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La XII Legislatura

La izquierda y los nacionalistas son incapaces de pactar un candidato alternativo a Ana Pastor

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Ibon Uría

La falta de acuerdo entre los grupos de izquierda y con las fuerzas nacionalistas allanó este lunes el camino a la Presidencia del Congreso de Ana Pastor, ministra de Fomento en funciones y candidata del PP. Las votaciones para el órgano de Gobierno de la Cámara baja se celebrarán este martes a partir de las 10.00 horas y, gracias a los votos de PP y Ciudadanos, Pastor se hará con el puesto que en la anterior legislatura ocupó el exlehendakari socialista Patxi López, salvo sorpresa de última hora.

En la primera ronda, y tras el acuerdo cerrado por los partidos de Rajoy y Rivera, los conservadores dispondrán de 169 apoyos. Mientras tanto, en el campo de la izquierda y las formaciones nacionalistas, los votos se repartirán entre tres candidatos, porque los 85 diputados del PSOE apostarán por López, los 71 de Unidos Podemos respaldarán al parlamentario de En Comú Podem Xavier Domènech y los ocho de CDC –ahora Partit Demòcrata Català– votarán a su jefe de filas, Francesc Homs. 

Como ningún nombre reunirá 176 diputados, los que marcan el listón de la mayoría absoluta, se celebrará una segunda votación a la que accederán Pastor y López. La ministra en funciones recibirá nuevamente 169 votos, mientras que el PSOE volverá a apoyar a López. Incluso si el exlehendakari recibiera de forma adicional los 71 respaldos de Unidos Podemos, aún se quedaría en 156, lejos de la candidata conservadora. Fuentes socialistas dan por hecho que Pastor logrará la Presidencia de la Cámara y que López perderá su puesto.

Entre los nacionalistas, el portavoz de CDC, Francesc Homs, no quiso desvelar qué votará su partido en segunda ronda. "Veremos qué candidatos pasan", se limitó a decir. El portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián, avanzó que su grupo se abstendrá y afirmó a última hora del lunes que "el PP volverá a presidir el Congreso" y que su formación renuncia a entrar en el "juego" de las últimas horas. Los cinco diputados del PNV, finalmente, se abstendrán tanto en primera como en segunda vuelta, confirmaron fuentes parlamentarias.

Por lo demás, habrá otras dos votaciones para elegir a los cuatro vicepresidentes y los cuatro secretarios de la Mesa. En virtud del acuerdo entre PP y Ciudadanos, los conservadores cederán dos puestos al partido de Rivera, de modo que el PP tendrá la Presidencia y dos puestos más, y Ciudadanos otros dos asientos –la vicepresidencia primera y una secretaría–. El PSOE, por su parte, tendrá una vicepresidencia y una secretaría, igual representación que Unidos Podemos.

Fracasan los planes de Podemos

Este domingo, Unidos Podemos anunció que presentaría la candidatura de Domènech a la Presidencia del Congreso. El objetivo, señaló la formación en un comunicado, era asegurar la existencia de una mayoría progresista en la Mesa, ya que el PP tenía asegurados al menos cuatro puestos frente a los cuatro que, sumados, tenían garantizados el PSOE y la coalición morada. La votación clave para el desempate entre los bloques de la derecha y la izquierda, por tanto, era la del presidente de la Cámara baja.

Pero, para prosperar, esa propuesta necesitaba que se cumplieran dos condiciones: la primera, que el PSOE renunciara a apoyar a su propio candidato, Patxi López –que fue respaldado por el partido y el grupo parlamentario a primera hora de este lunes– y que, en su lugar, diera sus 85 votos al candidato de la coalición de izquierdas. Y, la segunda, que tanto CDC como ERC apoyaran a Domènech. Como se fue demostrando con el paso de las horas, ambas se demostraron imposibles. 

A media tarde, Unidos Podemos planteó al PSOE la posibilidad de un acuerdo de "reciprocidad", según el cual ambos partidos apoyarían al candidato alternativo al del PP en segunda ronda, con independencia de que se tratase de López o de Domènech y con el fin de desbancar a Pastor. Los socialistas no lo aceptaron, e indicaron que la coalición de izquierdas únicamente estaba "enredando" o buscando un pretexto con el que haces más fácil su apoyo finalmente a López, pues Iglesias no iba a lograr el apoyo de los grupos catalanes e iba a ser el exlehendakari quien accediera a la segunda vuelta.

Los nacionalistas se desmarcan

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Minutos después ese escenario se fue confirmando. El portavoz de la antigua Convergència, Francesc Homs, aseguró que en primera ronda se votaría a sí mismo porque la situación actual es "muy singular". Sin los votos de CDC, Domènech no accederá a la segunda vuelta. En esa ronda, Homs no aclaró qué harán sus ocho diputados y desmarcó esa decisión de la posibilidad de tener grupo propio en el Congreso, pero horas antes, desde el PP, se había prometido "generosidad" con la formación catalana a la hora de permitirle tener un grupo parlamentario en la Cámara baja.

La cuestión no es baladí para CDC. Hasta ahora el partido siempre había tenido presencia propia en el hemiciclo pero, tras sus malos resultados el 26J, no cumple las condiciones que marca la aplicación estricta del Reglamento. El PP lleva semanas en conversaciones con los ocho diputados catalanes y necesitará retorcer las normas para darles un grupo propio, que implica ventajas económicas y en la actividad parlamentaria. La fórmula que se baraja con mayor fuerza es una cesión de diputados.

Poco después, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, sostuvo que su partido no participará en la elección del presidente del Congreso, más allá de abstenerse o votar en blanco, salvo que Podemos convenza al PSOE y logre su apoyo para su candidato, Xavier Domènech, algo que consideró muy improbable. Sin embargo, ni siquiera en ese escenario el bloque progresista estaría en disposición de imponerse al candidato de PP y Ciudadanos. "El problema de Podemos es que no pueden, nos encantaría que pudieran, pero es que no pueden", zanjó Rufián.

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