Elecciones 20-D

Podemos ganó las generales al PP entre los emigrantes españoles por 2.966 votos

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se hizo esta semana la fotografía para su credencial en la Cámara Baja.

Podemos es el vencedor de las elecciones generales del pasado 20-D... entre los electores que residen de forma permanente fuera de España. Así lo evidencian los datos del escrutinio del Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA) a los que ha tenido acceso infoLibre [los datos se pueden consultar aquí] y que vuelven a constatar la escasa participación de este colectivo en los comicios. De los 1.880.026 inscritos en ese registro, sólo 88.900 participaron en las elecciones generales, es decir, un 4,7%.

El partido de Pablo Iglesias se hizo con el 26,89% de los votos (un total de 23.908 sufragios) y fue primera fuerza entre los expatriados en diez comunidades: Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Madrid y Murcia. El porcentaje de voto de Podemos entre los emigrantes está 14,22 puntos por encima del conseguido entre los electores que residen en España, donde la formación morada se quedó en tercera posición y sólo consiguió ser primera fuerza en número de votos en Cataluña y País Vasco.  

El PP ocupa el segundo lugar entre el voto emigrante. El partido de Mariano Rajoy aglutinó el 23,56% de los votos (20.942 sufragios) y logró ser primera fuerza en cinco comunidades (Castilla y León, Galicia, Cantabria, Navarra y La Rioja). Su mejor resultado lo obtuvo en Galicia, donde cuatro de cada 10 electores residentes en el exterior le dieron su apoyo. No obstante, su porcentaje global de votos entre la emigración es 5,16 puntos inferior al conseguido en España

También el apoyo al PSOE cayó algo más de cinco puntos entre los expatriados respecto al respaldo dentro del país. Los socialistas recabaron 14.885 votos de la emigración, el 16,74% del total y sólo lograron imponerse en primer lugar en Asturias y Extremadura. Ciudadanos, por su parte, quedó en cuarta posición en el reparto del voto expatriado con 14.465 sufragios y un porcentaje del 16,27%, 2,34 puntos por encima del logrado en el censo de residentes en España. 

El partido de Albert Rivera quedó por delante del PSOE en 18 circunscripciones, entre ellas Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza y Alicante. La diferencia fue especialmente significativa en Madrid, donde Ciudadanos obtuvo 4.807 votos mientras que la lista encabezada por Sánchez se quedó en 2.367. En este caso, el voto emigrante copió el resultado del interior, puesto que el PSOE también fue cuarto en Madrid en el escrutinio realizado el 20-D. Por comunidades autónomas, C's superó a los socialistas en siete: Aragón, Baleares, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Navarra. 

Por circunscripciones Podemos también aparece como la fuerza con más apoyos. El partido de Pablo Iglesias quedó en primer lugar en 30 de las 45. Por detrás está el PP, que quedó en primera posición en 14; seguido del PSOE, que ganó en cinco y de Esquerra, que venció en todas las provincias catalanas salvo en Barcelona. 

El politólogo Juan Rodríguez Teruel, profesor de la Universitat de València, dice no estar sorprendido por estas cifras, que constatan una "asimetría" entre el perfil nacional de votantes y el que participa desde el exterior. "Estos datos nos pueden llevar a pensar que ha sido la gente más joven y preparada, que es la que sabemos que se siente atraída por los nuevos partidos, la que más se ha movilizado en este proceso. Podemos es, sin duda, el más beneficiado", señala. 

A juicio de este analista, estos votantes más movilizados son los que tienen también más incentivos para participar –"algunos hacen incluso una lectura política de su emigración, de la que culpan a los partidos tradicionales"– y, además, más recursos para hacerlo. "Este perfil se diferencia del modelo tradicional de votante expatriado que solía optar por el partido del Gobierno y , en ocasiones, ligado al clientelismo e incluso al fraude que motivó la reforma de la ley electoral que trajo el voto rogado", sentencia. 

Baja participación 

La Marea Granate, el colectivo de jóvenes expatriados que en los últimos años está poniendo cara a la nueva emigración, ya venía advirtiendo que la reforma de la ley electoral –pactada por PP y PSOE con el apoyo de CiU y PNV en enero 2011– que les obliga a rogar expresamente el voto y las trabas administrativas llevarían la participación electoral de los expatriados a mínimos. Y así ha sido.

De los 1.880.026 electores inscritos en el Censo de Extranjeros Residentes Ausentes (CERA), sólo ejercieron su derecho al voto 88.900, es decir, un 4,7%. En las generales de 2008, en los últimos comicios antes de la reforma que estableció la obligación de reclamar el voto, ejercieron este derecho 382.568 de los 1.205.329 inscritos, el 31,7%. Por tanto, la comparación entre ambas citas arroja una caída de la participación del 85%. Además, la participación de este 20-D se ha quedado también por debajo de la registrada en las generales de 2011 –en las que sí estaba en vigor el voto rogado– y que fue del 4,9%.

Por comunidades, la participación más alta se registró entre los emigrantes de Castilla-La Mancha, donde votaron el 7,80% de los inscritos; y de Madrid, donde participaron el 7,72% de los censados. La participación también estuvo por encima de la media en Aragón (7,00%), Comunidad Valenciana (6,88%), País Vasco (6,70%), Madrid (5,97%), Cataluña (5,85%), Extremadura (5,65%), Castilla y León (5,29%) y Andalucía (5,04%). En el otro extremo está la registrada en Canarias, donde sólo votaron el 1,04% de los expatriados. 

Ruego de voto 

No obstante, hay otro dato que resulta llamativo. De los 1.880.026 inscritos en el Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA) un total de 151.061 personas rogaron el voto, es decir, completaron la primera parte del trámite imprescindible que hay que realizar para poder ejercer el derecho al sufragio desde el exterior. Sin embargo, sólo 88.900 –apenas un 60%– votaron finalmente. Eso quiere decir que cuatro de cada diez personas que manifestaron su derecho de participar en estos comicios, finalmente no lo hicieron. 

¿A qué se debe esta cifra? Resulta imposible saberlo, aunque resulta razonable pensar que si una persona inicia el recorrido burocrático que supone rogar el voto es porque tiene un cierto interés en participar. María Almena, portavoz de la Marea Granate, recuerda que la implantación del voto rogado también ha afectado a los plazos de envío y recepción de papeletas. Y apunta a que ahí puede estar parte de la respuesta a la pregunta planteada. Los residentes permanentes en el exterior pueden votar por correo o directamente en urna en el consulado, aunque tienen que acudir allí con las papeletas que han tenido que recibir en su domicilio. 

Entre las quejas recurrentes de este colectivo están precisamente los problemas para la recepción de los sobre de votación. "Hemos hecho algún informe y hemos constatado que entre el 30 y el 50% nunca llegan o lo hacen fuera de plazo, lo que ocurre especialmente en los países con los que hay más distancia geográfica con España o que cuentan con sistemas de correo más precarios", señala Almena.

Esta activista señala, además, que la situación se agrava cuando hay impugnaciones de listas –tal y como ocurrió en las últimas generales en Barcelona, Valencia, Baleares...– porque en esos casos los sobres salen de España con una semana más o menos de retraso, lo que quiere decir que tienen una semana menos (7-8 días) para hacer el viaje de ida a donde está el emigrante. Aunque el Ministerio de Exteriores anunció el uso valijas diplomáticas extraordinarias y mensajería urgente, lo cierto es que las redes sociales recogieron en los días posteriores a los comicios las quejas de emigrantes que se quedaron sin votar por no haber recibido sus sobres.

También se amplió el plazo para poder depositar el voto en los consulados durante el fin de semana del 19 y 20 de diciembre pero, según Almena, no sirvió de mucho porque las papeletas que no habían llegado hasta el viernes tampoco lo hicieron durante esos dos días al estar cerrados los servicios de correos. 

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El dato de baja participación (4,7%) no ha sorprendido a la Marea Granate. "Era lo esperado. Más allá del voto rogado que, sin duda, habría que eliminar, están las trabas administrativas que no se han eliminado por falta de voluntad política y la nula implicación de la Junta Electoral", señala Almena. El problema, sin embargo, es que las perspectivas no son mucho mejores. "Este 2016 habrá entre dos y cuatro elecciones y parece que tampoco habrá cambios. El procedimiento está siendo antidemocrático e injusto", sentencia. 

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Este artículo ha sido editado para corregir errores de redacción. 

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