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Los efectos del 24-M

El PP hará eje de su discurso preelectoral la denuncia de los pactos contra los más votados

El PP convertirá en eje de su discurso hasta las generales la denuncia de los pactos contra el partido más votado

El pasado verano, antes de que el Partido Popular y el Gobierno se marcharan de vacaciones, Mariano Rajoy anunció su intención de cambiar la ley para que en los ayuntamientos gobernase la lista más votada y no "una coalición de cinco que han perdido las elecciones". Aunque Rajoy había trasladado a los suyos que quería hacerlo por consenso, porque tocar la ley electoral no es cualquier cosa, algunos miembros de la dirección nacional del partido se afanaron en extender la idea de que sí se haría. Con o sin el apoyo del PSOE. Pero, a la vista del rechazo frontal de toda la oposición, no se hizo. Ahora, casi un año después, el PP recupera esta iniciativa y está dispuesto a hacer bandera de ella en la recta final hacia las generales. Hace un año era una forma de curarse en salud ante lo que estaba por venir el 24-M; ahora es la reacción a haber perdido buena parte del poder municipal y autonómico que acumulaba el partido.

Los conservadores quieren hacer de la denuncia de los "pactos de perdedores" –así llaman a los acuerdos de Gobierno de otras fuerzas que los han descabalgado del poder– uno de los ejes de su discurso político de los próximos meses. Un discurso que combinarán con el anuncio de propuestas para que la lista más votada sea aquella que gobierne. Las fuentes consultadas sostienen que su actuación en estas últimas semanas les da un argumento de autoridad. "No hemos bloqueado en ningún sitio que la lista más votada sea la que gobierne", mantiene un miembro de la dirección nacional. "Sin embargo, sí hemos visto pactos de todos contra el PP. El cordón sanitario", añade.

La propuesta para que gobierne la lista más votada volverá a ir en el programa electoral y no se descarta que lo haga de una forma más detallada de lo habitual. Tampoco se descarta que, aunque la actividad parlamentaria está ya en los minutos de descuento, los conservadores registren una iniciativa al respecto. No estaría lista, en ningún caso, antes de fin de legislatura. El propio Gobierno reconoce que no hay margen para más leyes. Pero las fuentes consultadas señalan que sería una forma de mantener abierto el debate y de liderarlo en lo que resta hasta las generales. Una vez disueltas las Cortes, la iniciativa decaería. Y habría que empezar de nuevo el proceso.

En todo caso, la intención del PP es poner su sello a esta propuesta y que el resto de fuerzas políticas se retraten al respecto. Como tarde, las fuentes consultadas consideran que una vez que se inaugure la próxima legislatura, la propuesta concreta debería estar en el registro del Congreso de los Diputados, como tarde, en un año. "Es una forma de abrir y mantener el debate de una forma sosegada sin que se nos acuse de tener miedo a los resultados de las urnas, sin tener procesos electorales en el horizonte inmediato", mantiene un diputado que recuerda cómo el grueso de la oposición cargó contra este anuncio de hace casi un año de Rajoy al considerar que estaba inspirado en el miedo a llevarse un batazaco en las municipales y autonómicas.

Borradores de la propuesta

Aunque en el PP son partidarios de que la lista más votada sea la que gobierne tanto en las comunidades como ayuntamientos, la reforma electoral sólo abriría la puerta a que esto ocurriese en los consistorios. El caso de las comunidades es bastante más complejo porque implicaría modificar los Estatutos de autonomía, algo que los conservadores no tienen a mano, y mucho menos ahora con la pérdida de poder autonómico en los comicios del pasado 24 de mayo.

El compromiso del PP para que gobierne la lista más votada ha vuelto a quedar recientemente sellado por escrito. En el punto 95 del programa marco municipal con el que concurrieron a los comicios del 24-M podía leerse lo siguiente: "Reformaremos la Ley Electoral para que, en las próximas elecciones municipales, en todos los ayuntamientos de España, sea alcalde quien encabece la lista más votada". Como ya avanzó en su día infoLibre esta observación no se barajó para el programa marco autonómico y así fue: no figuró.

Hace casi cuatro años, también quedó plasmado en el programa electoral con el que Mariano Rajoy concurrió a las generales de 2011: "Promoveremos la reforma del sistema electoral municipal para respetar la voluntad mayoritaria de los vecinos garantizando, al mismo tiempo, la estabilidad de los ayuntamientos". Se trata de una promesa que, con redacciones similares, pero siempre muy vagas, ha acompañado a los programas electorales del PP desde el año 2000.

Últimos documentos

Oficialmente, en el tiempo en el que el PP mantuvo viva esta propuesta, la dirección nacional del partido no hizo ninguna concreción sobre la forma de articularla. Lo trasladado en su día por los dirigentes conservadores a los que se les demandaban pistas en público no iba más allá del compromiso de promover una reforma de la ley electoral para evitar "pactos de perdedores" o "pactos oscuros en los despachos". Pero Rajoy sí que recibió propuestas concretas del área de electoral de su partido: otorgar la mayoría absoluta a la lista que obtuviese el 40% de los votos siempre que la segunda fuerza se quedase a más de cinco puntos de diferencia.

En los escenarios en los que esto no ocurriese, el partido barajaba la posibilidad de una segunda vuelta. Pero todo quedó guardado en un cajón. Primero, por el rechazo de Rajoy a tocar la ley electoral sin el consenso del principal partido de la oposición. Pero segundo, y también muy importante, porque fue la condición que pusieron los socialistas a la dirección del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso para sentarse a hablar sobre el paquete de medidas de regeneración democrática y contra la corrupción.

El pasado verano, cuando los conservadores lanzaron esta propuesta, infoLibre hizo varias extrapolaciones a los resultados de 2011. Una de las principales conclusiones fue que la reforma electoral de Rajoy daría a su partido la mayoría absoluta en ocho ciudades donde en ese momento no la tenía y que presidente del Gobierno buscaba que su partido mantuviese el poder en medio centenar de grandes ciudades. 

En estas últimas semanas, el PP ha celebrado diferentes reuniones de ámbito nacional, regional y municipal. Y una de las conclusiones a las que se ha llegado es que una reforma electoral en este sentido no les habría permitido lograr más gobiernos. Basten los siguientes ejemplos: ni en Madrid (34,5% de los votos), Valencia (25,7%), Valladolid (35,8%), Sevilla (33%) o Cádiz (33,6%) les habría bastado el listón del 40% para gobernar. 

Tampoco habría sido suficiente para mantener dos ciudades que el PP acogía bajo sus siglas y que entrañaban gran simbolismo por estar ubicadas en territorios en los que tradicionalmente tienen muchos problemas para atraer a los ciudadanos. Es el caso de Badalona, en Barcelona, donde Xavier García Albiol vio irse la Alcaldía a manos de Badalona en Comú, PSC, ERC e ICV-EUiA (sacó el 34,21%) y Vitoria, donde tampoco gobernará la lista de Javier Maroto pese a ser la lista más votada (29,8%).

El papel del PSOE

Esta estrategia del PP tiene una segunda pata además de la de promover que gobierne la lista más votada: la de dibujar al PSOE como un partido que ha renunciado a su tradicional rol de formación que se alterna en el poder con los conservadores. El PP y el Gobierno llevan desde el día después de las elecciones cargando contra el "radicalismo" de Pedro Sánchez por haber permitido, por ejemplo, que Manuela Carmena (Ahora Madrid) gobierne en la Comunidad de Madrid.

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El viernes, los conservadores elevaron el tono al ver cómo Almería, Marbella, Vitoria y Badalona se les iban de las manos. Y llegaron a acusar al PSOE en un duro comunicado de pactar con “radicales”, “extremistas” y “proetarras”. Quedaban menos de 24 horas para la constitución de los ayuntamientos.

Este mismo sábado, al filo de las 14.00 horas comparecían en la sede nacional del PP los vicesecretarios Javier Arenas y Carlos Floriano para lanzar un claro mensaje: el PSOE "está renunciando a ser alternativa de Gobierno y está optando por ser un partido bisagra".

"El PSOE ha manifestado a lo largo de todo este proceso una voluntad inequívoca de evitar que gobierne el PP, incluso donde es la fuerza política más votada. Esa manera de entender la democracia lo convierte en un partido sectario y han dejado de ser una alternativa de Gobierno para convertirse en un partido que aspira a liderar la izquierda", resumió Floriano.

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