Andalucía

“No vamos a pedir perdón por el ‘coño insumiso’ porque no hemos cometido ningún delito”

“No vamos a pedir perdón por el 'coño insumiso' porque no hemos cometido ningún delito”

Olivia Carballar | Sevilla

“Yo soy anarquista y feminista y no me escondo. Eso no es malo. Lo malo es ser intolerante”. Casi sin dar crédito todavía, Miguel Sevillano, secretario general de CGT de Sevilla, reflexiona en voz alta sobre los cuatro años de cárcel a los que se puede enfrentar, “en pleno siglo XXI”, por procesionar un “coño insumiso” en dos protestas por los derechos de los trabajadores. Cinco personas –él, su homólogo en Andalucía, Félix Cervera, y tres mujeres– han sido imputadas tras la denuncia de la Asociación Española de Abogados Cristianos, que está llevando a los tribunales cualquier muestra de lo que ellos califican como laicismo radical.

“Si hay consecuencias jurídicas se evitarán muchos de los casos de violencia anticristiana. Defendamos nuestros derechos fundamentales”, argumentan los letrados católicos. Actualmente tienen abiertos unos 20 procesos judiciales, según explica a infoLibre la presidenta de la asociación, Polonia Castellanos. “Algunos están más avanzados y otros van más lentos, en algunos casos tenemos ya la fecha de juicio y en otros estamos todavía con las diligencias. Pero de tres años hasta aquí no nos han archivado ninguna denuncia”, asegura.

Manuela Carmena: si cambia el nombre de la calle Mártires de Paracuellos, tomaremos medidas legales”, advierten en una campaña en la que critican que se ponga a una vía el nombre de Pedro Zerolo y se retire la otra. “Calles para gais sí, calles para mártires no. Impide esta injusticia”, escribían el pasado julio en su página de Facebook. “Ayuda a Elías, el médico acosado por su fe católica”, reclamaban en otra iniciativa en change.org.  “Retiré el crucifijo y otros símbolos religiosos de mi consulta tras ordenármelo de palabra mi directora (muy a pesar suyo) por orden de la Gerencia del Área Sanitaria. Pero a la semana lo he vuelto a colocar. Me sentía humillado por una pobre paciente que fue al médico mirando símbolos y no a un profesional para que la ayudara en su enfermedad. Aunque este hecho me haya dañado profundamente en lo personal –no en lo profesional–, rezo por ella, para que algún día se sienta vinculada a algo que le proporcione bienestar en todas sus facetas de la vida y se preocupe y haga algo más por los que sufren”, narra en la página web de la asociación el citado médico, de Jerez de la Frontera (Cádiz).

Tras la muerte de la pequeña Andrea, la asociación anunció que llevaría a los tribunales a los médicos que le retiraron la sonda que la mantenía con vida. “Hemos ido recabando pruebas y ahora estamos a la espera del informe pericial”, añade Castellanos. La asociación también ha denunciado a la jueza de Vigo que permitió abortar a una menor de 15 años con la oposición de sus padres. El aborto es, de hecho, una de las principales batallas del colectivo. El pasado 25 de noviembre, los abogados cristianos presentaron junto al exministro del PP Jaime Mayor Oreja la campaña Paremos este fraude contra la mujer, resumida en el hashtag #StopSubvencionesAborto. La última acción que acaban de denunciar es el proyecto Amén, de Abel Azcona, que recogió en varias misas más de 200 hostias consagradas para formar con ellas la palabra pederastia en una exposición en Pamplona, “una profanación explícita en su máximo grado”, en opinión de los abogados.

Dos manifestaciones

“Eso sí que es un delito, la pederastia”, afirma Miguel Sevillano, que se indigna aún más por el hecho de que la jueza que está llevando el caso del coño insumiso esté “dando pábulo a una gente que no respeta lo diferente, que está atentando contra derechos fundamentales como la libertad de expresión y el libre ejercicio de la acción sindical”. “Además, no es una vagina, es una vulva. Un coño insumiso. Hasta eso se lo tuve que explicar a la jueza. Y es un símbolo con el que hemos protestado por los derechos de los trabajadores. No vamos a dar ni un paso atrás, no nos tiemblan las piernas ni por tres años de cárcel ni por 23. No vamos a pedir perdón porque no hemos cometido ningún delito ni hemos ofendido a nadie”, zanja.

CGT sacó por primera vez el “coño insumiso” el 10 de abril de 2014 para denunciar el despido de una trabajadora de la empresa de autobuses Damas. Junto a la vulva gigante, los sindicalistas pasearon un ataúd para escenificar que los derechos de los trabajadores, tras la reforma laboral del PP, estaban muertos. “Desde hace dos años he sufrido una persecución, he sido sancionada en cuatro ocasiones y, como no me pudieron despedir disciplinariamente, aprovecharon la reestructuración para decir que ha sido despido objetivo”, explicó entonces la trabajadora a andalucesdiario.es.

Según Sevillano, la empresa tuvo que readmitirla después de que un juzgado declarara nulo su despido: “La ministra Báñez dijo que había que ir a la virgen del Rocío a pedir puestos de trabajo, pues habrá que ir a pedir trabajo a la virgen del coño, porque es un milagro que con la pérdida de derechos que estamos viviendo en este país, se sigan declarando nulos los despidos, y eso ocurre porque existe CGT, que defiende a los trabajadores”. La segunda vez que los sindicalistas se manifestaron con el coño fue el Primero de mayo de ese mismo año.

Delito de blasfemia

La denuncia de los abogados cristianos está sustentada en el artículo 525 del Código Penal, el mismo en el que se fundamentaron las emprendidas, por ejemplo, contra Javier Krahe y Leo Bassi: “Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican”. Ambas quedaron finalmente en nada porque no se demostró el ánimo de ofensa. Los abogados cristianos creen, sin embargo, que concurre también un delito de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia por motivos referentes a la religión o creencias (con una pena de prisión de uno a cuatro años y una multa de seis a doce meses).

Según su querella, existe una “afrenta directa a los sentimientos religiosos, ahora de los católicos, que se materializa al presentar a la Santa Virgen María como una vagina gigante, y procesionarla por las calles de Sevilla, una ciudad con marcada tradición cristiana, y frente a Iglesias Católicas, también se materializa al ultrajar a los católicos mofándose de sus oraciones y con incitación a la violencia con proclamas como Hay que quemar la Conferencia Episcopal”.

Los 'capillitas' también saben reírse de la Virgen

Los 'capillitas' también saben reírse de la Virgen

Sevillano, que considera “increíble” que el Código Penal dé cabida a estos “movimientos integristas”, niega tajantemente que tras la autodenominada Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales hubiera una intención o un ánimo de socavar la fe o las creencias de nadie. “Yo soy ateo y como no me gusta la Semana Santa me voy a la playa y no molesto a nadie. Y yo mismo he participado en ella. Y mi mujer, mis hijas, mis padres… La gente a la que le gusta la Semana Santa no es integrista”. Y va más allá: “Querer ver en una protesta por los derechos de los trabajadores un discurso anticlerical es ofender a los trabajadores que han dado la vida para defender nuestros derechos, es humillarlos. Nosotros estamos del lado de la libertad, no de la intolerancia”, sostiene.

La presidenta de la asociación de abogados católicos, que afirma que no han pedido cárcel porque aún no están en ese momento procesal, insiste en cambio en que no entiende qué tiene que ver eso con el despido de una trabajadora: “A mí me parece estupendo que protesten porque yo también llevo despidos de mujeres en mi despacho y lucho para que se declaren nulos sin perder el respeto a nadie. Igual que me ofende un insulto por ser mujer, me ofende uno por ser católica. Los que nos han faltado el respeto han sido ellos, que incluso nos han hecho un escrache, nos han amenazado y han intentado pegar a un compañero. ¿Quiénes son los integristas? Ahora se hacen los ofendidos y nosotros no hemos hecho nada. Lo único que queremos es que se nos respete y que se cumpla la ley. Yo me salto un semáforo y tengo que pagar la multa”, concluye Castellanos.

“¿Hacia dónde vamos? ¿A Siria? ¿Al ISIS? ¿Al integrísimo católico estadounidense, donde la semana pasada uno se cargó a unas cuantas personas en una clínica abortista? Ahora dicen que es un loco. ¿Vamos hacia eso?”, se pregunta Sevillano, que está preparando una plataforma para denunciar que la blasfemia sigue siendo delito en el Código Penal. “Con estas denuncias se echa gasolina al fuego en el contexto que estamos viviendo”, asegura. Sobre las acusaciones de mal gusto por elegir un coño, Sevillano también se muestra rotundo: “A mí tampoco me gusta un tío montado en una cruz”.

Más sobre este tema
stats