Los barones del PSOE asumen que gobernará el PP pero se oponen a que sea con su abstención

El PSOE reconoce que los resultados de las elecciones de este domingo lo envían a la oposición y que, a diferencia de lo ocurrido en diciembre, no está en condiciones de intentar reunir una mayoría alternativa a la del PP, pero rechaza de plano facilitar la investidura de Rajoy. Ni con un voto afirmativo ni con una abstención. Y ese diagnóstico, expresado este lunes por el portavoz del comité electoral, Antonio Hernando, también es compartido por las distintas federaciones socialistas.

En el partido son conscientes de que sus cifras no fueron buenas este 26J. El consuelo es que tras una campaña "con todo en contra" y algunos minutos de "miedo" al ver los sondeos a pie de urna, según comenta un integrante de la ejecutiva del partido, se logró salvar con cierta holgura la segunda plaza frente a Unidos Podemos, tanto en escaños como en votos y a diferencia de lo que pronosticaban todas las encuestas. "Pero con este resultado ni siquiera nos toca intentar formar Gobierno", lamenta este dirigente.

Fuentes de la dirección socialista señalan que este lunes, en la reunión de la ejecutiva del PSOE, el secretario general y candidato Pedro Sánchez "asumió que el resultado no es satisfactorio y que tiene que gobernar el PP", y que señaló que "hay que trabajar para cambiar" y mejorar los resultados. En definitiva, que toca repensar la estrategia a medio plazo, sin la presión de unas elecciones en el horizonte inmediato. En palabras de Hernando, es la hora de "reflexionar" sobre la "necesaria modernización" y el "relanzamiento" del partido.

El veto se mantiene

Asumir la derrota no significa que el no al PP haya desaparecido, ni mucho menos. Aunque a primera hora de la mañana del lunes dirigentes como el secretario general extremeño Guillermo Fernández Vara parecieron abrir la puerta a la idea de que los socialistas facilitaran que la legislatura arranque con los conservadores al frente, el criterio de la dirección federal y los territorios es claro: los diputados socialistas cumplirán la palabra de Sánchez en campaña y votarán no a Mariano Rajoy cuando se someta a la investidura.

Los cargos consultados por infoLibre admiten, eso sí, que las cuentas son complicadas. El PP tiene 137 diputados y necesita otros 39 para alcanzar la mayoría absoluta necesaria en primera ronda. Aun asumiendo que los 32 de Ciudadanos se presten a apoyar a Rajoy, faltan siete actas. Ahí es donde la suma se complica extraordinariamente para los conservadores, que únicamente pueden recurrir al PNV –cinco diputados–, Coalición Canaria –una sola diputada– o a los grupos independentistas. En las sucesivas rondas basta con más síes que noes, pero PSOE y UP ya suman por sí solos 156 votos negativos.

Pero los socialistas entienden que ese es "un problema del PP", que Rajoy es quien tiene que mover ficha y comenzar a buscar aliados entre "sus afines", y que no puede cargar sobre el PSOE la responsabilidad de allanarle el camino para echar a andar la legislatura. Dirigentes del partido prometen "mantenerse firmes" y no contemplan en ningún caso la abstención del grupo socialista, y tampoco la del diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo, quien se presentó en coalición con el PSOE y que podría deshacer el empate si los conservadores lograran previamente convencer a Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria.

El PSOE rechaza las presiones

En palabras de una diputada de la ejecutiva socialista, los conservadores "tendrán que hablar con quien quieran" pero no con el PSOE: "No les vamos a tender la mano. Hemos pedido el voto para cambiar al PP y nuestra posición es clara: no al PP y no a una abstención en la investidura. No nos tienen ni que mirar ni que culpar si no consiguen sumar. Cuando pudimos nosotros intentamos formar Gobierno. Ahora les toca a ellos. Rajoy lleva seis meses fumándose un puro: ahora que se mueva y empiece a hacer llamadas", subraya. 

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Fuentes de federaciones como la valenciana y del PSC comparten el análisis. "Está claro que el PP tiene que gobernar, pero que se apañe para la investidura. No es nuestro problema", señala un cargo del PSOE de la Comunitat Valenciana. "Nosotros no somos responsables ahora. Le toca al PP abrir juego y buscar apoyos, pero de presión para investir al PP ni hablar. Nuestra respuesta es un no", asegura tajante un miembro de la dirección de los socialistas catalanes.

El PSOE de Andalucía, liderado por Susana Díaz, coincide en que a Sánchez "le toca ir a la oposición". "Insistir, por ejemplo, en un pacto con Ciudadanos y Unidos Podemos no tendría ningún sentido, porque el resultado es inapelable", dice un cargo próximo a Díaz. "En el fondo no hay ninguna otra opción, para nuestra desgracia, que un nuevo Gobierno de Rajoy. Lo demás es forzar una realidad imposible. Este domingo era el desempate y está claro lo que quiere la gente", agrega esta fuente, que pone el énfasis en que hay que "repensar la estratregia del partido" a medio plazo.

La dirección del PSOE convocó este lunes para el próximo sábado 9 de julio un Comité Federal en el que proseguirá el "análisis de los resultados". Fuentes de la dirección afirman que la fecha elegida responde a la necesidad de dar tiempo a "reposar" los resultados y a que el debate no se produzca justo después de los comicios. Las distintas federaciones consultadas coinciden en que el calendario es el adecuado. "La fecha está bien. Así será algo más sosegado que si se convocase ya esta semana", señala, por ejemplo, el PSOE andaluz.