El futuro del PSOE

Así se dividió la cúpula del PSOE, nombre a nombre

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El PSOE reunió este lunes a la comisión permanente de la Ejecutiva federal, la versión reducida de la dirección socialista, en la que están los 26 dirigentes que tienen áreas de responsabilidad más los portavoces en el Congreso y en el Senado y el secretario general de Juventudes Socialistas, aunque estos tres últimos tienen voz pero no voto. En total 29 miembros. La versión ampliada es el plenario de la Ejecutiva, formada por estos 29 dirigentes más nueve vocales sin cartera asignada. 

Aunque la comisión permanente se considera el núcleo duro del partido y, por tanto, se atribuye a la mayoría de sus miembros más afinidad con el actual secretario general, lo cierto es que en la reunión de este lunes se pusieron de manifiesto las enormes diferencias que existen en todos los órganos del PSOE, tal y como confirman a infoLibre fuentes conocedoras del contenido de esa reunión. La cuestión que estuvo en el centro del debate fue la pertinencia o no de celebrar ya el congreso del partido, idea planteada por Pedro Sánchez y que despierta un rotundo rechazo entre sus críticos. 

De los 29 dirigentes que integran la comisión permanente, este lunes acudieron 26. No asistieron el presidente de la Generalitat valenciana y secretario de Reformas Democráticas, Ximo Puig; el secretario de Educación, José Miguel Pérez, y la senadora por Cuenca y secretaria de Pequeños Municipios Manuela Galiano. Del resto de asistentes, la única dirigente que no tomó la palabra fue la consejera de Sanidad valenciana y secretaria de Igualdad, Carmen Montón. Aunque es imposible conocer con certeza la postura actual de estos cuatro dirigentes, en el equipo de Sánchez admiten que ninguno de ellos puede contarse entre los apoyos claros del secretario general.

En definitiva, tomaron la palabra 25 personas, incluido el propio Pedro Sánchez. 15 intervinieron para respaldar al secretario general y nueve para censurar su gestión. El sector crítico podría ampliarse hasta 13 sumando a los cuatro que no intervinieron ayer. Lo que dibuja una permanente prácticamente dividida en dos: 16 a 13 a favor de Sánchez. 

Una correlación de fuerzas que, además, podría invertirse si tomamos en consideración el plenario de la Ejecutiva, compuesto por los 29 miembros de la permante y otros nueve vocales. De estos últimos, sólo un par de ellos están claramente con Sánchez.

Sánchez y sus 15 respaldos: apelaciones a la unidad 

En su intervención ante la permanente, Pedro Sánchez anunció su intención de convocar ya el 39 Congreso del partido y celebrar unas primarias el 23 de octubre para elegir al secretario general. La última palabra sobre este tema la tiene el Comité Federal del PSOE, que se celebrará el sábado 1 de octubre. Sánchez aseguró que no quiere unas terceras elecciones y que el partido necesita recuperar la unidad porque no puede sentarse con los líderes de otros partidos cuando le cuestionan los propios presidentes autonómicos socialistas. Por ello, defendió que lo mejor era dar la palabra a los militantes para que decidan ya quién debe ser el líder.

Entre las intervenciones de los cargos que respaldan la estrategia de Sánchez, la apelación a la necesidad de estar unidos y de que el partido tenga "una sola voz" fueron recurrentes. Fue especialmente clara la intervención del exlendakari Patxi López, que avisó de que el partido "está roto" y aseguró que el PSOE así no va a ninguna parte. 

También tomó la palabra para respaldar al secretario general la diputada por Zaragoza Susana Sumelzo, que reiteró su compromiso con "las ideas, el proyecto y la militancia" del PSOE y calificó de "bochornoso" el espectáculo de "división interna" que está ofreciendo el partido y que, a su juicio, está lastrando las expectativas electorales de la formación. El secretario de Economía, Manuel de la Rocha, recalcó su posición contraria a la repetición de las elecciones, pero quiso dejar clara su "lealtad" al secretario general del partido. 

También puso énfasis en la necesidad de "estar unidos" el exlíder del PSOE en Navarra, Roberto Jiménez, en una intervención que sorprendió positivamente a los próximos a Sánchez, ya que a Jiménez se le suele situar en el sector crítico. Aunque Jiménez afirmó que no le gusta un congreso ahora, señaló que la decisión la tiene que tomar el Comité Federal. En su entorno afirman que no piensa "acuchillar a Pedro" y que considera que si la propuesta de congreso no sale adelante, la Ejecutiva debe dimitir y asumir el poder una gestora, con la que "evidentemente no se puede ir a terceras elecciones".

Los otros dirigentes con voz y voto que tomaron la palabra para respaldar a Sánchez fueron Adriana Lastra, María González Veracruz, Pilar Lucio, Iratxe García, María Luisa Faneca (que fue la única andaluza en hacerlo), María Luisa Carcedo e Ibán García del Blanco. Además, por supuestos, del secretario de Organización, César Luena.

Meritxell Batet, secretaria de Estudios y Programas y una de las principales apuestas de Sánchez, tuvo una intervención que varios asistentes calificaron como de "poco clara". En todo caso, se le sigue alineando entre las dirigentes fieles al secretario general.

Los dos portavoces parlamentarios del PSOE también intervinieron. El portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, lo hizo para insistir –como después hizo Sánchez en rueda de prensa– en que quien "quiera enarbolar la bandera de la abstención" lo haga, en referencia a quienes creen que el PSOE no puede gobernar bajo ningún concepto con 85 diputados. Su homólogo en el Senado, Óscar López, hizo un análisis de los resultados del partido en Galicia y el País Vasco: aseguró que no eran buenos, pero recordó que la caída electoral del PSOE tiene su origen en 2010, cuando el expresidente Zapatero dio un vuelco a su estrategia anunciando un gran recorte social. 

Los críticos afean la "huida hacia adelante"

Los críticos con la gestión de Sánchez, y especialmente con su decisión de convocar ya el congreso, insistieron en sus intervenciones en que no era "legal" convocar desde la permanente un Comité Federal para que apruebe ese congreso, ya que entienden que esa decisión la debía tomar el plenario de la Ejecutiva. Carme Chacón fue la dirigente que desarrolló un argumentario más detallado en ese sentido. El secretario de Organización, César Luena, respondió que la convocatoria del Comité Federal "es legal" y acabó alentando a quienes no lo consideren así a recurrirla por los procedimientos establecidos. 

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Diversos dirigentes críticos denunciaron que la intención de convocar ya el congreso es una "huida hacia adelante" del secretario general. Además, criticaron que desde febrero de 2015, cuando Sánchez destituyó de manera fulminante a Tomás Gómez y montó una gestora en el PSOE madrileño, en el partido se toman "decisiones unilaterales" de las que la ejecutiva "se entera por la prensa"

Los otros cargos que intervinieron para cuestionar al secretario general fueron Antonio Pradas, María José Sánchez Rubio –ambos del PSOE andaluz y fieles a Susana Díaz–, Estefanía Martín Palop, Noemí Cruz,Eva Matarín y Luz Rodríguez. Esta última quiso dejar claro que ella no apoya facilitar un Gobierno de Mariano Rajoy ("siempre he estado en la socialdemocracia, no con los liberales"), pero criticó que el PSOE está "dividido en dos y perdiendo votos" sin parar. Rodríguez argumentó que celebrar "a toda prisa" un congreso sólo permite debatir sobre el liderazgo interno, pero no sobre "una propuesta rigurosa para solucionar los problemas del país".

Hablaron en la misma línea el secretario general de Juventudes Socialistas, Nino Torre, que es afín al presidente asturiano Javier Fernández; y la presidenta del partido, la andaluza Micaela Navarro, lo que sorprendió a la mayoría de los asistente ya que no suele romper la neutralidad que se supone a quien ostenta su cargo.

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