Crisis en el PSOE

Dirigentes del PSOE advierten a los diputados del 'no' que pueden abrirles un expediente de expulsión

La gestora aplica la máxima presión sobre los defensores del 'no' al PP para que acepten abstenerse

Ibon Uría

El sector mayoritario en el PSOE no quiere que el viraje del no a la abstención salga adelante por la mínima en el Comité Federal del domingo, y también desea evitar a toda costa que algunos diputados rompan la disciplina de voto. Por eso, según fuentes consultadas por infoLibre, dirigentes socialistas están aplicando la máxima presión sobre quienes todavía enarbolan la bandera del no es no para que acepten abstenerse, advirtiéndoles incluso de la posible apertura de un expediente de expulsión del PSOE.

Salvo sorpresa mayúscula, y según el calendario previsto, el PSOE aprobará este domingo su nueva posición de cara a la investidura y la semana siguiente, justo a tiempo para evitar la disolución automática de las Cortes el 31 de octubre, se producirán las dos votaciones para la reelección de Rajoy. En el sector mayoritario en el PSOE son más quienes aceptarían la abstención de sólo 11 diputados que quienes reclaman la de los 84, pero entre estos últimos están Susana Díaz, Javier Fernández, Alfredo Pérez Rubalcaba y Felipe González.

Dos son los escollos para que esa abstención total pueda abrirse paso: el primero y más notorio es la posición del PSC, que insiste en el no. Este martes se reunieron Miquel Iceta, primer secretario de los socialistas catalanes, y Fernández, presidente de la gestora, y constataron que no hay acuerdo. La dirección provisional del PSOE lleva días advirtiendo de que si su partido hermano en Cataluña no da su brazo a torcer podrían revisarse las relaciones entre Ferraz y el PSC, pero las presiones no surten efecto.

El segundo problema es que algunos diputados, mayoritariamente muy cercanos al ex secretario general, Pedro Sánchez, se mantienen firmes en su negativa a abstenerse. La primera en declarar en público que sostendría el no incluso si el Comité Federal le ordenaba lo contrario fue la aragonesa Susana Sumelzo. Después llegó la madrileña Margarita Robles. En la misma línea se pronunció a preguntas de infoLibre la gallega Rocío de Frutos. Y en torno a una decena adicional de diputados barajan también desobedecer.

La batalla de los números

Con ese panorama, quienes representan a la mayoría del PSOE quieren reducir a la mínima expresión el número de díscolos antes del Comité Federal para, en esa reunión, aprobar la decisión de que se abstengan todos y cada uno de los diputados. Los críticos, quienes están dispuestos a defender el no del PSOE suceda lo que suceda, aspiran en cambio a mantener unidos a unos 15 diputados, número que creen suficiente para que el sector mayoritario se tenga que conformar con decretar una abstención “técnica” de 11 parlamentarios.

Fuentes de este último sector consultadas por infoLibre aseguran que las presiones han aumentado en las últimas horas. Figuras destacadas, próximas a los dirigentes que propugnan la abstención, han avisado personalmente a los defensores del no de las consecuencias que podrían afrontar si rompen la disciplina del grupo. Y entre ellas no sólo están las sanciones económicas: diputados confirman que se les ha advertido de la posible expulsión del grupo parlamentario e incluso de propio PSOE si votan contra Rajoy.

Ya el lunes, el secretario de Organización del PSOE de Andalucía, Juan Cornejo, defendió la abstención y señaló que, antes de desacatar una decisión del Comité Federal, él "entregaría el acta". "No es democrático que alguien participe en la votación y que luego, si no está de acuerdo con lo que se decide, no lo cumpla", opinó. Apenas 24 horas después, este martes, varios de los intervinientes en la reunión de los grupos del PSOE en Congreso y Senado cuestionaron la continuidad de los eventuales disidentes, llegando a afirmar que "sobran" quienes desobedezcan.

Decisión sin precedentes

La expulsión tendría cabida según los estatutos del PSOE que, en su artículo 8, establecen que "el afiliado que falte al programa o a los acuerdos o resoluciones del partido (...) será sancionado, previos los trámites reglamentarios y mediante la decisión de los órganos competentes, con medidas que podrían llegar hasta la expulsión". También en el artículo sexto de la normativa reguladora de cargos públicos, que señala que "en todos los casos" los diputados están "sujetos a la disciplina de voto" y que, en caso de incumplir, pueden ser denunciados ante el Comité Federal y que éste puede "darles de baja" del partido.

Claro que una decisión de este calado no tendría precedentes. Hasta la fecha, las rupturas de disciplina de voto ocurridas en el seno del grupo socialista se han saldado de forma prácticamente unánime con multas económicas. El reglamento del grupo parlamentario socialista contempla sanciones de 200, 400 y hasta 600 euros por "la emisión del voto contrario a la orientación acordada por el grupo". Las de mayor importe se aplican en casos de "singular importancia" o cuando las votaciones requieran de "mayoría cualificada".

Entre las anteriores ruptura de la disciplina de voto desde 2004 están, por ejemplo, dos casos de discrepancia entre el PSOE y el PSC por el referéndum de independencia en Cataluña en 2013. En febrero de ese año, 13 de los 14 diputados del PSC votaron a favor de resoluciones de CiU e IU-ICV promoviendo la convocatoria de una consulta. El PSOE les impuso sanciones de 600 euros. En octubre, los diputados catalanes se abstuvieron en una moción de UPyD contra la consulta en Cataluña que sí apoyó el PSOE. En esa ocasión la dirección del grupo sólo les envió una amonestación por escrito.

Hay otros episodios más recientes. En abril de este mismo año los cuatro diputados aragoneses del PSOE votaron contra una proposición no de ley que instaba la modificación de la regulación del caudal del Ebro. La consecuencia para ellos, nuevamente, fue el pago de una multa de 600 euros. En la votación en 2014 sobre la ley orgánica de abdicación del anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, el PSOE apoyó la norma pero el diputado vasco Odón Elorza se abstuvo, y los parlamentarios Guillem García y Paloma Rodríguez se ausentaron. Todos ellos justificaron la decisión por sus ideales republicanos, y no se les sancionó.

También se rompió la unidad del grupo, por ejemplo, en una votación en 2013 sobre una moción para limitar los aforamientos –el PSOE se abstuvo, pero Odón Elorza votó a favor y tuvo que pagar la correspondiente multa– y en las de la reforma laboral que en 2010 impuso el Gobierno de Zapatero y en la de la reforma del artículo 135 de la Constitución, un año después. En ambas votó en contra el entonces diputado y ex secretario general de CCOO Antonio Gutiérrez. En la segunda ocasión se ausentaron, además, el líder de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, y sus compañeros Manuel de la Rocha y Juan Antonio Barrio.

Recogida de firmas

Mientras cargos de la nueva mayoría del PSOE presionan a quienes enarbolan el no para que cedan, sectores de la militancia socialista les empujan justo en la dirección contraria y recogen firmas para que se mantenga la negativa a investir a Rajoy y se convoque un Congreso Federal extraordinario del que, con carácter urgente, salga una nueva dirección federal para el PSOE y un nuevo secretario general elegido en primarias que ponga fin a la etapa de la comisión gestora que preside el asturiano Javier Fernández.

La iniciativa, puesta en marcha por una militante del PSdeG-PSOE, Eva Maldonado, y difundida entre otros por el alcalde de Jun (Granada), José Antonio Pérez Salas, ha recabado hasta la fecha casi 77.000 firmas según sus promotores. Para forzar la convocatoria de un congreso sería necesario reunir el respaldo de la mitad más uno de los afiliados, algo menos de 95.000 apoyos según los últimos datos del censo del PSOE difundidos por el partido en febrero, con motivo de la consulta sobre el pacto con Ciudadanos para la investidura finalmente fallida de Sánchez.

En declaraciones a infoLibre, Maldonado asegura que un equipo de "unos 300 militantes" se afana en la actualidad en lograr las firmas que restan y se muestra esperanzada en que lo lograrán: "Creemos que llegamos. Tenemos 77.000, así que faltan ya sólo unas 16.000", dice. La afiliada destaca "el gran enfado de las bases" ante la posibilidad de virar a la abstención y recalca que la gestora "no puede obviar el apoyo de los militantes a la iniciativa" ni "hacer oídos sordos a un grito semejante, tan alto".

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"Inicialmente pensé en pedir una consulta a la militancia sobre la posición en la investidura, pero eso no está contemplado en los estatutos. Esto [pedir la convocatoria de un congreso] sí, y es evidente que subyace la defensa del no en todo esto", apunta Maldonado, quien sostiene que, de prosperar la iniciativa de la militancia, debería convocarse la elección de un nuevo secretario general "en el plazo de cuarenta días a partir de la dimisión del anterior secretario general, Pedro Sánchez", que dejó su cargo el pasado 1 de octubre.

Maldonado reitera que la recogida de firmas está "basada en una posibilidad que contemplan los estatutos del partido", que efectivamente contemplan esta vía, y apunta que se trata de un "ejercicio de democracia interna" ante el malestar por la posibilidad de que los socialistas abran la puerta de la Moncloa a Rajoy. Preguntada por la veracidad de esas firmas, responde que se han "depurado" las "duplicadas o ilegibles" y, aunque admite que "existe la duda" de si todas pertenecen a afiliados en activo, recuerda que muchas "se han recogido directamente en las asambleas de las agrupaciones", por lo que prevé que la mayoría sí serán válidas.

Entre algunos de los diputados que defienden el no hay algunas dudas con respecto a esta iniciativa, toda vez que no ha sido promovida por ningún cargo y que no tienen contacto directo con ella, sino que surge de las bases y que está todavía por sustanciarse. Creen, eso sí, que deben servir como mínimo para que la gestora tome conciencia de que la militancia "está en el no" node forma mayoritaria, algo que refuerza su posición de cara a la investidura de la próxima semana.

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