El juez Velasco abre diligencias contra la mujer de Coulibaly, que estuvo en Madrid en fin de año

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha abierto diligencias por colaboración en los atentados terroristas de París para investigar la estancia del Amedy Coulibaly y de su mujer Hayat Boumeddiene en España.

La semana pasada, Coulibaly acabó con la vida de una policía en prácticas francesa y también con las de otras cuatro personas en un supermercado de comida judía en París (Francia), donde también hirió de gravedad a una decena de clientes. Posteriormente, se hizo público que el terrorista había grabado un vídeo en el que reconocía ser integrante del Estado Islámico (EI).

Coulibaly estuvo en España entre el 31 de diciembre y el 2 de enero acompañado de su esposa, que posteriormente abandonó el país rumbo a Siria. El magistrado también analiza el papel desempeñado por una tercera persona, que habría ayudado a Boumeddiene a organizar su traslado desde España el día 2 de enero vía Estambul (Turquía).

Por de pronto, la Policía española ya ha trasladado a los investigadores franceses el registro de llamadas que realizó con su teléfono móvil Coulibaly durante los tres días que estuvo en España. Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, los números de teléfono con los que contactó durante ese tiempo eran franceses.

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Pese a la presencia de este terrorista en suelo español, las fuentes consultadas se inclinan por pensar que no contaba con una infraestructura que le diese cobijo. Estas fuentes se basan en que en el registro de llamadas del terrorista y que es muy habitual que los yihadistas que dan el paso de trasladarse a Siria o Irak lo hagan desde otro país para pasar más desapercibidos y no tener problemas en el aeropuerto.

Estas fuentes recuerdan que en el caso de los yihadistas españoles que se han trasladado a lugares de conflicto en los últimos años (en torno a 70 casos) son muchos los que cruzan las frontera y parten desde Marruecos. También se han dado casos de células de captación desarticuladas por las autoridades españolas que llegaron a reclutar a personas procedentes de Francia y a su llegada a España se les daba la infraestructura necesaria para emprender su viaje a lugares de conflicto. 

Este fue el caso de una de las células de captación más activas de Europa, desarticulada en España en marzo del año pasado. Estaba liderada por Mustafa Maya Amaya, de 51 años. Los investigadores detectaron que esta persona se encargaba de seleccionar a los candidatos y les acogía en su casa antes de marchar a países como Siria, Libia o Mali. Por su vivienda en Melilla pasaron yihadistas procedentes de Francia.