Crisis en el PSOE

Un PSOE partido decide si cesa a Sánchez y debate sobre la abstención en la investidura de Rajoy

Un PSOE partido decide si cesa a Sánchez y debate sobre la abstención en la investidura de Rajoy

Ibon Uría

El PSOE, un partido fracturado en dos tras los acontecimientos de esta última semana, vive momentos de máxima tensión a horas del determinante Comité Federal de este sábado. En la batalla pública entre partidarios y detractores de Pedro Sánchez, el último capítulo del viernes fue la comparecencia del propio Sánchez pasadas las ocho y media de la noche. En esa intervención, el dirigente socialista se centró en transformar el debate sobre el liderazgo orgánico en una discusión ideológica sobre la posición de los socialistas ante la investidura de Mariano Rajoy.

Sánchez aseguró, en síntesis, que el "auténtico debate", la "cuestión de fondo", no es la fecha del próximo congreso, sino la posición del PSOE en la investidura del candidato conservador. "Un debate decisivo", "un debate político", un debate que definirá "el rumbo del PSOE", dijo. Y, en ese contexto, se presentó como el dirigente que "siempre" ha sido partidario de "votar no a Rajoy"no y de "intentar un Gobierno alternativo, transversal y de cambio". Lo contrario, añadió, significaría un "error" de enormes "consecuencias" para el devenir de la organización y para todos los "votantes progresistas".

Para decidir cómo se produciría esa aparición ante los medios de comunicación, Pedro Sánchez y su núcleo duro estuvieron reunidos durante la tarde del viernes. También para trazar la estrategia de cara al Comité Federal del sábado. En dicha reunión participaron, además de Sánchez, los siguientes dirigentes: Antonio Hernando, Óscar López, César Luena, Adriana Lastra, Susana Sumelzo, María González Veracruz y Rodolfo Ares –este último es uno de los tres miembros de la Mesa que dirigirá este sábado los debates del comité–.

"La abstención abriría las puertas a la legislatura del chantaje. La abstención abriría el que el PSOE no podría abstenerse y bloquear la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado o las leyes más importantes que propusiera un Gobierno presidido por el señor Rajoy", apuntaló Sánchez, para quien la abstención socialista implicaría que el PP gobernaría "sin oposición" y que se consumaría una "traición" a los votantes del PSOE. "España no se merece cuatro años más de Rajoy (...). La revitalización de nuestra democracia pasa por la necesaria renovación del liderazgo del PP en la oposición", dijo.

Sánchez dijo que, si el Comité Federal decidiera pasar a la abstención, él "no podría administrar una decisión" que "no" comparte, abriendo así la puerta a su marcha. Y aseguró que sólo hay dos posibles resultados para el comité: la primera, que una gestora se haga cargo del PSOE y decida la abstención; la segunda, mantener el no a Rajoy, intentar un Gobierno "alternativo, transversal y de cambio", y que los militantes decidan el nombre del próximo secretario general en un congreso extraordinario.

Ese Congreso Federal extraordinario, zanjó, "parece razonable que se celebre cuanto antes para que los militantes decidan con su voto". "Fui el primer secretario general elegido con el voto directo de la militancia, y esa puerta abierta a una mayor democracia no puede cerrarse (...) y voy a defender que la puerta al voto de la militancia permanezca abierta para nunca más cerrarse". La hoja de ruta que los miembros de la Ejecutiva que no dimitieron el miércoles acordaron en su reunión del jueves pasa por celebrar primarias el 23 de octubre y el congreso el 12 y 13 de noviembre.

Enfado mayúsculo

El contenido de la intervención sin preguntas de Sánchez no hizo sino aumentar el malestar entre el sector crítico, en el que están situados todos los presidentes autonómicos del PSOE salvo la balear Francina Armengol, y que está capitaneado por la líder andaluza Susana Díaz. Como en días anteriores, el elemento que más enfadó fue la insistencia de Sánchez en vincular la puesta en marcha de una gestora –y, por tanto, el final de su etapa al frente del partido– a la abstención ante Rajoy. Esas palabras fueron especialmente mal recibidas entre los barones que defienden el no al líder conservador.

Fuentes de los detractores de Sánchez consultadas por infoLibre tras esa declaración coincidieron, eso sí, en describir la jugada del secretario general como un "movimiento a la desesperada" a sabiendas, siempre según los contrarios a Sánchez, de que "tiene perdida la votación" de este sábado en el Comité Federal. "No le salen las cuentas", apuntó un dirigente socialista. "Quiere morir matando", dijo a este periódico otro de los opositores a la dirección de Sánchez. Estas voces sostuvieron, además, que los partidarios de Sánchez sufrieron "alguna baja significativa" en las últimas horas.

Los críticos tampoco se quedaron parados este viernes por la tarde. Ni mucho menos. Para "afinar la estrategia" de cara a la reunión del sábado, todos los barones críticos y sus respectivos secretarios de organización –a excepción de Emiliano García-Page y su número dos en la federación de Castilla-La Mancha– se reunieron para cenar en Madrid, según indicaron a infoLibre varias fuentes conocedoras de ese encuentro. El objetivo de la cita fue trazar un plan de acción conjunta de cara al Comité Federal con el mayor nivel de enfrentamiento que se recuerda en los últimos tiempos en el PSOE.

Debate tenso

A esa reunión, que comenzará a las 9.00 de la mañana, acuden dos sectores del PSOE con planes completamente distintos. Los partidarios de Sánchez quieren que únicamente se dé cuenta de las bajas que el miércoles se registraron en la Comisión Ejecutiva Federal y se vote sí o no a la convocatoria de un Congreso Federal entre finales de octubre y mediados de noviembre. Los críticos, por contra, quieren votar la creación de una gestora que pilote el PSOE durante un periodo de transición hasta el cónclave, de forma que quede claro que Sánchez y los suyos ya no mandan tras la cascada de dimisiones en la dirección. 

La tensión será máxima. Habrá, de hecho, un despliegue policial para prevenir altercados entre los dos sectores, que reconocen cierto temor a que se monte un espectáculo: en la calle, los críticos esperan recibir gritos en su contra y a favor de Sánchez. En el interior de la sala del comité, los afines a la dirección temen que los cargos que permanecen en la ejecutiva sean recibidos entre abucheos. 

Sánchez y los suyos, apuntan fuentes socialistas consultadas por este diario, pondrán el acento en que su cuestionamiento interno deriva del deseo de sectores del partido de que el PSOE se abstenga y deje gobernar a Rajoy. Y de la firmeza del propio Sánchez en el no al PP. Es la idea que el secretario general más ha repetido en los últimos días. En el comité, a puerta cerrada, sus partidarios exigirán a quienes quieren defenestrarlo que digan qué posición defienden en la investidura y por qué tienen "miedo" a que la militancia elija en un congreso al nuevo secretario general. Para este sector, lo ocurrido esta semana es un auténtico "golpe de mano" contra el primer líder del PSOE elegido por el voto directo de las bases.

El discurso de los críticos, por su parte, incidirá en que los "peores resultados" de la historia del PSOE se han producido en la etapa de Sánchez y en que no se puede gobernar con 85 diputados. También en la necesidad de "reflexionar" de forma "serena" en un congreso que no se organice de forma precipitada, sino que pueda prepararse a fondo para que cumpla con el objetivo de "renovar el proyecto" del partido en lugar de ser un trámite acelerado para encumbrar a un nuevo líder. Este mismo jueves, ante el Comité Director del PSOE andaluz, Susana Díaz acusó a Sánchez de "temeridad y aventurerismo" por plantear un congreso "deprisa y corriendo" para salvaguardar sus intereses "personales", y abogó por retrasar el conclave hasta que haya Gobierno. "Primero España y luego el PSOE", fue su argumento.

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Así que, para este sábado, los planes del sector crítico son que se decida la creación de una gestora, pero no que el Comité Federal se pronuncie sobre el tema de la gobernabilidad. Su idea es que, a mediados de octubre, la gestora convoque otro comité para hablar exclusivamente sobre el voto de los socialistas ante una nueva sesión de investidura de Mariano Rajoy. La resolución aprobada por el PSOE el 28 de diciembre sigue vigente, y en ella se defiende el no al candidato del PPno.

Cierto es que los barones críticos no tienen una postura unánime en este tema. Algunos presidentes autonómicos son partidarios de pasar a la abstención, como Susana Díaz y Guillermo Fernández Vara, mientras que otros defienden que se mantenga el no a Rajoy, entre ellos el valenciano Ximo Puig y Emiliano García-Page. Este mismo viernes, el presidente de Castilla-La Mancha afirmó en público tener un "planteamiento muy claro" a este respecto: "No a Rajoy, pero tampoco a seguir perdiendo frente a Rajoy y cada vez por más".

En todo caso, dirigentes de los dos sectores dan por supuesto que en caso de constituirse una gestora será para que los socialistas se abstengan finalmente en la investidura. Eso sí, el PSOE era este viernes una fábrica de hipótesis: la última que circulaba es que la gestora podría mantener el no a Rajoy y plantear como candidato en las terceras elecciones a Ángel Gabilondo, actual jefe de la oposición en la Asamblea de Madrid y uno de los dirigentes socialistas con mejor imagen pública.

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