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Españoles expatriados denuncian que el Gobierno mantiene las trabas que les dificultarán votar el 20-D

Concentración protesta de españoles residentes en París el 24-M.

La Marea Granate, el colectivo de españoles en el exterior que de forma reciente más ha visibilizado la situación de los nuevos emigrantes económicos, denuncia que el Gobierno ha hecho caso omiso a las peticiones que vienen haciendo en los últimos meses para que se facilite ejercer su derecho al voto en las próximas elecciones generales del 20 de diciembre. Estas reivindicaciones han sido recogidas ampliamente en medios de comunicación, en la página web del colectivo e incluso en una carta enviada al director general de la Subsecretaría de Asuntos Exteriores. ¿La respuesta? Hasta el momento, ninguna. 

Este colectivo considera que las trabas que se están encontrando los expatriados para votar en los próximos comicios están generando un modelo de sufragio "censitario e inconstitucional" que borra del mapa electoral a la ciudadanía en el exterior. De hecho, en las últimas elecciones autonómicas de mayo, la participación electoral de los emigrantes bajó un 87% con respecto a 2007. Ese año, cuando tuvieron lugar los últimos antes de que se pusiera en marcha la reforma de la ley electoral que les obliga a rogar expresamente el voto, participaron el 23,6% de los censados en el extranjero. El pasado 24-M sólo lo hicieron el 3%. 

El escrutinio de estos sufragios evidenció además que los llamados residentes ausentes respaldan, en general, a la izquierda y, en particular, a un partido emergente como es Podemos. De hecho, la formación de Pablo Iglesias fue la más votada entre la emigración en ocho de las 13 autonomías en las que hubo elecciones autonómicas. En cinco de ellas, prácticamente uno de cada tres electores que ejercieron su derecho al voto apostaron por Podemos. Las únicas dos autonomías en las que el PP ganó las elecciones entre los emigrantes fueron Castilla y León y La Rioja.

En cualquier caso, más allá del ruego del voto, españoles emigrados denuncian que hay trabas administrativas que les van a dificultar ejercer su derecho de nuevo este 20-D. El primer paso para poder votar es estar inscrito en el consulado del país extranjero en el que se reside. Y ahí, sostienen desde la Marea Granate, es donde empiezan los problemas. Antes de nada hay que tener en cuenta que existen dos registros: uno para los que viven de forma permanente en el exterior y otro para los que se encuentran en el extranjero de forma temporal. No obstamte, ambos se encuentran con dificultades. 

El caso de los residentes permanentes 

Los españoles que llevan más de un año viviendo en el extranjero tienen que darse de alta el Censo de Extranjeros Residentes Ausentes (CERA). Si no lo hicieron antes del pasado 1 de agosto –cuando se cerró este censo "sin avisar"– sólo podrán hacerlo en la semana del 2 al 9 de noviembre si quieren votar desde el exterior. Ocurre lo mismo si han cambiado de domicilio desde la última elección. Si se inscribieron después del 1 de agosto, también tienen esa semana para reclamar que se les incluya. De lo contraria, no podrán votar. "No hubo una comunicación oficial del cierre del censo, después hemos visto algún tuit del Ministerio de Exteriores, pero con información vaga y sin precisar fechas", señala María Almena, bioquímica residente en París y miembro de la Marea Granate.

El problema es que se tienen que trasladar de forma presencial al consulado teniendo en la práctica sólo un día no laborable (el sábado 8) para hacerlo, pues los domingos están cerrados. "Nos están llegando casos de gente que está en Vancouver y tiene ir a la otra punta de Canadá para inscribirse, de otros que están en Irlanda del Norte y no les dejan ir a Dublín y tienen ir a Edimburgo... hay mucha gente que ya a asume que no va a poder votar", se queja Almena. 

El colectivo asegura que se podrían haber desarrollado herramientas telemáticas ya existentes como la sede electrónica del Ministerio de Exteriores que a día de hoy sirve para hacer algunos trámites consulares y que eso "mejoraría la accesibilidad a los recursos del Estado, así como su eficacia y costes". Señalan, no obstante, que no se hace por "falta de voluntad política".

El colectivo de expatriados denuncia también que el procedimiento de inscripción no es uniforme. "La mayoría de las inscripciones deben hacerse en persona, pero el problema es que cuando puedes hacerlo a distancia, como es el caso de San Francisco, te piden que envíes por correo la documentación con el pasaporte o el DNI originales lo que supone quedarte indocumentado", explica Almena. "Es un problema enorme porque la primera barrera es poderse inscribir. No todo el mundo tiene el consulado al lado o tiene la capacidad de hacer un viaje", asevera.

De hecho, el colectivo ha lanzado en sus redes sociales la campaña #ViajesElectorales con el objetivo de que poner a personas en contacto para que compartan trayectos a los consulados. 

El caso de los residentes temporales

Los emigrantes que llevan menos de 12 meses residiendo en el extranjero y no tienen la voluntad de permanecer más allá de ese tiempo tienen que inscribirse como no residentes en el Registro de Matrícula Consular. Este puede ser el caso de los estudiantes erasmus o de los trabajadores con contrato por tiempo definido. Pues bien, la Marea Granate denuncia que el Gobierno tampoco ha accedido a poner remiendo a sus peticiones en este punto. 

Aseguran que se hace una aplicación "muy restrictiva" del real decreto que regula la inscripción consular de los emigrantes que llevan menos de un año en el exterior. "Conocemos casos en los que se ha negado a personas inscribirse como residentes temporales alegando que ya se inscribieron una vez de esa forma o personas a las que han obligado a hacer una declaración jurada para demostrar que llevan menos de un año residiendo en el país de destino", explica Almena.

En una de estas situaciones se encontró María R., residente en Berlín. Hace tres años estuvo en Alemania durante unos meses para hacer un curso intensivo de alemán, después regresó a España y volvió el pasado verano, ya con un empleo. Como duda de que su situación vaya a ser definitiva, intentó inscribirse de nuevo como residente temporal –lo había hecho ya en 2011 para poder votar en las generales de ese año– y en el consulado ahora le negaron esa posibilidad. Para inscribirse como residente permanente se había pasado el plazo, así que la única opción que le quedó para poder votar el pasado 24-M fue comprar un billete de avión y regresar a España.

No obstante, hay que tener en cuenta también que registrarse como residente permanente tiene fuertes desincentivos. A saber: el hecho de perder la posibilidad de votar en las elecciones municipales y, algo que preocupa mucho a los expatriados, el acceso a la sanidad pública, pues desde el 1 de enero de este año el derecho a la atención sanitaria con cargo a la Administración de los ciudadanos españoles quedó ligado a la residencia.

Y otros problemas comunes 

Más allá cuestiones de tipo burocrático como las mencionadas, en el origen de las protestas está la modificación de la ley electoral realizada en 2011 que introdujo el "voto rogado" y, con él, una nueva obligación para los españoles que residente en el extranjero: además de inscribirse en el censo tienen que notificar su intención de votar antes de cada elección. Solo así pueden recibir, antes del día del sufragio, la documentación que les permite hacerlo. Este martes el diario El País informa de que el PP ha aplazado en el Congreso hasta 60 veces en esta legislatura abordar el sistema de voto de los electores residentes fuera de España. 

Tras las quejas de la Marea Granate el Ministerio de Exteriores habilitó para las últimas elecciones autonómicas y municipales una aplicación telemática que, sin embargo, dio muchos fallos. "Fue una chapuza. Estaba hecha deprisa y dio muchísimos problemas, no dejaba subir documentos de más de 100 KB", se queja Almena. De hecho, el colectivo llegó a editar una guía para ir salvando los errores que generaba el sistema ideado por Exteriores.  Además, recuerdan que para los inscritos como temporales (menos de un año de residencia en el extranjero) el trámite siguió siendo obligatoriamente presencial en los consulados, con la dificultad añadida en tiempo y dinero en el caso, por ejemplo, de tener cruzar medio país un día laborable para ir al consulado.

La implantación del voto rogado también ha afectado a los plazos de envío y recepción de papeletas. Los residentes permanentes pueden votar por correo (enviando su voto antes del 15 de diciembre) o directamente en urna en el consulado. Los temporales, sin embargo, sólo pueden hacerlo por correo, pues constan como empadronados en España y el voto tiene que llegar a su mesa electoral.  

La Marea Granate asegura que el 57% de los emigrantes que qusieron votar el 24-M no pudieron hacerlo por las trabas administrativas

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En este sentido, han venido reclamando también que haya igualdad de condiciones y que cuando el envío de papeletas se retrase por la impugnación de listas –tal y como ocurrió en las últimas autonómicas en la Comunidad de Madrid o en las últimas catalanas en las cuatro provincias– se amplíe el plazo de envío también para los emigrantes. "En esos casos, las papeletas salen de España con una semana más o menos de retraso, lo que quiere decir que tienen una semana menos (7-8 días) para hacer el viaje de ida a dónde estamos y vuelta para llegar a la mesa electoral", sentencia Almena. 

En las últimas municipales y autonómicas, el Ministerio de Exteriores señala que se emplearon valijas diplomáticas extraordinarias y mensajería urgente, si bien desde la Marea Granate aseguran que se dieron casos de personas, especialmente residentes fuera de Europa, que a pesar de haber reclamado el voto por el procedimiento establecido nunca recibieron las papeletas o estas llegaron fuera de plazo.

Para intentar arrojar luz a la falta de información oficial, la Marea Granate ha editado un documento [se puede consultar aquí] en el que se detallan cuáles son las opciones y plazos que tienen los emigrantes si quieren votar el 20-D. 

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