Abusos a los consumidores

Demandas colectivas para afrontar estafas masivas

Manifestación de afectados por las preferentes en Galicia

Miles de personas se han visto afectadas por las cláusulas suelo en sus hipotecas desde el estallido de la crisis. Hasta 15.000 han decidido emprender acciones legales en una acción contra múltiples entidades para que les sea devuelto el importe extra que ha engrosado su hipoteca. La asociación consumidores Adicae presentó en 2009 una demanda colectiva contra lo que por aquel entonces eran 101 entidades financieras –ahora se han visto reducidas a una treintena debido a las fusiones que se han producido desde entonces– y representa en ella a miles de afectados.

Seis años después de iniciarse, la macrocausa que podría eliminar las cláusulas suelo de dos millones de hipotecas está vista para sentencia. La demanda prosperó pese a que las entidades bancarias intentaron que se revisaran los casos uno a uno, y los demandantes esperan ahora que el fallo anule todas las cláusulas suelo de una sola vez. Adicae también emprendió, el pasado 7 de octubre, otra acción coelctiva para denunciar el cobro de dos euros de comisión por parte de Caixabank a los no clientes que retiran dinero de sus cajeros. La asociación calcula que la banca pudo embolsarse cerca de 16 millones de euros sólo entre marzo y septiembre de este año.

En los últimos años, los consumidores se han organizado para emprender acciones conjuntas ante la Justicia, un instrumento novedoso en España que avaló en una sentencia del Tribunal Supremo el pasado 21 de septiembre. Con esta decisión, el órgano judicial dio la razón a los despachos de abogados Jausas y Zunzunegui, que presentaron ante la Audiencia Provincial de Madrid una demanda donde agruparon a 89 clientes de Bankinter afectados por preferentes y productos estructurados. Y aunque la causa fue archivada en primera instancia al considerar que los casos de los denunciantes distaban demasiado entre sí, el Supremo rectificó esa decisión y estimó que las conductas de Bankinter son, en lo esencial, "comunes para todos los casos", pues afectan a cuestiones como la documentación de la operación.

Una herramienta eficaz

El secretario general de Adicae, Fernando Herrero, explica en declaraciones a infoLibre que existen dos tipos de acciones colectivas: "Las demandas colectivas, hablando jurídicamente, son aquellas que emprende una asociación representativa y con capacidad de plantear la demanda como entidad". La macrocausa por las cláusulas suelo, por ejemplo, responde a este modelo. "Por otro lado –agrega–, las demandas agrupadas son aquellas donde se unen un determinado número de personas para emprender una demanda conjunta", continúa. "Ahí ya no es Adicae como tal quien demanda, sino una serie de personas con nombre y apellido". Son este tipo de acciones las que emprenden bufetes de abogados para las demandas financieras, aunque coloquialmente ambas se denominan "demandas colectivas". En todo caso, concluye, "la acción colectiva es una herramienta fundamental porque permite una respuesta lógica y eficaz a problemas de carácter colectivo".

Los expertos coinciden en las ventajas que pueden aportar este tipo de demandas, pero también señalan las dificultades que entraña llevarlas a cabo en España. "Las ventajas de las demandas colectivas son por un lado estratégicas y por otro el consumo de medios económicos", relata Pablo Franquet, asociado del despacho de abogados Jausas. "Lo que se consigue es poner el foco en el contexto económico en el que se comercializaron los productos financieros y la forma en el que se hizo", añade. De este modo, las particularidades individuales de cada demandante "se difuminan en favor de los rasgos comunes".

"Si tienes 50 casos, por ejemplo, te das cuenta de que todos han sido víctima de la misma estrategia de comercialización", considera el miembro de Jausas. "Agrupar a clientes de banca privada e inversores supone equilibrar la balanza y pelear en igualdad de condiciones que los bancos", concluye. Además, "los bancos intentan seguir la estrategia de divide y vencerás: consideran que el hecho de obligar a la gente a demandar por separado podía hacer que muchos no se animaran" asegura Forquet, de modo que la demanda colectiva ofrece más posibilidades de que determinadas actuaciones no queden impunes. Por otro lado, las demandas individuales pueden contribuir a que la banca achaque la mala práctica a un error puntual, mientras que "cuando pierde una demanda de grupo, lo que el juez sanciona es una práctica bancaria diseñada por los servicios centrales del banco".

El socio fundador de Zunzunegui Abogados, Fernando Zunzunegui, explica en declaraciones a infoLibre que "los miles de procedimientos acumulados en los juzgados podrían reducirse a un puñado". Las demandas a título individual suponen "una sobrecarga de trabajo, un mayor coste a los contribuyentes y además obliga a contratar abogados, procuradores y peritos", considera, mientras que las demandas colectivas requieren de uno sólo para decenas de personas. 

Diego Muñoz-Cobo, socio director del despacho de abogados Yuris Concursal, lamenta que este tipo de acciones son "muy escasas" en España."Nos encontramos con que los instrumentos específicamente diseñados para atender esta clase de litigios tienen escasa aplicación, en el sentido de que no existe proporción entre el bajo número que se plantea ante los tribunales y los muchos casos en los que esta tutela judicial sería necesaria", dice.

Alberto Ruiz Ojeda, socio del departamento de Derecho Administrativo del despacho Cremades, asegura que "no hay ningún tipo de colaboración por parte de los órganos jurisdiccionales para acumular en un mismo proceso toda una serie de demandas" y critica que, además, "son muy propensos a desacumular a muchos interesados, por lo que cada uno tiene que abrir una demanda por separado". El abogado asegura que eso "genera un desconcierto tremendo" y que "es muy difícil explicarle a cualquier demandante que no lo puedes hacer de ese modo".

Demandas financieras y estafas al consumidor

José Plaza, director del bufete Rosales, señaló que la primera demanda colectiva que hizo el despacho fue contra Bankia, el 30 de julio de 2014 en un juzgado de Valencia y con un total de 2.567 demandantes. No fue admitida a trámite. "Bankia había engañado de la misma forma a todos los clientes, existía un nexo causal. El hecho es el mismo: el folleto informativo. Teníamos la opción de recurrir a la Audiencia o presentarlas de forma individual, y finalemente elegimos la segunda alternativa", sostiene.

Afirma, no obstante, que en la actualidad cuentan con cinco causas presentadas mediante demandas colectivas en trámite. "Una con 453 demandantes y por una cuantía de 6.350 euros se ha admitido a trámite contra Bankia. El juicio está pendiente para el 4 de febrero", expone el letrado. "Sin embargo no nos han admitido las otras cuatro", lamenta. "El Tribunal Supremo lleva a cabo una doctrina contradictoria y aleatoria", considra.

Pese a las dificultades que hasta ahora se han presentado para tramitar este tipo de acciones, los bufetes de abogados y las asociaciones de consumidores encuentran en ellas un arma para la lucha contra las grandes estafas. A la macrocausa de Adicae se le suman otras muchas derivadas de la misma. "Nos dieron un plazo de dos meses para que se sumara gente a la macrocausa", explicó Herrero, "una vez terminado el plazo, todavía seguía llegando gente afectada, así que emprendimos demandas agrupadas contra entidades concretas. De momento tenemos un total de 13 sentencias firmes".

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"También tenemos una demanda colectiva contra Caja Madrid que reúne a 3.200 personas por la estafa de las preferentes y actualmente está en trámite. Paralelamente tenemos otra contra la misma entidad por deuda subordinada perpetua, que está vista para sentencia y a la que se han sumado unas 120 personas", relata el abogado en conversación con este periódico.

Las demandas colectivas emprendidas por Adicae también han prosperado en asuntos no estrictamente financieros. Es el caso de la demanda a Vodafone por el cobro en la liberalización de móviles, o la respuesta judicial a la estafa por el cierre de diversas academias de inglés, como Cambridge, con cinco sentencias ganadas.

El auge de este tipo de acciones colectivas abre la puerta, según estos juridistas, a afrontar de forma conjunta, rápida y eficaz presuntas estafas masivas. Algunas asociaciones ya han empezado a tomar acciones conjuntas para denunciar a Volkswagen por el reciente escándalo de las emisiones. La sentencia del Tribunal Supremo aporta algo de claridad ante un asunto jurídicamente confuso y no exento de polémica, consideran los expertos, que no obstante podría ser la respuesta para miles de consumidores.

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