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Junta de Andalucía

El PSOE asume que la investidura de Díaz puede aplazarse tras el 24-M

La presidenta de la Junta de Andalucía en funciones, Susana Díaz, en un acto en Granada este 8 de abril de 2015.

Todos los partidos en Andalucía juegan sus cartas y ninguno las acaba mostrando por completo. Y una de esas cartas que se barajan es que la investidura de Susana Díaz no se produzca hasta pasadas otras elecciones, las municipales y autonómicas del 24 de mayo. Hasta el PSOE asume que ese escenario no es, desde luego, descartable, y aunque lo rechaza porque defiende que Andalucía necesita un Gobierno "cuanto antes", considera que aquellos grupos que sigan "obstruyendo" la nominación de la líder de su partido quedarán "retratados" ante la ciudadanía, que les castigará, supone, en las urnas. 

Esta semana, tras el parón de vacaciones, se han retomado las conversaciones de los socialistas con los otros grupos del nuevo Parlamento emanado de los comicios del 22 de marzo. El martes, con Izquierda Unida (5 escaños); este miércoles, con el PP (33 actas) y mañana jueves, la entrevista será con Ciudadanos (9). Faltaría por encajar únicamente la cita con Podemos (la tercera fuerza de la Cámara, con 15 diputados). Y, por el momento, el diálogo sigue ayuno de acuerdos. Tanto para la constitución de la Mesa del Parlamento, la primera meta volante, que deberá resolverse necesariamente el 16 de abril, como para la reelección de Díaz.

Aún no hay fechas fijadas, pero el PSOE calcula que el debate de investidura debería ubicarse entre el 27 y el 30 de abril. Para resultar aupada como presidenta, la socialista necesitaría la mayoría absoluta de la Cámara. O sea, 55 de los 109 escaños, y ella sólo dispone de 47 asientos. Todos los grupos, incluido el mayoritario, asumen que será imposible que Díaz supere el trámite en la primera ronda. 

Para la siguiente votación habrían de pasar un mínimo de 48 horas. Dado que pilla el puente del Primero de Mayo, esta vuelta se produciría en la primera semana del próximo mes, justo antes del arranque de la campaña de las municipales y autonómicas, el viernes 8. En la segunda ronda y en las siguientes Díaz requiere una mayoría simple: más síes que noes. Eso le exige a) que se abstenga el PP, o b) que se abstengan al menos otros dos grupos si el PP mantiene su no (es decir, que se abstengan Podemos y Ciudadanos, o Podemos e IU). Y una posibilidad más complicada aún es que o PP, o C's o Podemos vote a favor. En resumidas cuentas, y siguiendo los requisitos que marca el Estatuto andaluz, a Díaz no le bastaría con la abstención de un solo grupo en caso de que los conservadores mantuviesen hasta el final su voto en contra.

Votación en campaña

Todas las rondas deben estar separadas por un mínimo de 48 horas. Fuentes del Parlamento andaluz explicaban este miércoles a infoLibre que la costumbre que ha imperado en los últimos años es que no se celebraban plenos en los 15 días de campaña de otros procesos electorales. Pero es eso, la tradición. Nada impide que se puedan convocar, y en este caso con un único punto en el orden del día: la votación de investidura. Dirigentes del PSOE-A y de la Junta confirmaron que podría haber rondas durante la campaña. "Queremos que haya cuanto antes un nuevo Gobierno y no sería serio hacer un parón porque haya otros comicios en marcha", aseguraba un máximo colaborador de Díaz. 

Pero aun así, nada garantiza que la presidenta lograra la reelección antes del 24-M. "No lo ha planteado ningún partido abiertamente, pero que lo pueden estar pensando, pues sí", reconocían sin rodeos fuentes socialistas implicadas en las negociaciones. Aunque añaden: "Desde luego, no estamos de acuerdo. Estarían actuando por tacticismo. Y tienen que pensar que los ciudadanos van a ver que son los culpables de obstruir la elección de un Gobierno elegido por las urnas". "A nosotros nos gustaría que la investidura quedara resuelta antes del 24-M, pero quien se desgasta es la oposición, bloqueando la formación del nuevo Ejecutivo", expresa un miembro de la Junta. Y otro hombre de la confianza de Díaz en el Ejecutivo señala que el PSOE no va a dejar la ocasión de recordarlo: "No es descartable que lo quieran llevar a después del 24-M. Es una tentación que tienen, pero iremos sacándolos para que se retraten ante la gente. Si no es antes, que les cueste rédito político".

Que el escenario de una investidura más allá de las autonómicas y municipales es más que posible lo confirmaron a este periódico fuentes de C's y de IU. Desde el entorno de Juan Marín, el candidato del partido de Albert Rivera, señalan al PP como el más interesado en posponer la votación definitiva, para "no aparecer de la mano del PSOE antes de la cita con las urnas". Aunque en la formación naranja no hacen ascos a esa posibilidad: "A Andalucía le interesa un Gobierno estable cuanto antes, pero no quiere decir que vayamos a dar cheques en blanco". "Puede que se vaya después del 24-M, dependerá de las dificultades que se den en las negociaciones", observan fuentes de la cúpula de IU, que no obstante no se siente "protagonista" en este encaje de bolillos, dada su mayor debilidad en la Cámara, aunque la abstención de sus cinco diputados podría ser clave si Podemos opta por esa alternativa y PP y Ciudadanos siguen instalados en el no

Tranquilidad en el PSOE

En el PSOE, no obstante, creen que la investidura acabará siendo posible. Sus dirigentes intentan mostrar total normalidad y no preocupación. Consideran que la posición de todos los partidos de no facilitar la investidura de Díaz es "lo que corresponde" a estas alturas de la negociación, que todavía se halla en una fase "muy preliminar" ya que queda mucha tela por cortar. Los socialistas insisten en que no buscan un . "No mendigamos votos, sólo pedimos que no obstruyan la voluntad de los ciudadanos en las urnas", en palabras de un máximo dirigente, que recuerda que la decisión de la presidenta es gobernar en solitario, en minoría al menos durante la primera parte de la legislatura, hasta que concluya todo el maratón de elecciones (24-M, catalanas y generales). 

Podemos ha puesto como "líneas rojas, y no tres propuestas negociables" –según afirmó el lunes pasado su secretario general, Pablo Iglesias– la dimisión de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que no se ejecuten desahucios y que se reduzca el número de altos cargos y asesores para destinar ese dinero a contratar a médicos y profesores. El partido de Iglesias quiere que las conversaciones se retransmitan "con luz y taquígrafos", y rechaza "más pactos secretos en despachos cerrados".

C's pone por delante un decálogo contra la corrupción en el que se incluye, como requisito "innegociable", que caigan Chaves y Griñán. IU ya ha anticipado su no en la investidura, seguro en la primera ronda, pero "no cierra la puerta a una abstención" en las siguientes vueltas, según precisó a este diario un diputado electo implicado en las conversaciones con el PSOE. El PP sólo transigiría si los socialistas se comprometen a respetar la lista más votada en las municipales del 24-M, a lo que estos se oponen. 

Griñán desfilará como imputado este jueves ante el Tribunal Supremo, y el próximo 14 de abril lo hará Chaves. Díaz y su partido han reiterado que no se va a mover de su compromiso ratificado durante la campaña: que sólo les pedirá el escaño si se les acusa de un delito. Sólo en ese caso. "No vamos a aceptarlo. Lecciones, ninguna, e imposiciones, tampoco. No lo vamos a cambiar. Nosotros además no llevamos ningún imputado en nuestras listas", refrendaba un alto cargo del PSOE-A. 

Amenaza de nuevos comicios

Los socialistas, en consecuencia, apelan a la "responsabilidad" de los demás grupos para facilitar la investidura de Díaz. Una posición que, desde Nueva York, donde se encontraba de viaje, apoyó de nuevo Pedro Sánchez. El secretario general confió en que todos los partidos, especialmente los nuevos, "permitan la gobernabilidad" de la Junta. El PSOE sigue confiando en que al final el PP le acabe pesando su estatus de "partido serio y de gobierno", un atributo que le diferencia, cree, de otras fuerzas como Podemos o C's. "PSOE y PP suman 80 escaños en Andalucía. Aquí el bipartidismo no se ha caído", recordaban desde el entorno de la jefa del Ejecutivo autonómico.

Si a los dos meses de la primera votación no hubiera un nuevo Ejecutivo, Díaz, como presidenta en funciones, tendría que disolver el Parlamento y convocar unos nuevos comicios, que habrían de celebrarse en septiembre. El PSOE-A se muestra "convencido" de que antes será posible la investidura. "Pero si no es así, ningún problema. Allá ellos", advierten desde el partido. Es decir, que llegado el caso no tendrían miedo a unas segundas elecciones, porque la baronesa andaluza podría arrasar, amparándose en que han sido las otras formaciones las que han obstruido su reelección, cuando fue ella quien ganó con rotundidad el 22 de marzo. 

La negociación de la Mesa

En cualquier caso, lo primero que tendrá que desbloquearse es la Mesa del Parlamento, compuesta por el presidente, tres vicepresidentes y tres secretarios. Los socialistas, como ya adelantó el pasado lunes el secretario de Organización, Juan Cornejo, quieren tres de los siete puestos a cubrir, entre ellos la Presidencia, dejando un asiento para PP, Podemos, C's e IU. Así consideran que se respetan tanto la pluralidad como la proporcionalidad. Y recuerdan que el artículo 36 del reglamento de la Cámara dispone que todos los partidos que hayan tenido obtenido representación suficiente como para constituir grupo parlamentario tendrán derecho a estar presentes en el órgano de gobierno.

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El PP exige que su grupo cuente con dos miembros y dice no tener "problema" en que se amplíe el número de integrantes de la Mesa si fuera necesario. Dolores López, secretaria general de los conservadores andaluces, recalcó no obstante, tras su reunión con los negociadores del PSOE –el propio Cornejo y el diputado Mario Jiménez–, que su partido "nunca" va a "cambiar sillones por la abstención" para la investidura de Díaz. 

El PSOE, según dijo Jiménez, ve ahora mismo "inviable" pasar de siete a ocho representantes en la Mesa, porque ello obligaría a una modificación del reglamento que habría de hacerse una vez constituido el nuevo Parlamento. Además, Podemos rechaza esa opción "para no aumentar sueldos y privilegios" –en palabras de su candidata a la Junta, Teresa Rodríguez– y Ciudadanos se opone si eso supone un incremento del gasto. Los socialistas, además, se niegan a ceder uno de sus tres puestos al PP, porque consideran que es lo que les corresponde por sus resultados electorales y los que obtendrían en las tres votaciones sucesivas para la constitución de la Mesa –primera, la del presidente; luego, los tres vicepresidentes y por último, los tres secretarios–. Advierten de que, aun sin acuerdo con otros grupos y si estos no se coaligan para arrebatarle puestos, sacarían esos tres cargos por simple aritmética. 

"El camino es muy largo", recuerdan desde el PSOE. Confiando en que Díaz acabará siendo reelegida porque la "amenaza" de nuevas elecciones influirá en el razonamiento de la oposición. La pregunta es cuándo. Cuándo logrará su investidura. Y si llegará después del 24-M, dos meses después de firmar una victoria en las urnas que, a la postre, podría no preludiar un trayecto de rosas. 

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