IU sostiene que Felipe González está tras la ruptura con el PSOE andaluz

El portavoz de IULV-CA en el Parlamento andaluz, José Antonio Castro, aseguró este miércoles que el PSOE-A no quería estabilidad en el Gobierno regional, sino "la paz de los muertos" y se mostró "seguro" de que la mano del expresidente del Gobierno Felipe González, está tras la ruptura "unilateral" del pacto en Andalucía.

"No lo creemos, estamos seguros", subrayó el dirigente de IULV-CA, afirmando que "tenemos un recorrido bien delimitado", que demuestra que la ruptura "había sido planificada desde mucho antes". Tras ella está, en palabras de Castro, "el PSOE que representa Felipe González", quien, a su vez, apostilló, "representa a otros consejos de administración de grandes multinacionales y también a esas élites económicas que han ido visitando San Telmo poco a poco entrevistándose con Susana Díaz".

Así, el portavoz de IU relató todo lo sucedido en el Gobierno andaluz en los últimos meses, en los que Díaz llevó a cabo una "construcción burda" de un relato que comenzó, según Castro, con el episodio de la Corrala Utopía que coincidió con la decisión del PSOE de si hacían o no primarias.

"Acoso y derribo" a Sánchez, "entronamiento" a Díaz

"El último hito" en este relato lo constituye la reunión de Susana Díaz con Felipe González en Sevilla. Ahí es donde, según Castro, se cierra tanto la ruptura del pacto como la convocatoria de elecciones y la fecha de las mismas "para cuadrarlas" antes de las locales y que "el resultado de aquí no se pueda contaminar con el de las municipales", y también "con el proceso de acoso y derribo a Pedro Sánchez y el entronamiento de Susana Díaz".

Asimismo, manifestó que en la decisión de Díaz pesó que IU aprobara presentar una comisión de investigación de toda la corrupción en Andalucía. "El PSOE no quería estabilidad, quería la paz de los muertos, una fuerza política que llegara, cogiera sus consejerías, los presupuestos que le diera el PSOE, callara y viviera", afirmó Castro, insistiendo en que IU no ha aportado inestabilidad al gobierno, pero sí ha sido "molesta".

Así, el también coordinador provincial de IU en Málaga reiteró que, después de "una semana de sainete jugando a la intriga y a la confusión", su formación cada vez tiene "más certeza" que lo que ha movido a la presidenta de la Junta ha sido su "interés personal y cálculos electorales" y su intención de dar el salto a la política nacional con "la operación de asalto y derrumbe" a Pedro Sánchez.

"No ha tenido en la cabeza" a los andaluces

"Diga lo que diga y cómo lo diga, ha antepuesto sus intereses a los de esos nueve millones de andaluces que no se quita de la boca, pero que no ha tenido en la cabeza", criticó en rueda de prensa junto al exdelegado de Fomento, Vivienda y Turismo en Málaga, Manuel García Peláez; la parlamentaria andaluza de IU Dolores Quintana; la secretaria local de Política Institucional, Antonia Morillas, y otros miembros de la dirección provincial del partido.

De hecho, en palabras de Castro, el argumento de que hay un "giro radical" de IU debido al ascenso de Alberto Garzón en la organización y su candidatura como aspirante a la Presidencia del Gobierno, "no se lo cree nadie". "Cuando ella llegó", recordó, "Antonio Maíllo ya era coordinador general de IULV-CA".

Es más, a su juicio, el interés de Díaz por "confrontar dialécticamente con Garzón" evidencia que tiene su mirada puesta en Madrid y en "empezar a disparar a dirigentes nacionales y a quien va a ser candidato de una fuerza política desde la izquierda al Gobierno de Madrid".

Más exigentes para pactar en el futuro

Castro incidió en que se presentan a las elecciones "para ganar" e investir a Antonio Maíllo como presidente de la Junta. "A partir de ahí vamos a ver qué vota la gente y qué lugar nos dice que debemos ocupar", agregó, apostillando que "a los nueve millones de andaluces los vamos a escuchar en vez de tenerlos en la boca, para no babearlos, sino respetarlos y escucharlos".

Reconoció que las encuestas "nunca han sido positivas para IU", pero señaló que están "seguros" de que su gestión en la Junta "va a ser valorada". Además, afirmó, que "hoy sabemos mas que ayer". "No solo queremos hacer la revolución, sabemos cómo hacerla desde una administración como la Junta de Andalucía, con los pies muy en el suelo", aseguró.

Preguntado sobre si estarían dispuestos a volver a pactar con los socialistas tras las elecciones del 22 de marzo, Castro aseguró que "nosotros no vamos a permitir ni gobiernos de derechas ni políticas de derechas". "Eso lo sabe muy bien el PP, que lo frenamos en seco en marzo de 2012, y el PSOE, al que hemos parado en muchas tentaciones bastante neoliberales estos tres años", destacó.

Eso sí, aseguró que las exigencias "serán mayores" y basadas en programas, porque "somos gente seria y responsable, que lo que firma lo quiere llevar a cabo".

En el caso de Andalucía, insistió, "entendíamos que quien firmaba con nosotros era gente de fiar y responsable, no ha sido así, por lo tanto las exigencias van a ser mayores", y al mismo tiempo pidió que "no se deposite la responsabilidad de la ruptura en quien no hizo nada para que sucediera esto y en quien lo está utilizando como coartada".

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Por otro lado, al ser cuestionado por los periodistas sobre si cree que podrían haber sido más exigentes con la corrupción en Andalucía, el dirigente aseguró que "no podemos ser más exigentes de lo que lo hemos sido", y recordó que las conclusiones de la comisión de investigación sobre el caso de los ERE fueron "truncadas al unísono por PSOE y PP".

Criticó que "algunos han intentado que IU cargue en su mochila 30 años pasados, y no lo íbamos a hacer". Así, destacó que se han sacado adelante 27 medidas anticorrupción con IU en el Ejecutivo andaluz, y que "estamos muy orgullosos de haber entrado en un Gobierno que blinda desde el primer momento una práctica inexistente por parte del PSOE en esta materia".

Según insistió, "la máxima preocupación" de la coalición de izquierdas en este asunto era "llegar y que no hubiera ni una sombra de sospecha y también poder despejar lo anterior". "Pero que nadie nos pida la responsabilidad de 30 años anteriores, con 12 diputados. No vamos a comprar ese discurso de que no hemos sido exigentes", sentenció.