El 'caso Rato'

Bankia comprometió un millón de euros para una empresa semipública ligada a la exmujer de Rato

El exvicepresidente del Gobierno y ex director gerente del FMI, Rodrigo Rato, quien está siendo investigado como supuesto autor de delitos fiscales, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes.

El equipo de Rodrigo Rato comprometió en diciembre de 2010 una inversión de un millón de euros para crear con la Comunidad de Madrid una empresa mixta del ámbito turístico, denominada Madrid Ocio y Turismo SL y ligada a la exmujer del financiero y aún hoy su socia, Ángeles Alarcó

En aquel momento, Alarcó ocupaba desde hacía tres años la vicepresidencia de Sociedad Pública Turismo Madrid SA, a través de la cual el Ejecutivo madrileño de Esperanza Aguirre formalizó su participación en aquella nueva, efímera –duró año y medio- y hasta ahora desconocida empresa mixta. 

Seis días después de que Madrid Ocio y Turismo SL quedase escriturada, el Gobierno regional nombró a Alarcó directora general de Turismo. En febrero de 2012, Alarcó se convirtió en presidenta de Paradores, cargo que hoy conserva. 

En esa mercantil de capital mixto bautizada como Madrid Ocio y Turismo SL, que aparentemente no llegó a hacer nada y de la que en la Comunidad de Madrid no constan datos a día de hoy, Rato colocó como consejeros a sus dos personas de máxima confianza en Bankia: su secretaria de toda la vida, Teresa Arellano, y su director de gabinete, Luis Maldonado. Ninguno de los dos volvió a participar en la administración de ninguna otra filial de Bankia.

Un elemento relativo al nacimiento de Madrid Ocio y Turismo SL plantea la primera gran incógnita. Y ese elemento es que la empresa inició su andadura literalmente abocada a la extinción. El mismo día en que quedó constituida, el 23 de diciembre de 2010, el Gobierno de Madrid promulgó la ley que preveía la disolución de 19 entidades públicas, entre ellas la empresa Turismo Madrid SA. En la práctica, eso implicaba la consiguiente extinción de su filial Madrid Ocio y Turismo SL, como de hecho ocurrió en junio de 2012.

Participada por Bankia al 51% a través de una sociedad de capital riesgo de su propiedad –Estrategia Inversiones Empresariales SA- y por la empresa pública Turismo Madrid SA al 49%, la sociedad mixta Madrid Ocio y Turismo SL arrancó sus operaciones con el objetivo formal de gestionar la web turística del Ejecutivo madrileño.

Por qué el equipo de Rato consideró apropiado crear una sociedad mixta con un Gobierno regional para gestionar una web turística entraña otro interrogante. Las fuentes consultadas en la entidad finaciera se limitaron este miércoles a remarcar que ese objeto se ajusta plenamente al cometido de una sociedad de capital riesgo.

Sobre Madrid Ocio y Turismo SL no hay más datos que los relativos a 2011. Y son esos los que confirman que Bankia puso sobre la mesa un millón de euros mientras que la Comunidad de Madrid cubrió su 49% valorando en 961.000 euros lo que hasta aquel momento valía oficialmente 340.000: la web turismomadrid.es. Si la operación ofrecía ventajas a alguien, ese alguien era el departamento de turismo de la Comunidad de Madrid.

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En 2011, la sociedad de capital riesgo con la que Bankia participó en Madrid Ocio y Turismo SL solo anotó en sus cuentas cuatro inversiones en filiales. Su porcentaje de participación en las otras tres compañías no superaba el 25%, muy por detrás del 51% que ostentaba en esta.

Madrid Ocio y Turismo nunca tuvo trabajadores. Ni más aportación de fondos que el millón invertido por Bankia. A tenor de sus cuentas de 2011 no tuvo en la práctica actividad pese a que llegó a publicitar que buscaba un community manager para la web de turismo. Portavoces oficiales de Bankia dicen que se recuperó íntegro el millón destinado a Madrid Ocio y Turismo SL. 

En su corta existencia, Madrid Ocio y Turismo SL no auditó sus cuentas, y así lo subrayó Deloitte en su informe sobre el balance y la memoria de 2011 presentados por la sociedad de capital riesgo de Bankia que poseía el 51% de la filial turística. Y ni siquiera llegó a presentar las cuentas de 2012. No es factible, por tanto, averiguar a través de fuentes documentales accesibles en qué términos se cerró el proceso de liquidación.

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