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Cataluña

Puigdemont busca “actualizar” la hoja de ruta del independentismo

Puigdemont busca “actualizar” la hoja de ruta del independentismo

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, quiere reformar la hoja de ruta independentista con la que Junts pel Sí ganó las elecciones autonómicas del pasado 27 de septiembre. Así lo admiten fuentes del Partit Demòcrata Catalá (la antigua CDC) consultadas por infoLibre, que señalan que la intención del president es presionar al Estado para tratar de pactar un referéndum vinculante para, en caso de no poder celebrarlo, no cargar con la responsabilidad de no haber hecho todo lo posible para evitar una consulta o incluso una declaración de independencia unilateral.

Este domingo, en un encuentro con periodistas extranjeros celebrado horas antes de la manifestación independentista de la Diada, Puigdemont anunció que volvería a llevar presentar ante el Gobierno estatal una propuesta de referéndum, aunque mantuvo su intención de convocar "elecciones constituyentes" en 2017. No obstante, este lunes matizó sus declaraciones: la consulta, dijo, sólo se llevará a cabo si es "vinculante" y "factible", pero no aclaró a qué se refería con estos términos y tampoco quiso decir expresamente que este referéndum fuera unilateral si no hubiera manera de pactarlo con el Estado –que se cierra en banda a ello–.

No obstante, según las fuentes consultadas, lo que se esconde tras las palabras de Puigdemont es una negativa tajante a repetir una consulta como la que se celebró el 9 de noviembre de 2014, en la que participó menos del 40% del censo y que, pese a contar con el respaldo oficial, fue organizada por voluntarios y no por funcionarios de la Generalitat. De hecho, pese al aplastante triunfo del al establecimiento de Cataluña como un nuevo estado independiente, la consulta no tuvo ningún tipo de consecuencia jurídica, por lo que Puigdemont tiene claro que un referéndum tendría que cumplir tres condiciones: tener una pregunta clara para votar a favor o en contra de la independencia, contar con el apoyo decidido de las instituciones catalanas –tanto a nivel organizativo como presupuestario– y, fundamentalmente, que la decisión que se adopte se pueda poner en marcha.

Pero la convocatoria de este referéndum supone una modificación de la hoja de ruta con la que Junts pel Sí ganó las elecciones del pasado 27 de septiembre, un plan en el que se establecía un plazo de 18 meses para crear las estructuras básicas del nuevo Estado catalán y proclamar la independencia. De hecho, esos comicios fueron planteados como unas "elecciones plebiscitarias" que iban a servir para conocer el posicionamiento de los votantes catalanes, a falta de poder realizar una consulta con una pregunta directa sobre la independencia.

Y es que las fuentes del PDC consultadas admiten que Puigdemont entiende que es necesario "actualizar" y "reescribir" la hoja de ruta con la que la Junts pel Sí ganó los comicios. "Aquella hoja de ruta nos servía si hubiéramos ganado con el 55% o el 60% de los votos, pero con el 48% hay que retocarla", sostiene un dirigente cercano al president, que no obstante afirma que la intención de Puigdemont es llevar el proceso de independencia hasta el final a través de la convocatoria de un referéndum y critica que otros dirigentes dentro de la antigua CDC pecan, a su juicio, de "procesismo", es decir, están cómodos en la tesitura actual en la que existen pocos avances.

Ada Colau y los comunes, en el punto de mira

Además, los planes de convocar una consulta e implicar oficialmente a las instituciones catalanas en su celebración permitirían a Puigdemont y su Gobierno hacer bandera de que han tratado hasta el último momento de pactar un referéndum con el Estado, sostienen estas fuentes, que además afirman que el presidente quiere presionar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el espacio político de los comunes –que aúna a Podemos, ICV, EUiA y Barcelona en Comú– para que se posicionen a favor de la convocatoria de una consulta aunque no esté acordada con el Gobierno central.

Las fuentes de este espacio consultadas por infoLibre también hacen esta lectura. "Volver a lanzar ahora la oferta del referéndum busca, entre otras cosas, sumarnos a nosotros", sostiene un dirigente de la coalición, que interpreta que Puigdemont quiere, "como dirigente del PDC", recuperar "oxígeno para su partido" y "llevarlo a la centralidad" defendiendo una posición –la de la convocatoria de un referéndum– que comparten la mayor parte de los electores. "En las dos últimas generales ha ganado En Comú Podem, pero es que Ciudadanos fue segunda fuerza en las autonómicas, y por eso necesitan recuperar la centralidad e intentar ganarse a votantes nuestros" presentando "algo nuevo", sostiene este dirigente, que no obstante recuerda que los comunes rechazan convocar una consulta unilateral.

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Por su parte, ERC, la otra pata de la coalición Junts pel Sí, no cierra la puerta a la convocatoria de un referéndum unilateral, aunque su portavoz, Sergi Sabrià, sostiene que esta consulta debería llevarse a cabo con garantías de que su resultado tuviera efectos jurídicos. "Nosotros no renunciamos a un referéndum acordado con el Estado porque pensamos que es la mejor opción, pero en algún momento tiene que haber una ruptura" con éste si el Gobierno central no se aviene a poner las urnas, admite Sabrià, que también alerta de la posibilidad de caer en el "procesismo" si se continúa sin conseguir avances significativos.

De las formaciones independentistas, es la CUP la que tiene una posición más tajante, aunque el portavoz de su Secretaría Nacional, Xevi Generó, se muestra cauto sobre la posibilidad de promover un referéndum. "Tenemos que esperar a que el president Puigdemont explique su propuesta el día 28", sostiene Generó en referencia a la comparecencia del presidente en el Parlament ese día para someterse a una moción de confianza, en la que los anticapitalistas ya han anunciado que le apoyarán.

No obstante, el portavoz de la CUP se muestra de acuerdo en que una nueva consulta, en caso de que se celebrase, tendría que ser la definitiva y debería llevarse a cabo de manera muy diferente a la del 9 de noviembre de 2014. "Nosotros creemos que se podría aprobar una ley de referéndums, y aunque la tumbe el Tribunal Constitucional tendríamos que seguir adelante", señala Generó, que afirmó que cuando se produzca el "choque de legalidades" su formación sigue siendo partidaria de la "desobediencia" al ordenamiento jurídico estatal.

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