Velasco y Casarrubuelos. Pese al empeño de la presidenta en desvincularse de estos regidores, quienes conocen el funcionamiento del PP de Madrid rechazan la idea de que la elección de estos como cabezas de lista para sus respectivos municipios no contase con el aval de la máxima responsable del partido.

"Llueve sobre mojado"

Pese a que Aguirre tomó la delantera a Mariano Rajoy a la hora de salir a pedir perdón, las fuentes consultadas consideran que no fue suficiente porque, en el caso de Madrid llueve sobre mojado. Primero, en lo que a la corrupción se refiere. Como ocurrió en la Comunidad Valenciana, el caso Gürtel golpeó fuertemente al PP de Aguirre, que tuvo que desprenderse de tres diputados regionales –Alberto López Viejo, Benjamín Martín Vasco y Alfonso Bosch– y vio caer a los exalcaldes de Arganda del Rey, Ginés López; Pozuelo, Jesús Sepúlveda; Majadahonda, Guillermo Ortega; y Boadilla del Monte, Arturo González Panero. También recuerdan el polémico caso de los espías, una trama surgida, presuntamente, en el seno del Gobierno regional y en la que ya Granados se había puesto en el punto de mira.

Otro factor que citan las fuentes consultadas tiene que ver con los continuos enfrentamientos con la dirección nacional abiertos desde el PP de Madrid. Uno de los más sonados fue precisamente por el control de Caja Madrid, una batalla que ganó Rajoy colocando a Rodrigo Rato pero en la que Aguirre y sus fieles lo dieron todo para ubicar a su delfín, Ignacio González. Pese a esta derrota en la batalla por el control de la Caja, el aguirrismo no se ha librado de salir tocado del escándalo de las tarjetas B de la caja. El Gobierno de la Comunidad de Madrid tuvo que cesar a su director general de Economía, Pablo Abejas, expresidente de la Comisión de Caja Madrid. Además, la presidenta de la Fundación de Caja Madrid, Carmen Cafranga, socia de la mujer de Ignacio González en una empresa de subastas, presentó su dimisión. Y el PP de Madrid tuvo que prescindir de su gerente, Germán Gutiérrez.

Contra el liderazgo de Rajoy

Una de las peleas más sonadas entre el PP nacional y el madrileño se produjo en los meses previos al XVI Congreso Nacional del PP, celebrado en junio de 2008 en Valencia. Tras perder las generales, Mariano Rajoy quedó fuertemente tocado y, desde dentro de su propio partido, le surgieron sectores críticos que cuestionaban su capacidad para seguir liderando el partido. Aguirre, ayudada por sus hombres fuertes –González y Granados– fueron clave en esta operación de desgaste de la que Rajoy salió victorioso. El castigo que el jefe de los conservadores se reservaba para la presidenta fue el de no incluir ni a Granados ni a González en el Comité Ejecutivo Nacional. A Aguirre no la pudo excluir porque, en su calidad de presidenta autonómica, es un miembro nato del citado órgano. Más tarde, en 2011, pudo haber saldado cuentas con ella no incluyéndola en las listas de la Comunidad de Madrid. Pero no dio el paso. Sólo ella garantizaba una mayoría abultada y Rajoy no quiso arriesgar. 

Es precisamente este último asunto el que las fuentes consultadas ponen sobre la mesa a la hora de enumerar los riesgos de esta operación. "¿Y si las encuestas internas que encargue el partido ilustran que sólo Aguirre garantiza la mayoría absoluta? ¿Se atreverá Rajoy a dar un portazo a la presidenta del PP de Madrid?", se pregunta un diputado regional. Él mismo se responde: "Ambos escenarios tendrían su riesgo". Sólo Rajoy tiene la respuesta. Mientras, en el entorno de la presidenta insisten todavía, a día de hoy, en que de todos los nombres que han sonado para el Ayuntamiento –Saénz de Santamaría, Cristina Cifuentes o Pío García Escudero– ella sigue saliendo ganadora. Y que, todavía tiene tiempo de recuperarse del bache de la Operación Púnica

Pese a que el foco está puesto ahora en Aguirre al ser la máxima responsable política de la elección de Granados y de los alcaldes, algunas de las fuentes consultadas consideran que si Rajoy quiere retomar el control del PP de Madrid esta operación debería pasar también por apostar por un candidato distinto a Ignacio González en la Comunidad de Madrid. La historia política de González no se entiende sin la de Aguirre

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El ático de González

Además, González está salpicado por la compra de un ático de lujo en Estepona. El presidente de la Comunidad de Madrid sostiene que alquiló la vivienda en 2008 a una sociedad del testaferro profesional Rudy Valner y que finalmente la compró en 2012. La Justicia investiga si en realidad González y su mujer son los dueños del inmueble desde 2008 y, en ese caso, cómo se hizo González con el ático. Además de la incómoda presencia del testaferro en la operación, la versión oficial se sostiene sobre hechos tan inusuales como el siguiente: que Valner adquirió el inmueble en 2008 sin verlo, tras una conversación telefónica desde Estados Unidos con el vendedor, tras una conversación telefónica desde Estados Unidos con el vendedor y justo después de que la mujer de González visitase al menos en dos ocasiones el ático. Y una vez propiedad del testaferro se lo alquiló precisamente a González y a su mujer en 2008.

En el PP de Madrid señalan que cuando en septiembre de 2012 Esperanza Aguirre dejó la Presidencia de la Comunidad de Madrid,Comunidad de Madrid Rajoy ya hizo un intento de tomar las riendas de la formación regional. Según fuentes conocedoras de estos movimientos, los planes de la dirección nacional eran los de intentar forzar a la presidenta que renunciase a su cargo en el partido para ubicar a Ana Mato, mujer de la máxima confianza del jefe de los conservadores. Aguirre resistió. Sus fieles creen que ahora también lo hará.

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