Enfermeros de La Paz llevan por segunda vez en un mes al juzgado la saturación de las urgencias

Por segunda vez en un mes –la primera fue el pasado 14 de enero y la segunda este lunes 26– el personal de enfermería del hospital de La Paz de Madrid ha puesto en conocimiento del juzgado de guardia la "saturación constante" del servicio. En la última de estas comunicaciones aseguran que a las 18.30 horas de este lunes el número de pacientes "sobrepasaba enormemente" la capacidad de dos de las salas 1 y 2, en las que había ingresadas 95 personas cuando tienen una capacidad de 35. La Paz es el tercer hospital más grande de la Comunidad de Madrid por número de camas (1.277) tras el Gregorio Marañón y el 12 de Octubre, según la memoria del Servicio Madrileño de Salud de 2012. 

Un portavoz autorizado del centro sanitario explicó que "el actual pico de gripe" es el motivo de este colapso y señaló que la Consejería de Sanidad ha puesto en marcha medidas para paliar la situación si bien no especificó cuánto personal extra se había contratado en este hospital o si se habían habilitado nuevos espacios para atender a los enfermos. 

A juicio de los enfermeros, estos datos dejan constancia del nivel de saturación al que se ha visto sometido el servicio "lo cual se traduce en una disminución de la calidad de los cuidados que se puedan prestar así como el aumento del número de errores cometidos, que por su naturaleza puedan tener consecuencias fatales para la salud de los pacientes". Y señalan que el "hacinamiento de los pacientes" impide mantener un aislamiento "ya se de contacto, respiratorio o indirecto" que supone un riesgo para la salud de enfermos y trabajadores. Asimismo, advierten de que esta situación atenta contra los derechos del paciente "dada la falta de intimidad ante la realización de pruebas y exploraciones" y advierten de que en este escenario el personal "no puede asegurar atención a los pacientes ingresados".

Victoria Trujillo, presidenta de la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), asegura que estas situaciones de colapso están provocando que no exista la discrecionalidad de la historia clínica o a que haya incluso escasez de recursos imprescindibles para la asistencia como sábanas o almohadas e incluso medicamentos. Trujillo, además, insiste en las situaciones de estrés que tienen que soportar los profesionales como consecuencia de que las ratios sanitarios por paciente son superiores a las que recomiendan sociedades científicas como SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias), la SEEUE (Sociedad Española de Enfermería de Urgencia y Emergencias) o el Ministro de Sanidad en su guía Unidad de urgencias hospitalarias: estándares y recomendaciones [consultar PDF, aquí]. 

Durante 2014 el personal de enfermería de La Paz comunicó en hasta seis ocasiones al juzgado de guardia situaciones de colapso en el servicio de urgencias, según datos aportados por Trujillo, que asegura que en ninguno de los casos las comunicaciones motivaron la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía a instancias del juzgado. Es importante reseñar que se trata de escritos de comunicación, no de una demanda o querella que tenga que ser admitida a trámite por la instancia judicial correspondiente. Es un recurso que tienen los profesionales para dar parte de la situación al juzgado de guardia como prevención ante un hipotético incidente que pudiera suceder. 

Informe defensora del pueblo 

Las quejas del personal de enfermería vienen a refrendar el contenido de un informe presentado este lunes en el que el Defensor del Pueblo alertaba de que la saturación de las urgencias hospitalarias aumenta el riesgo de error humano y de morbilidad y mortalidad. En este sentido, el documento refleja que deben mejorar varios aspectos, como aumentar el número de profesionales y mejorar y habilitar los espacios.

Entre los problemas también citó la "imposibilidad" que en muchas ocasiones hay en los servicios de urgencias para garantizar la dignidad e intimidad de los pacientes. De hecho –detalla el informe– los enfermos suelen quejarse por la permanencia en camillas en los pasillos, el fallecimiento de pacientes ante la presencia de otros y la visualización por terceras personas de aspectos inherentes a la espera íntima y personal.

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Estas situaciones tienen su origen en la falta de camas libres en el centro sanitario y de la gestión "poco eficaz" de las mismas. Un hecho que, a su juicio, conlleva la permanencia de pacientes en el servicio de Urgencias con indicación de ingreso hospitalario y en espera de cama, no siempre en condiciones adecuadas desde la perspectiva asistencia y, también, desde la óptica de la observancia de los derechos fundamentales.

Por último, el informe avisa de que la atención en estos servicio a pacientes en fase terminal es un "fracaso del sistema", dado que en estas áreas "no resulta posible" garantizar a tales pacientes una muerte digna y preservar el duelo de familiares y allegados.