El PP se indigna con su socio Rivera por pedir un candidato alternativo a Rajoy

¿Estamos ante el fin del idilio entre el Partido Popular y Ciudadanos? Partido Popular Los conservadores intentaban a última hora de este viernes trasladar la idea de que ambas formaciones no han roto relaciones, pero admitían que sí han quedado muy tocadas. En el PP sostienen que esta semana, en el debate de investidura se han tragado muchos sapos, que han admitido que Albert Rivera, que les ha prestado sus 32 diputados, dijese desde la tribuna que no se fiaba de Rajoy. Pero la gota que colmó el vaso llegó minutos antes de que el presidente de los conservadores fracasase por segunda vez en su intento de ser investido presidente, cuando el líder de Ciudadanos aprovechó sus cinco minutos de intervención para dar por muerto el pacto y para pedir al PP otro candidato más "viable".

El PP es consciente de que este debate, el del liderazgo de Rajoy pasa ahora a un primer plano. También es consciente de que la demanda de la cabeza de Rajoy ha sido uno de los grandes mantras de la campaña electoral de Ciudadanos. Pero no esperaba que su socio fuese a hurgar en esa herida minutos antes de que Rajoy fracasase de nuevo. 

Tras advertir, sobre todo al PP de que su pacto "termina hoy [por este viernes]" se dirigió a los de Rajoy y al PSOE para avanzarles que no van a poder contar con Ciudadanos para una investidura que no sea "viable". Las caras de los diputados de la bancada conservadora eran un poema cuando escucharon a Rivera decir que su partido iba a estar pendiente de si algún otro candidato del PP presentaba más posibilidades que Rajoy de ser investido.

No se quedó Rivera sin réplica. No tuvo Rajoy que hacer uso de la palabra. Bastó con la intervención del portavoz del PP, Rafael Hernando, que empleó sus cinco minutos para ajustar cuentas con el líder del partido con el que no hace todavía una semana firmaba un pacto para este pleno de investidura.

"En democracia no se van los que ganan. Se van los que pierden", advirtió Hernando a Rivera y, de paso, a todas las fuerzas políticas que exigen la cabeza de su jefe. Rajoy, dijo, iba a seguir siendo el candidato de su partido "mañana, pasado mañana y durante mucho tiempo".

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Visiblemente enfadado, el portavoz del PP dio muestras de que el hecho de que Rivera diese por muerto el pacto había caído como un jarro de agua fría en el PP. "Señor Rivera: yo no firmo acuerdos para 15 minutos. Firmo para seguir".

Hernando fue una de las estrellas del patio del Congreso de los Diputados tras finalizar la votación. Todos sus compañeros querían acercarse a él para darle las gracias por haber puesto a Rivera en su sitio. El líder de Ciudadanos, por su parte, después de los minutos de tensión, se acercó al escaño de Rajoy para saludarle al término de la sesión. Es la imagen que acompaña a esta información.

Los conservadores criticaban la "inmadurez" de Rivera. Pero, a la vez, admitían resignados que "es lo que hay". Si Rajoy quiere intentarlo de nuevo seguirá necesitando los 32 escaños de la formación naranja.