La nueva legislatura

La cúpula del PSOE admite que la baja participación es el mayor riesgo de la consulta

La cúpula del PSOE admite que la baja participación es el mayor riesgo de la consulta a la militancia

Ibon Uría

La cuenta atrás para el primer Pleno de investidura avanza y los plazos de Pedro Sánchez se agotan. A la presión de buscar los pactos se suma, en el caso del candidato socialista, la necesidad de hacer compatibles los tiempos de la negociación con el calendario interno del PSOE. Y es que antes de acudir al Congreso de los Diputados el próximo 2 de marzo, si consiguen cerrar acuerdos con otros partidos, los socialistas tienen pendiente celebrar una consulta a su militancia.

La votación la anunció el propio Sánchez el pasado 30 de enero ante el Comité Federal de su partido. El candidato, cuyos planes adelantó infoLibre, decidió jugar esta carta para sortear las presiones de los dirigentes territoriales que mostraban su oposición, por ejemplo, a un pacto con Podemos. Fueron precisamente los barones los que en la anterior reunión del máximo órgano interno entre congresos –celebrada apenas una semana después del 20-D– estrecharon el margen para negociar con el partido morado.

Fuentes de la cúpula socialista reconocen ahora que los márgenes para poder celebrar esa consulta son muy justos. En torno al 25 de febrero deberían estar cerrados todos los pactos de investidura para que los tiempos de la votación cuadraran con los planes aprobados por la ejecutiva federal socialista. Y aunque confían mayoritariamente en que los aproximadamente 190.000 militantes de PSOE, PSC, Juventudes Socialistas y Juventudes del PSC aprobarán los acuerdos que propongan la dirección, señalan que el mayor riesgo es que ese proceso se salde con una baja participación.

La batalla de la imagen... y la interna

Entre los próximos a Sánchez, en cualquier caso, el apoyo al proceso de consulta a la militancia es total. Un dirigente de su máxima confianza señala que el partido "venía reflexionando en sus órganos internos sobre cómo aumentar la participación" y cree que "esta es una ocasión de oro para hacerlo". "Hemos pensado durante mucho tiempo en profundizar la democracia interna del partido y un hecho sin precedentes, como cerrar un acuerdo para gobernar, parece un buen motivo para ponerlo en práctica", añade.

Fuentes socialistas destacan que Sánchez fue el primer secretario general elegido por las bases y que ahora regresa a ellas para dar validez a los posibles acuerdos. "El candidato que nació de las bases intenta ahora refrendar su trabajo con el voto de las bases", comentan. "La consulta que ahora se plantea es una consecuencia lógica del modo de elección de Pedro [Sánchez] como secretario general. Creo que es coherente que un líder elegido por las bases pregunte ahora sobre un acuerdo de este tipo", agrega un hombre próximo a la dirección del partido.

Al mismo tiempo, a nadie escapa que la convocatoria de la consulta es "un gesto de autoridad interna" de Sánchez, en palabras de un cargo socialista. "Frente a los intentos internos de gente en el partido" que podría "frustrar" los pactos, explica, imponer la votación de las bases es "un gesto de fuerza que reafirma la autoridad del secretario general". En ese sentido, y aunque el Comité Federal tendrá que ratificar la decisión de la militancia, asegura que "ningún Comité Federal se va a atrever a llevarles la contraria".

La participación, clave en el proceso

Preguntado sobre los riesgos del proceso, un cargo de la confianza de Sánchez insiste en minimizar los posibles problemas. Asegura que los inconvenientes "se afrontaron más en la elección en primarias de Pedro Sánchez que ahora". En cualquier caso, admite que habrá que tener presente la cifra de participación registrada entonces a la hora de interpretar los resultados. En aquel proceso, celebrado en junio de 2014, votaron casi 130.000 militantes, el 66% del censo, una cifra que superó las expectativas iniciales.

Ahora, fuentes del equipo de Sánchez subrayan que se ha puesto en marcha un mecanismo de voto por Internet que, a priori, debería favorecer una alta participación. Para poder ejercer el voto a distancia, sin embargo, los militantes deben registrarse entre el 16 y el 24 de febrero. Y fuentes socialistas aseguran que el partido no dispone de cifras actualizadas de cuántas personas han solicitado ese voto telemático. "No tenemos datos concretos de cómo va la participación, pero nuestra sensación es que la gente va a animarse", apuntan.

Un dirigente regional, en cambio, no es tan optimista. Ve con buenos ojos el voto por Internet –"facilita la organización y abarata los costes del proceso", explica–, pero cree que la participación "será inferior" a la de las primarias. "Evidentemente se va a comparar el nivel con el de junio de 2014 y la clave de todo este proceso estará en ver cuánto por debajo está ahora la participación", señala. 

Los detalles siguen en el aire

Este mismo cargo de una federación próxima a Ferraz expresa también sus dudas sobre el contenido de la consulta: "Sinceramente, no se qué se va a someter al voto de las bases. Tiene que haber un acuerdo o unos acuerdos que por ahora no están, y cada vez vamos más justos de tiempo", comenta. Además, no descarta que se someta a consulta también el documento de propuestas de Gobierno elaborado por el equipo de Pedro Sánchez, algo que Ferraz asegura no contemplar. Donde si hay coincidencia entre las fuentes consultadas es en que por ahora no se ha trabajado el texto de la pregunta.

Menos preocupación hay en torno al resultado del voto de los militantes. Fuentes socialistas admiten que "no ha habido sondeos ni estudios" y que la militancia siempre puede deparar sorpresas, pero recuerdan que "el PSOE es más un partido orgánico que de bases, donde hasta el último afiliado tiene alguna responsabilidad", por lo que no contemplan la posibilidad de que se opongan al acuerdo que plantee la ejecutiva federal.

Un dirigente próximo a Sánchez coincide: "Tiendo a pensar que lo que quieren las bases es la investidura, y que serán favorables al texto que se plantee". Además, añade, los afiliados "han saludado la participación que se les ha ofrecido" en este caso, lo que también jugaría a favor de la hipótesis de que los militantes darán por bueno el acuerdo al que llegue el partido. Finalmente, eso sí, esta fuente subraya: "En cualquier caso, no imagino a la ejecutiva sometiendo al voto de los militantes algo que sepa que no va a lograr el respaldo que necesita".

Críticas de las federaciones

Mientras tanto, algunas federaciones siguen expresando en privado reticencias hacia el proceso decidido por Sánchez. Esgrimen, en primer lugar, que la consulta implica desautorizar al Comité Federal, órgano al que según los estatutos le corresponde determinar la política de pactos y alianzas postelectorales. En palabras de un dirigente del PSOE andaluz que lidera Susana Díaz, la consulta implica "descafeinarlo". Fuentes del PSPV añaden que se está dando un paso "con riesgos" que implica confrontar los órganos internos y las bases. "Lo que en realidad ocurre –subraya un crítico– es que Sánchez no tiene la mayoría de los votos en el Comité Federal y que, por tanto, necesita una legitimidad distinta para poder salirse con la suya". 

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En cualquier caso, la frase que más se repite entre quienes no aprueban la votación de las bases es que el PSOE "no es un partido asambleario". "Igual hay quien quiere cargarse la mitad de los órganos del partido, pero de momento ahí están y hay que respetarlos", advierte un cargo crítico con Sánchez. "Se está cambiando la columna vertebral de la organización, se está alterando el modelo de partido", dice. Este sector sostiene, además, que "nadie sometió a la consulta de las bases los acuerdos para gobernar en Ayuntamientos y Comunidades tras las últimas elecciones municipales y autonómicas". "¿Qué pasa –cuestiona un dirigente– que entonces no hacía falta contar con los afiliados y ahora sí?".

Al margen de la cuestión interna, otro punto que suscita dudas es si Sánchez podría someter al refrendo de las bases un acuerdo que no contara previamente con todos los apoyos necesarios para garantizar su investidura. "debería presentar no sólo un pacto de programa, sino decir con quién lo ha alcanzado y reunir todos los votos necesarios para la investidura antes de la consulta", apunta un dirigente del PSOE andaluz. En este sentido, el PSOE de Susana Díaz asegura que sería una "trampa" presentar un documentoque dependiera en última instancia de la abstención de los grupos vascos y catalanes. "Espero que Sánchez no sea tan insensato", añade un cargo próximo a la presidenta de Andalucía. 

Finalmente, no todos los críticos con Sánchez creen que su estrategia vaya a tener éxito y dudan del sentido del voto que podría expresar la militancia. Mientras que algunas consideran que las bases son más proclives a un pacto de izquierdas y pueden titubear ante un acuerdo con Ciudadanos, otras creen que la dirección federal puede salir derrotada si plantease un pacto con Podemos. "Sánchez vive en una burbuja política, no conoce a la militancia", dice un dirigente del PSOE de Andalucía. Un hombre de confianza de Susana Díaz resume la situación: "La jugada tiene mucho riesgo para el partido y para Sánchez. Y si pierde la consulta, desde luego que se tiene que ir a casa".

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