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Cuarenta años de la desaparición de Pertur: el primero de otros 300 casos sin esclarecer que deja ETA

40 años de la desaparición de 'Pertur': el primero de otros 300 casos sin esclarecer que deja ETA

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Cuatro décadas después de la desaparición de Eduardo Moreno Bergareche, alias Pertur, la familia del que fuera líder de ETA político-militar (pm) sigue implorando a quienes saben algo de este hecho que hablen y rompan un silencio de impunidad que se ha extendido sobre otros 314 casos sin resolver debido a la actividad criminal de ETA, que deja más de 800 asesinatos hasta su cese de la violencia en 2011, informa Europa Press.

El rastro de Pertur se perdió el 23 de julio de 1976 en San Juan de Luz, una localidad de Francia a escasos kilómetros de la frontera de España, en una época en la que los terroristas disfrutaban de la impunidad que otorgaba el saber que el país vecino era refugio para sus acciones.

Con el fin del franquismo, ETA se encontraba en pleno debate entre continuar con las armas o abrir una etapa exclusivamente política, la opción que defendía Pertur, que tenía entonces 25 años y que, situado entre los teóricos marxista-leninistas de la banda, destacaba como el máximo promotor de lo que derivaría en la formación Euskadiko Ezkerra.

A las 9:40 horas de ese lejano 23 de julio, Pertur fue visto por última vez cuando viajaba en el asiento de atrás de un coche con los etarras Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y Miguel Ángel Apalategi Aierbe, Apala. La investigación policial señaló que Pertur tenía una cita a la que no acudió, por lo que pidió a sus compañeros que lo trasladaran en coche a Behobia.

Pakito y Apala formaban parte del ala más dura al ser miembros de los denominados Bereziak, unos comandos especiales de ETA-pm que apostaron en aquel momento por integrarse en ETA-militar y, por tanto, no renunciar a los crímenes.

El primero de ellos terminaría formando parte de la dirección de ETA que reaccionaba ante la discrepancia interna ordenando la eliminación de sus compañeros, como ocurrió en 1986 con el asesinato de Dolores González Katarain, YoyesYoyes, que se utilizó como aviso para evitar lo que ellos veían como actos de traición.

Antes de su desaparición, Perturhabía dejado constancia de su discrepancia con los Bereziak, por ejemplo con la estrategia a seguir con el secuestro del empresario Ángel Berazadi, que finalmente fue asesinado.

Sin indicios suficientes

El 21 de septiembre de 2012, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu archivó la investigación sobre la desaparición de Pertur, al considerar que no había "indicios suficientes" que permitieran imputar a sospechosos por estos hechos que habían vuelto a ser judicializados por decisión de la familia del exetarra.

Previamente, el juez tomó declaración a diferentes miembros de ETA, volviendo a aflorar las divergencias entre las diferentes versiones sobre lo ocurrido ese 23 de julio de 1976. Eugenio Etxebeste, Antxon, miembro de ETA-pm y líder de la banda terrorista en los años ochenta, dio "fe absoluta" de que la organización terrorista no participó en la desaparición de Pertur, que atribuyó a los "servicios de inteligencia" españoles.

Esta declaración contrastó con la que hizo Gurrutxaga Aizpurua, que trasladó al juez sus sospechas de que la muerte del etarra pudo corresponder a los Bereziak, esos comandos que terminarían entre el sector duro de ETA.

Entremedias, también se cursaron diligencias para tratar de investigar otras dos hipótesis para explicar la desaparición del líder de los poli-milis: la implicación de neofascistas italianos que habrían actuado bajo la dirección de los servicios de información españoles y la autoría por parte de ultraderechistas españoles.

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314 asesinatos sin condena

Ambas hipótesis concluyeron también sin éxito sobre este oscuro episodio de 1976. La actividad criminal de ETA prosiguió y, en 2011, tras la derrota policial de ETA y el anuncio de cese de la violencia, la Fundación de Víctimas del Terrorismo fijó en 314 los asesinatos sin autor condenado, una cifra que se refería a los atentados sin sentencia cometidos después de la amnistía de 1977 y, por tanto, ya en democracia.

Es decir, cuatro de cada diez crímenes de la banda posteriores a la desaparición de Pertur no han logrado aún esclarecerse, habiendo prescrito la responsabilidad penal de 134 muertes, de ahí que se mantenga la colaboración de la Justicia como uno de los requisitos para que los presos de ETA puedan acogerse a beneficios penitenciarias individuales.

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