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Elecciones autonómicas 25S

C's pasa inadvertido y sólo aspira a entrar de puntillas en los dos parlamentos

Ciudadanos pasa inadvertido y sólo aspira a entrar de puntillas en los dos parlamentos

A un día para la celebración de elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, Ciudadanos termina su carrera hacia las urnas dejando tras de sí la estela de una campaña que ha pasado prácticamente inadvertida en ambos territorios y con una única aspiración: luchar por su entrada en los dos parlamentos.

Las posibilidades de alcanzar esas pretensiones son, como mínimo, muy ajustadas. Al menos así lo pronostican todas las encuestas, que a lo largo de las últimas semanas le han cedido primero y luego despojado del escaño que aspiran a conseguir, situando al partido en un escenario incierto.

Galicia: fuga de votos decisiva para Feijóo

La periodista viguesa Cristina Losada emergió en el panorama político gallego a principios del mes de agosto como la apuesta de Ciudadanos a presidir la Xunta. Se trata de un rostro prácticamente desconocido en representación de un partido que no ha logrado la fuerza de sus antagonistas de las mareas. Losada ha construido su discurso sobre los cimientos de un "centralismo moderado" que busca frenar "las ambiciones radicales" que arrastran, a su juicio, los partidos a la izquierda del PP, y a su vez hacer frente al equipo de Feijóo mediante el control de sus políticas.

La escasa presencia de Losada en la primera línea de juego político se ha centrado, esencialmente, en dejar clara la postura del partido respecto al "lastre del nacionalismo" y  ante lo que califica de "imposición" del gallego. Precisamente el idioma ha sido una cuestión central en su campaña, no tanto por sus propuestas al respecto, sino más bien por el grueso de sus intervenciones públicas. Losada fue la única en emplear el castellano en el debate a cinco televisado por la TVG, en una demostración a su militancia de su empeño por combatir "el intento nacionalista de erradicar la otra lengua de los gallegos, que es el español".

La estrategia de Ciudadanos en Galicia pasa por evitar cualquier acercamiento con las fuerzas de izquierda y ser, al mismo tiempo, la única alternativa para controlar a Feijóo. Así lo ha dicho en sus repetidos actos electorales el líder estatal del partido, Albert Rivera, quien ha compartido protagonismo con su candidata gallega, hasta el punto de ser su rostro el que figura en la propaganda que reciben los electores en sus buzones. Rivera ha dejado claro que las opciones para Galicia son o bien un Gobierno estable "pero sin control", o el "desgobierno de un batiburrillo de partidos antisistema", discurso que resulta similar al defendido desde Madrid.

El presidente de la formación ha reconocido las altas probabilidades de un Gobierno de Feijóo tras la cita electoral de este domingo, pero matiza que "cuantos más votos se otorguen a Ciudadanos, más control y cambios se le podrán exigir". Eso sí, el apoyo naranja en el caso de una mayoría simple conservadora cuenta con una línea roja: la dimisión del líder ourensano, Manuel Baltar, que está siendo investigado por un presunto caso de acoso sexual a cambio de un empleo en la Diputación.

Aunque la campaña de Ciudadanos jugó un papel secundario, lo cierto es que dejó algunos episodios no exentos de polémica. Uno de los incidentes que más impacto generó fue la difusión de una imagen propagandística plagada de errores. La errata de su eslogan –Galicia merécese máis, en lugar de Galicia merece máis– y la reproducción incorrecta de la bandera gallega, cuya franja azul figuraba en el sentido inverso, incendiaron las redes sociales y reforzaron a sus adversarios.

Tampoco se libró el partido de una serie de conflictos internos que le salpicaron en pleno transcurso de la campaña. El pasado 16 de septiembre, el número cuatro por la ciudad de A Coruña fue expulsado tras exhibir en las redes sociales una fotografía en la que mostraba su afinidad con el grupo de ultraderecha Grobari, vinculado al club de fútbol serbio Partizan de Belgrado. Tan sólo una semana después, y a tres días de las elecciones, el exlíder de la formación en Lugo anunciaba su baja como militante de la formación, que tachó de ser "un fraude", después de haber renunciado a su cargo en el mes de julio.

En cuanto a las encuestas, el CIS vaticinaba para el partido de Losada y Rivera entre uno y ningún escaño. Según el seguimiento de intención de voto de los gallegos que ha ido elaborando Sondaxe para el diario La Voz de Galicia, Ciudadanos podría obtener un escaño por la provincia de Ourense o Pontevedra. Las papeletas dirigidas a Ciudadanos podrían ser cruciales para Feijóo y su mayoría absoluta: "Si Ciudadanos sacara en Galicia 150.000 votos y no consigue ningún diputado, nos haría un daño enorme", admitió el presidente en funciones, consciente de las consecuencias de la fuga de votos de su partido hacia el equipo de Losada. 

Euskadi: lucha por el escaño de Álava

En cuanto a Euskadi, la presencia y actividad de Ciudadanos ha quedado especialmente relegada a un segundo plano en comparación con sus contrincantes. De hecho, el candidato Nicolás de Miguel no fue siquiera invitado al debate organizado por la televisión pública de la comunidad.

Su estrategia de cara a los comicios vascos se ha basado en cargar contra lo que entiende como la vieja política del PP y el PSOE, y contra los "delirios nacionalistas" del PNV. Su batalla por combatir la cuestión nacionalista ha sido especialmente reiterativa, así como su presentación como "la única opción sensata que apuesta por la unión y la concordia de todos los españoles".

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La presencia de Albert Rivera, del mismo modo que ha ocurrido en Galicia, ha sido fundamental en la campaña. El líder estatal ha estado presente en diversos actos a pie de calle, centrando su discurso en la importancia de evitar que en el País Vasco "pase lo mismo que está pasando en Cataluña".

En cuanto a los principales objetivos de Ciudadanos en la comunidad, la aspiración por lograr un escaño en la provincia de Álava ha sido primordial. Precisamente su estrategia se ha basado en recuperar el acta en posesión hasta ahora de UPyD, que ha decidido no presentarse a los comicios. Para hacerse con los votos que en otras citas electorales habían ido a parar a la formación magenta, Ciudadanos no sólo ha elegido como candidato a un antiguo militante de la formación –el aspirante por UPyD a la alcaldía de Donostia en 2011–, sino que ha compartido jornadas y actos en plena campaña junto a algunos de sus rostros más emblemáticos.

Las encuestas no se lo ponen fácil. El CIS adelantó a mediados de septiembre que el partido de Rivera no conseguiría ningún escaño en las elecciones vascas, mientras que los sondeos que la EiTB ha venido realizando desde marzo coinciden en las escasas probabilidades de que Ciudadanos entre en la Cámara de Vitoria. 

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