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Violencia machista

Las mujeres mayores de 65 años, las víctimas olvidadas de la violencia machista

Concentración en Zaragoza en repulsa al asesinato de R. R. A.

R. R. A., de 72 años, es la última mujer asesinada en España a manos de su pareja. Ocurrió este domingo en Zaragoza. Su caso pone el foco sobre la realidad de un perfil de víctima que suele permanecer en la sombra, el de las mujeres mayores que sufren violencia machista. Las cifras oficiales que difunde el Ministerio de Sanidad son elocuentes: desde 2003 hasta 112 mujeres que superaban los 65 años han sido asesinadas por hombres con los que mantenían o habían mantenido una relación. En lo que va de año ya son tres, según este recuento. 

El de la violencia machista en las mujeres mayores es un problema complejo, que tiene varias caras, que está arraigado en la sociedad española y que parece tener difícil solución. No obstante, las expertas consultadas por infoLibre sí coinciden en que la edad aumenta la vulnerabilidad de las mujeres. Además, la situación de dependencia económica de las que no han trabajado nunca fuera del hogar –algo habitual en esa generación– así como las mayores probabilidades de estar aisladas socialmente las hacen más indefensas ante episodios de violencia psicológica, física o sexual

La última macroencuesta Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre violencia machista también ofreció algunos datos al respecto. Según el Registro Central que elabora el Ministerio de Justicia el número de mujeres de 65 a 69 años a las que los jueces habían otorgado medidas cautelares u órdenes de protección aumentó un 21% entre 2013 y 2014. En la franja de edad de entre 70 y 74 años la subida fue del 26%. Este incremento en las medidas de protección a las mujeres mayores tiene el aspecto positivo de que son más las que han dado el paso de sacar la violencia del espacio privado y denunciar a sus agresores, si bien también la vertiente amarga que evidencia que el problema sigue existiendo

Patricia Velasco, trabajadora social en la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos Adavasymt, cree que la situación de dependencia económica y emocional de estas mujeres las hace, si cabe, más vulnerables que otras de menor edad. "Muchas no han tenido la oportunidad de trabajar fuera de casa, ni de formarse... así que toda la vida han dependido del salario de sus parejas y no tienen recursos propios. Además, tras el paso de los años la dependencia emocional también se hace más fuerte. Eso hace que en ocasiones se acaben convirtiendo en cuidadoras de sus propios agresores. No son pocas las que comentan, tras una vida de sufrimiento, que cómo van a dejar ahora sus maridos si están enfermos o necesitan sus cuidados", señala. 

Como otros factores relevantes, Velasco alude a la dificultad que tienen estas mujeres para detectar que están siendo objeto de un maltrato, el miedo que tienen al agresor o el hecho de que muchas familias siguen pensando que el problema puede arreglarse de puertas para dentro. "Muchas han estado toda la vida viviendo situaciones de acoso psicológico y piensan que eso es lo normal en una relación. Por eso, cuando se ponen en contacto con la asociación, lo primero que intentamos es hacerles ver es que no tienen por qué aguantar ese tipo de conductas. Escucharlas y hacerles sentir que no están solas también es importantísimo", asevera. 

Especialización

Por otro lado, las expertas consultadas coinciden en que es muy relevante el papel de los profesionales sanitarios en el ámbito de la atención primaria porque suponen la entrada al sistema de protección, especialmente para las mayores que, por su edad, suelen acudir al médico de forma más seguida. Además, estas mujeres tienen más dificultades para conocer la existencia de otro tipo de recursos que brindan asociaciones e instituciones públicas. "Es importante que haya sensibilización y especialización en todas las personas que tratan con las víctimas. Se habla mucho de los profesionales de los sectores policial y judicial, pero también es muy importante que la haya en el sanitario", dice Nina Infante, presidenta del Fórum de Política Feminista

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Pilar López Díez, especialista en Género y Comunicación, insiste en que hay que poner el foco en los hombres, que son los que han mantenido actitudes que han llevado a las mujeres a vivir oprimidas durante años. Asimismo, esta experta cree que es relevante trabajar con la mujer, ayudarla... y no obligarla a denunciar o poner la denuncia por ella si no se le va a dar lo que necesita. En este sentido, López Díez considera que, a la hora de dar el paso de denunciar a su agresor,  hay que prestar a estas mujeres un asesoramiento muy especializado por organizaciones que trabajen habitualmente con mujeres. 

Infante, por su parte, alude también a la importancia de las campañas de sensibilización y de lo relevante que es que las mujeres sepan que pueden contar con un sistema de protección. "Hacen falta campañas de información que se extiendan en el tiempo y, por supuesto, que los sistemas de protección no se recorten como ha ocurrido durante los últimos años", asevera.

La ley contra la violencia de género establece que las mujeres víctimas de violencia de género serán consideradas "colectivos prioritarios" en el acceso a residencias públicas para mayores, lo que puede suponer una vía de escape para estas mujeres más allá de su situación de dependencia económica y su ausencia de recursos. infoLibre solicitó al Ministerio de Sanidad datos sobre el número de mujeres mayores de 65 años que habían accedido a geriátricos públicos por su condición de víctimas pero este organismo señaló que no tenía información detallada al respecto. 

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