La nueva legislatura

Cinco respuestas a favor y en contra de la presencia en el hemiciclo del bebé de Bescansa

Cinco respuestas a favor y en contra de la presencia en el hemiciclo del bebé de Bescansa

El miércoles 13 de enero estaba marcado en rojo como el día en que se constituiría la Mesa del Congreso tras las reñidas elecciones del 20 de diciembre. La polémica surgió, contra todo pronóstico, a raíz de un gesto cotidiano que se convirtió además en un acto político: la imagen de Carolina Bescansa con su hijo de cinco meses.

Podemos aseguró, a través de un comunicado, que la número tres del partido había contribuido a visibilizar la "a todas las mujeres que tienen que poder conciliar vida familiar y personal y vida laboral y hoy día no pueden, que son muchas en nuestro país, millones de mujeres que se enfrentan solas a múltiples obstáculos".

En su programa electoral, la formación morada apuesta por un plan estratégico para la conciliación de la vida laboral y familiar que incorpore "a todos los actores implicados" y que adopte medidas tanto a nivel de empresa, como de ayudas desde la administración. En este sentido, habla de promover la adecuación de los horarios laborales con flexibilización, teletrabajo, fórmulas contractuales que promuevan jornadas laborales cortas a tiempo completo y adaptación a los horarios escolares. Finalmente, habla también de un calendario de ampliación del permiso de paternidad hasta equipararlo con el de maternidad y la universalización de la educación de 0 a 3 años pública y gratuita.

Las reacciones no se han hecho esperar. Las redes sociales se colapsaron ante las posturas a favor y en contra, las tertulias y columnas de opinión de los principales medios de comunicación del país reflexionaron sobre los términos maternidad y conciliación, y políticos de todos los colores valoraron el gesto. 

El vicesecretario general de Acción Sectorial del PP, Javier Maroto, criticó que "esto no es ni feminismo, ni conciliación, ni progresismo. Ya vale de reírse de la gente". A su vez, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, calificó el acto como una "instrumentalización de los niños con fines políticos", que tachó de "lamentable". Miembros del PP y del PSOE recordaron, además, que el Congreso cuenta con guardería desde el año 2006, aunque obviaron que no es gratuita, sino de pago. Por su parte, la diputada Tania Sánchez defendió que "las mujeres puedan ejercer la maternidad en libertad", mientras que la propia Bescansa destacó la importancia de "visibilizar más el trabajo de las mujeres que crían a sus hijos".

El debate también estuvo presente entre los movimientos feministas. La cuestión orbitó entre dos puntos de vista opuestos, fundamentados sobre la base de una visión crítica entre quienes defendían que la acción de Bescansa responde a una reivindicación para visibilizar una realidad, y quienes sostenían que, por el contrario, hace un flaco favor a las mujeres y a la corresponsabilidad.

Con el fin de arrojar luz al asunto y conocer ambas perspectivas, infoLibre planteó cinco preguntas a Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, quien desde una óptica feminista criticó el gesto de la diputada, y también a Gloria Elizo, vicepresidenta número tres del Congreso por Podemos, quien valoró la acción de su compañera como una defensa del derecho a conciliar la maternidad con la actividad profesional. 

1. Podemos lo ha reivindicado como un gesto para visibilizar la conciliación, ¿es una iniciativa adecuada?

Marisa Soleto: No lo es. Desde luego no es la primera diputada a la que vemos con un bebé en brazos en los parlamentos nacionales e internacionales, y parece que para ellas resolver un problema de lactancia en un momento determinado es un mecanismo fácil, pero no es algo que todo el mundo pueda hacer. Primero por las dificultades logísticas, hay mujeres con otros trabajos que no podrían hacer esto, y en segundo lugar porque la idea de que la conciliación sea estar las 24 horas con el bebé a cuestas, desde luego hace un flaco favor a la corresponsabilidad de la pareja. Espero que no sea el modelo que nos ofrezcan a todas en materia de conciliación.

Gloria Elizo:

 Me parece que el miércoles era un día para reivindicar muchas cosas. Hemos visibilizado puntos del programa, y con este gesto hemos reivindicado una cuestión fundamental. Para muchas mujeres compatibilizar la profesión con ser madre ha supuesto restar a su vida profesional o a su maternidad. Lo que queremos decir ahora es que las mujeres podemos reivindicar una vida plena como madres y como profesionales.

2. ¿Se corre el riesgo de asociar el cuidado de los hijos exclusivamente a la mujer?

M. S.: 

Claro, evidentemente. Si algo dice la foto es eso. Hay mujeres que estarán peleando por otro tipo de modelo, y habrá hombres que quieran participar de una manera más activa. No me parece particularmente revolucionario. Si lo que estamos buscando es la fórmula para que las mujeres puedan participar en todos los ámbitos desde la igualdad, probablemente necesitemos modelos más amplios.

G. E.: En absoluto. Precisamente en el programa llevamos muchas propuestas relacionadas con correlacionar la responsabilidad tanto del padre como de la madre, y desde luego ponemos de manifiesto la necesidad de visibilizar los cuidados, de visibilizar que hay un mundo después de la carrera profesional de hombres o mujeres que tiene que ver precisamente con los cuidados.

3. ¿El gesto apoya un modelo que prioriza el trabajo o precisamente lo critica al denunciar las dificultades de la conciliación?

M. S.: Creo que no debería convertirse nunca en un modelo, que sólo representa una decisión personal de una madre lactante que tenía un problema frente a un pleno de una duración larga, y querer darle a esto mayor contenido político no es lo adecuado porque representa un modelo discutible.

G. E.: Yo, personalmente, reivindico mi figura como madre antes que como profesional. Esa perspectiva en la que no se sacrifica la posición de madre frente a la de profesional es muy importante. Para muchas mujeres ser madre ha sido uno de los factores más importantes relacionados con el desarrollo de nuestra vida y está por encima muchas veces de nuestra vida profesional. Esto debe ser compatible con una forma de vivir sujeta al modelo que cada una decida, y creo que era muy importante para las mujeres hacer ese gesto hoy.

4. ¿En qué medida puede ser entendido como espectáculo?

M. S.: Yo creo que vivimos en un momento en el que ante actos de estas características se disparan las opiniones, a ello contribuyen especialmente las redes sociales. Si el gesto responde a unas necesidades, pues evidentemente tiene que tomar soluciones de estas características, porque trabaja en un sitio que le permite tomar libremente esa decisión. Independientemente de esto, yo espero que todo el mundo entienda que cada mujer puede decidir cuál es el modelo de lactancia que decide para sus hijos y cuál es la fórmula que va a usar para compatibilizarlo con su presencia pública y social con total libertad. Lo que se debe hacer es facilitar la toma de esa decisión, pero desde luego conciliar no es ofrecer un modelo en el que las mujeres nos ocupamos las 24 horas de estas cuestiones, porque hay mujeres que no quieren o no pueden. No es representativo por la falta de oportunidad que tienen muchísimas trabajadoras de hacer lo mismo, por lo tanto hay que ser menos frívolo cuando se proponen medidas de corte social.

G. E.: Carolina Bescansa tiene una carrera profesional brillante, y ha desempeñado esta carrera, de alta competencia, compleja, dura, y sin embargo no ha renunciado a compatibilizarla con su vida como madre. No ha sido una cuestión de hoy, es una apuesta muy dura y con mucho sacrificio personal para compatibilizar al 100% su vida materna con la profesional.

5. ¿Ha servido este gesto para introducir el debate entre la sociedad?

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M. S.:

Ha dado la sensación de que sí, otra cosa es de qué manera hay que introducir el debate para que realmente produzca efectos aprovechables. Si va a girar en torno a si la conciliación es dar o no de mamar desde un escaño, me parece un debate bastante estéril. A mí me habría gustado mucho más que el debate hubiera puesto sobre la mesa que cada mujer, cada hombre, y cada familia, puede ser libre para organizar sus opciones de cuidado como mejor le convengan. Hay que abordarlo de una forma mucho más seria y mucho más estructural.

G. E. Fundamentalmente para que cada mujer se sienta libre de tomar las decisiones que crea oportunas y para aquellas que quieran tener una distinta relación de maternidad de la que se espera socialmente. Decir esto es posible, tenemos que luchar para que nuestra maternidad esté integrada laboralmente, es muy importante para muchas mujeres.

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