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Bienes públicos, negocios privados

El campo de golf que el PP adjudicó a un socio del hermano de Ignacio González lleva ocho años funcionando sin licencia

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El campo de golf abierto en pleno centro de Madrid en 2007 por el Canal de Isabel II, entonces presidido por Ignacio González y cuya gestión fue adjudicada a un consorcio en el que participaba el socio de su hermano, sigue sin licencia municipal ocho años después.

Que a día de hoy todavía carece de permiso de actividad y funcionamiento lo ha descubierto el área de Urbanismo (Desarrollo Urbano Sostenible) del nuevo gobierno local de Ahora Madrid. El ayuntamiento negocia con el Canal de Isabel II la reconversión de ese recinto de Chamberí, un distrito de ubicación privilegiada –junto al centro histórico- pero que apenas dispone de un metro cuadrado de zona verde por habitante. En 2011, y la situación no ha variado, esa ratio estaba nada menos que 21 veces por debajo de la media de la ciudad.

Lo que los vecinos del distrito denunciaron desde el primer momento como un desatino comenzó en 2006 con la decisión del Gobierno de Aguirre de saltarse a la torera el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (Pgoum). Y, en teoría, acabó en diciembre de 2012 tras la sentencia con que el Tribunal Supremo (TS) ratificó la ilegalidad del campo de golf. En la práctica, nada cambió tras aquel dictamen judicial [consulta aquí el fallo del TS]. Con las dos instituciones, la comunidad y el ayuntamiento, gobernadas por el PP, el asunto quedó enterrado hasta la llegada del nuevo equipo municipal.

La sentencia del Supremo forzaba a la Comunidad de Madrid a negociar una salida con el ayuntamiento de la capital. Pero, a punto de cumplirse tres años desde entonces, sigue sin haber licencia.

El Canal de Isabel II no la pidió hasta diciembre de 2013 –o sea, doce meses después del fallo del Supremo–. Y –pero eso solo ahora se ha sabido– la lenta negociación siguió embarrancada durante el resto del mandato de Ignacio González, que había sucedido a Esperanza Aguirre al frente del Gobierno de Madrid tras la dimisión de la todavía presidenta del PP madrileño en septiembre de 2012. En medio de ese limbo, el campo de golf se ha mantenido incólume.

El planeamiento urbanístico preveía otra cosa muy distinta: la construcción de un gran parque público de casi 12 hectáreas sobre un gigantesco depósito del Canal de Isabel II, la empresa pública que abastece de agua a Madrid. ¿Qué ocurrió entonces? Que, en 2006, el Ejecutivo de Esperanza Aguirre, donde Ignacio González ya era su número dos, cambió de planes. Y se propuso, literalmente, encajar allí unas instalaciones de golf. Lo hizo a costa de reducir a casi la mitad la zona verde de uso público.

El ayuntamiento, en aquel momento dirigido por Alberto Ruiz Gallardón, le denegó la licencia. Pero, enrocada en su posición, la comunidad invocó un precepto contenido en la ley urbanística madrileña (el artículo 161) y declaró el 18 de enero de 2007 el proyecto como de “excepcional interés general”. La añagaza legal empleada –que es la que terminó por tumbar el Supremo–eximía de solicitar licencia al Gobierno regional, que se lanzó a materializar el plan fraguado por Ignacio González.

“El relato de la historia –reflexiona ahora el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, en declaraciones a infoLibre– permite pensar que había una voluntad de sacar aquello adelante sí o sí”.

Calvo, que mantiene conversaciones abiertas con el Canal de Isabel II, subraya lo inédito de que una administración acudiera al trámite de urgencia por excepcional interés general para implantar un campo de golf. “Se hace para un colegio, un hospital, una carretera, ¿pero para un campo de golf?”, se pregunta el nuevo responsable del urbanismo madrileño.

De hecho, del porqué de aquella urgencia apenas hubo explicación oficial. Pero en el escenario emerge un hecho indiscutible: el 27 de diciembre de 2006, es decir, tres semanas antes de la declaración de excepcional interés general, el Canal de Isabel II ya había adjudicado la gestión del complejo deportivo a un consorcio empresarial.

Capitaneado por Iridium, filial de ACS, el grupo de Florentino Pérez, en ese consorcio participaban otras dos empresas. Una de ellas, llamada Tecnoconcret, pertenecía a un ingeniero llamado José Antonio Clemente. Y ese ingeniero era socio en otra compañía de Pablo González, hermano de Ignacio González. Y de José Juan Caballero, cuñado del mismo Ignacio González. 

El entonces vicepresidente de Madrid no se abstuvo en el Consejo de Administración del Canal que aprobó aquella adjudicación. Y ocultó al resto de consejeros el vínculo que su familia tenía con el dueño de Tecnoconcret, que carecía de experiencia en el sector. Tras haber obtenido la gestión del espacio deportivo, Tecnoconcret vendió su participación en el consorcio a Iridium, la filial de ACS.

La adjudicación no se hizo pública en boletín oficial hasta el 1 marzo de 2007. El complejo fue inaugurado por Aguirre 27 días más tarde con fuertes protestas vecinales

González, que tomó posesión como presidente de Madrid el 27 de septiembre de 2012 y permaneció en el cargo hasta su relevo por Cristina Cifuentes el pasado 25 de junio, dejó el campo de golf atado y bien atado.

Su Gobierno se encargó de apretar el nudo en marzo de 2013, tres meses después de que el Tribunal Supremo hubiera ratificado la ilegalidad de las instalaciones construidas. En lugar de dejar en suspenso la licitación convocada para otorgar una nueva concesión por cinco años hasta tanto no hubiese acuerdo con el ayuntamiento, el Canal de Isabel II la tramitó. Esta vez, la adjudicataria fue la empresa Proingest Management Asociados SL, cuyos derechos de explotación no expiran hasta 2018.

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¿Hay solución? Este diario se lo preguntó también al concejal Jorge García Castaño, responsable del distrito de Chamberí. El edil cree que sí, que puede haberla. Pero que esa solución implica necesariamente reducir el espacio destinado al golf.

“El problema del golf –dice García Castaño- es que incluso si las instalaciones estuvieran a pleno rendimiento estamos hablando de un deporte que jamás alcanzaría la densidad de uso de otros”.

Y Chamberí necesita zonas verdes. “El contexto es ahora mejor”, opina el edil en alusión al nuevo Ejecutivo de Cristina Cifuentes. “Quiero confiar en que con Ángel Garrido [consejero de Presidencia y presidente del Canal de Isabel II], que fue concejal de Chamberí y conoce el distrito, vamos a poder hablar”, apostilla García Castaño.

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