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Listas electorales

Independientes en las listas: ¿simple golpe de efecto o refuerzo para los partidos?

El exjefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) José Julio Rodríguez

Ibon Uría

"Incluir a figuras destacadas". "Sumar a referentes de la sociedad civil". "Incorporar a quienes han demostrado su compromiso con la democracia y los derechos humanos". Son algunas frases con las que dirigentes de Podemos defienden sus últimos fichajes para las generales del próximo 20 de diciembre. A saber: el que fuera jefe del Estado Mayor de la Defensa entre 2008 y 2011, José Julio Rodríguez; el filófoso Santiago Alba Rico o la magistrada y portavoz de Jueces para la Democracia Victoria Rosell.

Con la carrera hacia las generales ya lanzada, la formación de Pablo Iglesias trata así de recuperar el pulso en unos sondeos que le han dado la espalda en las últimas semanas. Quizá el fichaje más sonado fue el del teniente general retirado, pero lo cierto es que en las últimas semanas se han multiplicado las incorporaciones a sus listas. Y puede que aún queden más por conocerse: tal como adelantó este miércoles infoLibre, el propio Iglesias intentó convencer al juez del caso Nóos, José Castro, para que se sumara a su proyecto. En este caso, sin embargo, el intento no tuvo el éxito esperado.

Así las cosas, Rodríguez será el número dos en la lista de Podemos por Zaragoza. Iglesias dijo de él que sería "el mejor ministro de Defensa" en un hipotético gabinete de Podemos. La magistrada Victoria Rosell, por su parte, se incorpora como cabeza de lista por Las Palmas, mientras que el filósofo Alba Rico será candidato al Senado por la provincia de Ávila. [Los juristas Javier Pérez Royo y José Manuel Gómez Benítez se cayeron a última hora de las listas sin que Podemos explicase aún los motivos]. Todos ellos se incorporan en calidad de independientes.

Mientras tanto, en las filas del PSOE, Pedro Sánchez sorprendió a propios y extraños con sus fichajes para la lista socialista por Madrid. El último en conocerse fue el de la exdiputada de UPyD Irene Lozano, que pasó en 24 horas de ser diputada del partido de Rosa Díez a número cuatro por Madrid en la candidatura que encabeza líder del PSOE. Para incorporarla, Sánchez relegó a su secretaria de Empleo y estrecha colaboradora, Luz Rodríguez, a la lista por Guadalajara.

Claro que no es la primera vez en la que Sánchez sorprende en la confección de las candidaturas en su carrera por la Presidencia. A finales de septiembre el partido confirmó que la excomandante del Ejército Zaida Cantera, víctima de un caso de acoso y cuya figura adquirió cierta proyección pública tras una entrevista con Jordi Évole en el programa Salvados, se incorporaba también a la lista por Madrid para las próximas elecciones generales. En su caso Cantera ocupará el puesto número seis, lo que le garantiza igualmente un asiento en la próxima legislatura según los cálculos que se manejan en Ferraz.

Un perfil buscado

Tanto el fichaje de Lozano como el de Cantera fueron operaciones personalmente pilotadas por Sánchez. En los círculos próximos al secretario general se valora el discurso en materia de regeneración democrática de Lozano –que se presenta en calidad de independiente y no se ha afiliado al PSOE– y se asegura que mostrarla ahora como una convencida del proyecto socialista tras un pasado muy crítico con el partido es una muestra de la voluntad del secretario general de abarcar todo el espectro progresista.

Tampoco la militar retirada forma parte de las filas del PSOE y, por ahora, no se plantea una posible incorporación al partido. Su perfil era buscado por el número uno de los socialistas para dar un impulso a la candidatura más simbólica, la que se presenta por la capital. Según el planteamiento de Sánchez, Cantera es una figura electoralmente atractiva, que puede hacer gala de un buen currículo y goza de cierto conocimiento por parte del público –aunque no ha aparecido en actos del partido desde su presentación–.

Lo cierto es que, con mayor o menos eco mediático, deportistas, empresarios o profesionales vinculados al ámbito de la Justicia se han incorporado en los últimos años a las listas de PP y PSOE. Entre los ejemplos más recientes figuran el candidato socialista a la Comunidad de Madrid en las autonómicas del pasado mayo, Ángel Gabilondo –aunque en su caso el vínculo con el PSOE es innegable tras su paso por el Ministerio de Educación– o el número tres también del PSOE al Ayuntamiento de la capital, Ramsés Pérez, quien fuera presidente de la Organización de Inspectores de Hacienda. Al margen de estos casos, estos son algunos de los nombres a los que socialistas y conservadores han dado entrada en sus listas en los últimos años.

2011: los deportistas del PP

El Partido Popular dio entrada a dos atletistas de renombre en sus listas al Senado en 2011, cuando ganó las generales holgadamente. La primera fue Marta Dominguez, quien encabezó la lista a la Cámara alta por su provincia natal, Palencia. Domínguez salió elegida y continúa en su escaño, aunque con una actividad parlamentaria reducida: en tres años y medio, por ejemplo, apenas ha realizado tres preguntas orales en alguna de las comisiones en las que participa.

El segundo fue Abel Antón, todo un bicampeón mundial de maratón en Atenas (1997) y Sevilla (1999) que ocupó el número dos por la provincia de Soria y que, anteriormente, había sido concejal de Deportes en el consistorio de la capital de esa misma circunscripción. Al igual que Domínguez, Antón fue elegido en las urnas y aún forma parte de la Cámara alta. Sus cifras de trabajo en el Senado también son discretas: ha presentado menos de una decena de preguntas y ha intervenido en un único proyecto de Ley.

2008: Manuel Pizarro, estrella fugaz

Más sonado que los anteriores fue el fichaje de Manuel Pizarro en 2008. El empresario era entonces presidente de Endesa, y su incorporación como número dos de Rajoy se ideó como vía para contrarrestar el peso de Pedro Solbes, vicepresidente económico del PSOE. Pizarro se estrenó como político precisamente en un debate televisado contra Solbes. Y lo perdió, pese a las esperanzas que en él habían depositado los conservadores. Con el PP en la oposición duró año y medio en el escaño. Pizarro abandonó el Congreso de forma discreta recién estrenado el 2010.

Mientras tanto, en las filas socialistas, la vicepresidenta del Gobierno y cabeza de lista por Valencia María Teresa Fernández de la Vega incorporó a un periodista a su candidatura: Ferrán Bono, un informador con cierta relevancia en el ámbito de la cultura, a quien colocó como número cinco. Los socialistas lograron siete diputados por esa provincia, así que Bono accedió a un escaño y, aunque aguantó toda la legislatura, no repitió en la Cámara baja. Hoy por hoy ha regresado al ejercicio de su labor profesional.

2006: Miguel Sebastián

Licenciado en Económicas y Empresariales, Miguel Sebastián reapareció en política tras la victoria del PSOE en las generales de 2004. Sebastián fue nombrado director de la Oficina Económica de José Luis Rodríguez Zapatero, pero no fue hasta 2006 cuando adquirió su mayor grado de proyección pública, pues fue la sorpresivo elección del entonces presidente Zapatero para protagonizar la difícil misión de recuperar la Alcaldía de Madrid.

Sebastián fracasó en las urnas en mayo de 2007, cuando la mayoría absoluta que había conseguido el PP 2003 –entonces los conservadores obtuvieron 30 concejales por 21 de Trinidad Jiménez– se convirtió en absolutísima –lograron 34 de los 57 concejales de la capital–, y anunció su vuelta al mundo universitario. Menos de un año después, sin embargo, fue repescado por Zapatero para dirigir el Ministerio de Industria, un puesto que mantuvo hasta el fin de la etapa socialista en el poder.

2004: renovación del PSOE

En 2004 los socialistas llegaron al poder con al menos cinco independientes bien situados, con puestos que les permitieron alcanzar un escaño en el Congreso de los Diputados sin dificultad. En la lista por Madrid se incorporaron Mercedes Cabrera como número dos y Antonio Gutiérrez como número cuatro, en León el cabeza de cartel fue José Antonio Alonso, y en Córdoba entraron como segundo y tercero respectivamente Miguel Ángel Moratinos y Juan Luis Rascón.

Cabrera era militante socialista desde hacía décadas, pero siempre había permanecido en segundo plano. Zapatero la había incluido, meses antes de elegirla como su tándem electoral, en el grupo de notables que lo asesoró durante la campaña. Catedrática de Historia del Pensamiento en la Complutense con un gran currículo académico y profesional, Cabrera fue ministra de Educación entre 2006 y 2009, y diputada entre 2004 y 2011.

Antonio Gutiérrez, por su parte, no era ajeno al mundo de la política: fue secretario general del sindicato CCOO durante trece años (1987-2000). Fue diputado en las dos legislaturas de Zapatero, pero jamás llegó a afiliarse al PSOE. En 2011 no repitió en filas socialistas, y pidió el voto para ICV. Gutiérrez fue uno de los críticos –y desencantados– con la senda emprendida por los socialistas en materia económica en mayo de 2010. Rompió la disciplina de grupo en la votación de la reforma laboral y la del artículo 135 de la Constitución

Otra de las incorporaciones, esta vez lejos de Madrid, fue la de José Antonio Alonso, a la postre ministerio de Interior (2004-2006) y de Defensa (2006-2008). Alonso provenía del ámbito de la Justicia, pues era en la época juez vocal del Consejo General del Poder Judicial. Y aunque repitió como cabeza de cartel por León en 2011, poco más de un año después abandonó su escaño y regresó a su hábitat natural: corría diciembre de 2012 cuando dejó la política y solicitó su reingreso como juez en la Audiencia Provincial de Madrid.

También lejos de la capital se presentaron Moratinos y Rascón. Moratinos, diplomático de larga carrera –ingresó en el Ministerio en 1974– y ministro de Exteriores entre 2004 y 2010, se integró como segundo por Córdoba y repitió en la lista de 2008, pero abandonó después y no formó parte del Grupo Socialista en la presente legislatura. Rascón, por su parte, fue también diputado durante los dos mandatos de Zapatero. Fiscal en excedencia, exportavoz de Jueces para la Democracia y antiguo consultor de Naciones Unidas, dijo adiós a la política entre críticas al partido.

2000: más atletas en filas conservadoras

Si en 2011 fueron Marta Domínguez y Abel Antón, la atleta del PP en 2000 fue Miriam Blasco. Medallista –oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992–, entró en política de la mano de Eduardo Zaplana, que la convenció para afiliarse al partido y presentarse en las listas por el Senado. Tras más de una década en la Cámara alta, en 2011 dio el salto al Congreso. Blasco es portavoz de la Comisión de Educación y Deporte, vocal en la de Igualdad y la de Seguridad Vial, y también está adscrita a las comisiones de Cultura y a la de RTVE.

1993: NOMBRES para el INICIO DEL fin de una era

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La iniciada en 1993 fue la última legislatura de Felipe González, y después de tres mandatos consecutivos y con desgaste acumulado, las listas socialistas incluyeron a tres relevantes independientes para transmitir una imagen de renovación: el fichaje estrella fue el del juez Baltasar Garzón, todo un golpe de efecto a pocas semanas de los comicios. Y también se incluyó en las candidaturas al magistrado Ventura Pérez Mariño –número uno al Congreso por Lugo– y a la catedrática de Ética Victoria Camps como senadora por Barcelona.

Dirigentes socialistas vendieron entonces la inclusión de Garzón como un gesto de apertura hacia la sociedad, pero el juez duró menos de un año en el escaño. Abandonó, dijo entonces, por la pasividad de Felipe González ante los casos de corrupción de la época. El mismo camino siguió Pérez Mariño, que en 1995 dejó el Congreso tras pedir la dimisión de González y criticarlo por rechazar la creación de una comisión parlamentaria de investigación de los GAL. Pese a ese desencuentro, Pérez Mariño fue después alcalde de Vigo, entre 2003 y 2005, también como independiente en las listas del PSOE.

La única que se mantuvo en su escaño hasta el final de la legislatura fue Victoria Camps quien, entre otras tareas, asumió la Presidencia de la Comisión de estudio de contenidos televisivos en Cámara alta. Camps, sin embargo, no quedó satisfecha con su paso por la política activa y decidió que no quería repetir la experiencia en la siguiente legislatura. Como Mariño, eso sí, ha mantenido vínculos con los socialistas: actualmente asesora al partido en materia de ética y transparencia.

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