Corrupción

Los dos mayores escándalos del PP no rozan a Rajoy ni como testigo

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El caso Gürtel ha confirmado a Mariano Rajoy como uno de los políticos ignífugos por excelencia desde la restauración democrática. A lo largo de casi ocho años, la investigación judicial que puso al descubierto los dos mayores escándalos de corrupción vinculados al PP no le ha rozado. Ni siquiera en calidad de testigo, pese a que esos dos escándalos -los supuestos manejos delictivos de la trama corrupta en combinación con administraciones del PP y su principal derivada, la de la presunta financiación ilegal que reflejan los papeles de Bárcenas- se fraguaron mientras Rajoy ocupaba destacadísimos puestos en la sala de máquinas de la formación conservadora.

Salvo viraje inesperado, Rajoy no tendrá que testificar en la vista que comenzó este martes, la primera de la serie Gürtel que celebra la Audiencia Nacional y en la que 37 acusados se arriesgan a penas que suman más de 360 años de cárcel por las actividades de la red de Francisco Correa en su etapa de mayor apogeo: 1999-2005, la llamada Época I, cuando los contratos amañados por gobiernos en manos del PP, los sobornos a cargos públicos y las facturas falsas para camuflar servicios al partido alcanzaron su cénit a escala estatal. El presidente tampoco declarará en el juicio de los papeles de Bárcenas, para que el que aún no hay fecha.

Su comparecencia en este primer juicio de la Época I fue solicitada el martes por la asociación de abogados progresistas Adade, que ejerce una de las tres acusaciones populares. Su representante, José María Benítez de Lugo, la pidió durante el llamado trámite de cuestiones previas: es decir, al inicio de la vista, justo el momento que el abogado del PP utilizó para pedir la nulidad del proceso un día después de que el partido hubiera difundido entre sus cargos un argumentario sobre cómo este juicio demuestra que el partido confía en la justicia y que "quien la hace la paga". La presencia de Rajoy ante el tribunal -condensó Benítez de Lugo- no se pide "por lo que es, sino por lo que fue"

En la sala de máquinas

Es decir, Adade no la reclama porque Rajoy sea presidente del Gobierno sino por su encadenada lista de puestos orgánicos mientras la trama operó al calor del PP. El hoy presidente del Gobierno en funciones fue primero jefe de las campañas de Aznar en 1996 y 2000 y vicesecretario general. En 2003 saltó a la segunda casilla del organigrama para convertirse en secretario general. Y, finalmente, ascendió a la presidencia del partido en 2004.

Un dato resume la situación: Rajoy es el único secretario general de todo ese extenso periodo que no se ha visto aún obligado a testificar bajo juramento en ninguna de las piezas en que se divide el caso Gürtel. En la fase de instrucción sobre los papeles de Bárcenas desfilaron ante el juez Pablo Ruz sus dos predecesores en ese cargo -Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas- y sus dos sucesores -Ángel Acebes y María Dolores de Cospedal. Una vez que Luis Bárcenas, el antaño todopoderoso gerente y luego tesorero del PP, lanzó su bomba en julio de 2013 al declarar en sede judicial que le había pagado 25.000 euros en negro a Rajoy -extremo que el presidente niega de modo tajante-, Adade pidió a Ruz que lo citase como testigo. El magistrado lo denegó con el siguiente argumento: "Por adivinarse en la motivación de la solicitud de las diligencias un interés cuya legitimidad no puede ser reconocido en la tramitación de un procedimiento judicial penal, sin perjuicio de la relevancia o interés extraprocesal que pudiere ponerse de manifiesto al respecto". 

En el juicio que ahora se desarrolla en la Audiencia, el de la Época I, comparecerán como testigos Cascos, Arenas y Acebes además de Rodrigo Rato -que fue vicesecretario general- y el exministro Jaime Mayor Oreja.

Adade ya había reclamado la presencia de Rajoy como testigo de Época I en su escrito de acusación. El tribunal encargado de dirigir la vista lo rechazó en febrero, aunque dejó una puerta abierta: la petición de testimonio -argumentaron los tres magistrados en un auto fechado el 4 de febrero- "se inadmite (...) al no haber aportado la parte razón suficiente para que lo preste, sin perjuicio de que en otro momento se pueda acordar por la Sala que testifique de considerarlo necesario, a la vista del desarrollo del juicio oral".

El martes, Benítez de Lugo expresó su incomprensión ante las razones del tribunal para frenar el seco la citación a Rajoy. Y lo hizo formulando un interrogante: el  de por qué no ha de testificar Rajoy si la propia Fiscalía Anticorrupción sostiene que Bárcenas se apoderó de dinero del partido que luego ocultó en Suiza. Para el letrado, resulta "kafkiano" que Rajoy se libre de dar explicaciones.

Sobre tráfico de influencias

Otro abogado presente en el juicio y que pide reserva de identidad aporta otro argumento: "Rajoy dijo en una radio que fue él quien prescindió de los servicios de Correa cuando se enteró en 2004 de que iba por pueblos de Madrid pidiendo cosas en nombre del partido y eso, pedir cosas en nombre del partido, se llama tráfico de influencias pero Rajoy no hizo nada. ¿Cómo no va a interrogarlo el tribunal sobre eso?" El letrado se refiere a la entrevista que el líder del PP concedió a Radio Nacional el 12 de marzo de 2009, en plena vorágine por el estallido del caso y la magnitud de las revelaciones que iban trascendiendo.

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Aquel día, el periodista le hizo a Rajoy una pregunta sobre Francisco Correa, que un mes antes había emergido ante la opinión pública como la punta de un desconocido iceberg de corrupción: "¿Fue usted quien decidió que ese caballero saliera de Génova, donde parece que tenía montado el chiringuito?". Y Rajoy respondió así: "Bueno..., sí, eso me lo planteó el entonces tesorero del partido [Álvaro Lapuerta], que había llegado que [Correa] estaba utilizando el nombre del partido para algunos municipios de Madrid. Entonces se avisó de que este señor no podía hablar en nombre de Génova, no podía hablar en nombre del partido, y se decidió prescindir de sus servicios". Lapuerta es, junto con Bárcenas y Ángel Sanchís, uno de los tres tesoreros del PP llamados a sentarse en el banquillo de los acusados de la Época I de Gürtel. A punto de convertirse en nonagenario, Lapuerta se ha visto exonerado por "demencia sobrevenida".

Solo una vez, hasta ahora, pareció que Rajoy se sumaría a la lista de testigos de una de las piezas de la causa: la de financiación ilegal del PP valenciano, cuyo juicio celebrará en marzo la Audiencia Nacional. A petición de uno de los cargos del PP procesados, Ricardo Costa, el magistrado que celebrará la vista dictó el 19 de septiembre un auto por el que admitía "la totalidad de la prueba" propuesta por las defensas. Y eso implicaba llamar a Rajoy como testigo.

Al día siguiente, el juez dictó un segundo auto donde precisó que se aceptaban todas las declaraciones testificales... a excepción de la de Rajoy y la de su número dos en el PP, María Dolores de Cospedal. Esos dos testimonios -esgrimió el juez José María Vázquez- "no resultan necesarios, pertinentes ni útiles"

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