VIVIANA WAISMAN | WOMEN'S LINK WORLDWIDE

“Cuando las profesiones se entienden como poderosas, las mujeres tienen menos acceso”

“Hay muchos jueces y juezas que utlizan estereotipos sobre los roles de las mujeres y los hombres que son un obstáculo hacia la justicia”

El Colegio de Abogados de Madrid acoge desde este jueves la IV Cumbre de Mujeres Juristas con la premisa de que la igualdad entre mujeres y hombres debe universalizarse, siendo el derecho la herramienta más eficaz para conseguir ese objetivo. 

Precisamente sobre el derecho como herramienta para la igualdad habló este viernes la presidenta de Women's Link Worldwide, Viviana Weissmann, quien dio una conferencia sobre cómo cada mujer tiene "la oportunidad de promover el cambio social". infoLibre entrevista a la presidenta de la organización con el objetivo de conocer cómo la desigualdad afecta al mundo jurídico y con qué herramientas debe combatirse. 

PREGUNTA: Su conferencia en la Cumbre de Mujeres Juristas versa sobre el derecho como herramienta para conseguir la igualdad, ¿cómo cree que hay que utilizarla?

RESPUESTA: Lo importante, lo que entendemos desde Women's Link, es que el derecho es una herramienta para avanzar en los derechos de las mujeres y las niñas. Pero esto requiere que la implementación del derecho se debe hacer desde una perspectiva de género. Es muy importante entender que el derecho no es neutro y que, cuando se aplica, se tiene que hacer sin estereotipos de género. Entonces, desde nuestro punto de vista, hay que tener una mira sobre lo que están haciendo los jueces y las juezas y si su interpretación de los derechos avanza en los derechos de las mujeres y las niñas. 

P.: Desde su punto de vista, ¿cuáles son las cifras más destacables que ilustran la desigualdad en el mundo judicial?

R.: Más que las cifras, para nosotros lo que es importante es entender que, todavía, hay muchos jueces y juezas que utilizan estereotipos sobre los roles de las mujeres y de los hombres –los estereotipos de género–, que son un obstáculo hacia la justicia. Estas discriminaciones se cruzan: por ser mujer, por ser inmigrante, por ser pobre, etcétera. Muchas veces, cuando se está aplicando el derecho, no se están viendo estos estereotipos que todos tenemos y, que cuando los tienen los jueces, se convierten muchas veces en discriminación. Son estos estereotipos los que tenemos que trabajar para que no existan en la sociedad y que se pueda aplicar el derecho de una manera que avancen los derechos de las mujeres y las niñas. 

P.: Y desde el punto de vista de las mujeres como profesionales del mundo judicial, ¿qué tipo de desigualdades existen?

R.: Es interesante, porque se ha hablado mucho y es muy importante, que haya paridad en los órganos judiciales, que haya mujeres juezas, mujeres en el Tribunal Supremo y en el Constitucional. Pero eso en sí mismo no garantiza que se aplique el derecho con una perspectiva de género. Eso lo pueden hacer las mujeres y los hombres. Las dos cosas son verdad: es importante que haya mujeres en la justicia, en todas las ramas de poder judicial, y que, cuando se aplique el derecho, sean los jueces y las juezas los encargados de ver cómo los derechos en papel cambian las vidas de las personas. 

P.: En su opinión, ¿cuáles son las causas de las desigualdades que existen en el mundo judicial?

R.: La causa de la desigualdad es que vivimos en un sistema patriarcal donde no existe una igualdad real. Una cosa es que las leyes en sí no sean discriminatorias y otra cosa es que, cuando se aplican, se haga de una manera en la que no exista discriminación.

P.: Más allá del derecho, ¿qué otros campos pueden combatir la desigualdad?

R.: Contra la desigualdad se tiene que luchar desde todos los campos. Es decir, nosotros entendemos que, por ejemplo, si se lleva un caso adelante que es muy importante, no estamos buscando solamente sentar un precedente, sino que queremos que se cree un debate público sobre el tema y que se movilice la sociedad. Y, en eso, el rol de la sociedad civil, de los periodistas, de las organizaciones, sociales, desde la educación etc., es fundamental. Es verdad que en todas las ramas es fundamental que haya una lucha contra la discriminación y un entendimiento de que tenemos todavía un camino muy largo por andar. Desde Women's Link entendemos que, aunque el marco que se crea con las políticas públicas siempre se podría mejorar, hay que mirar mucho la implementación. Es decir, poco nos sirve tener muchas leyes que son buenas en papel si, en el momento en que se las aplica, son un obstáculo al derecho. Entonces, aunque, obviamente, los marcos del derecho se pueden mejorar, hay más que suficiente hecho para que la implementación en sí sea el lugar donde haya que poner la mira. Por eso, desde Women's Link ponemos mucho la mira sobre los jueces y las juezas. Todos los años tenemos los Premios Género y Justicia al Descubierto, en los que miramos cuáles son los casos que más avanzan o más retroceden en temas de igualdad. La importancia es que son los jueces y las juezas los intermediarios entre el derecho y la realidad de las personas.  

P.: ¿Qué trabajo se hace desde Women's Link Worldwide?

R.: Nosotros trabajamos en tres áreas temáticas: derechos sexuales y reproductivos; la discriminación de género, incluyendo aquellos casos en los que la discriminación por ser mujer se relaciona con la discriminación por ser mujer migrante u otras formas de discriminación, como por edad; y la violencia, donde especialmente miramos temas de trata y cómo incluir los crímenes de género en la justicia transicional. Por ejemplo, hemos presentado una querella en un proceso judicial abierto en Argentina por el franquismo, para asegurarnos de que los crímenes que ocurrieron contra las mujeres en la dictadura también se investigan. También es muy importante para nosotras ver la intersección, es decir, entender a la mujer y lo que pasa como un total. No tiene mucho sentido ver los temas de violencia sin ver los temas de acceso a los derechos reproductivos, por ejemplo. Nosotras llevamos casos, no solamente para sentar un precedente –que son muy importantes los precedentes que se pueden sentar–, sino también para usar las plataformas legales para promover un debate social sobre los temas y, a la vez, apoyar la movilización social alrededor de esos temas. Esa es nuestra metodología y nuestra filosofía de cómo usar el derecho como una herramienta de cambio social sostenible. 

P.: ¿Cómo es la desigualdad en el panorama español en comparación con la desigualdad que se produce en otros países?

R.: En general yo creo que hacer las comparativas tiene su utilidad pero, a la vez, lo que es importante es que los obstáculos a la justicia siempre existen y que, desafortunadamente, la discriminación que ocurre, por ejemplo en temas de violencia, se da en todos los países del mundo y afecta a mujeres en todos los ámbitos sociales y económicos. Nosotras trabajamos tanto en Europa como América Latina y en algunos países de África y siempre con una mira de cómo las mujeres pueden acceder a la justicia y cuáles son los obstáculos que hacen que no lo puedan hacer. Entre esos países existen diferencias, sin duda, y en España se han hecho algunos avances muy importantes, pero tenemos un recorrido bastante largo que caminar todavía. 

P.: En España, la profesión judicial es una de las que más desigualdades genera entre hombres y mujeres, ¿por qué cree que hay tantas mujeres juezas y, sin embargo, hay tan pocas que ocupan cargos en los órganos de justicia de mayor rango?

R.: Creo que en el poder judicial pasa lo que pasa en muchas profesiones que es que, aunque las mujeres entran con paridad, se encuentran con lo que se llama techo de cristal.

P.: Dentro del ámbito laboral en general, ¿las mujeres compiten desde una desigualdad de oportunidades de base?

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R.: Esto es por la propia discriminación que se da en toda la sociedad. Cuando las profesiones se entienden como poderosas o desde las que se accede a más recursos, la discriminación que existe en la sociedad hace que las mujeres tengan menos acceso a ellas, y da igual si es en el poder judicial o en el mundo de los negocios o en la medicina. Los patrones que funcionan son siempre los mismos. Son los estereotipos de género de los comportamientos y del acceso al poder. Es una falta de equidad en el poder de la sociedad, es la discriminación por género. 

P.: Desde su punto de vista, ¿cómo afecta la ausencia de mujeres en la cúspide judicial?

R.: Como en todas las profesiones del ámbito público es fundamental que haya equidad pero, insisto, a parte de la equidad –que es necesaria, es decir, que haya la misma cantidad de hombres que de mujeres en el Constitucional, Supremo, en todos los ámbitos del poder judicial–, lo importante es que se imparta la justicia sin discriminación y sin estereotipos, da igual que sean las mujeres o los hombres los que la están impartiendo. Lo que no podemos pensar es que porque haya una mujer la justicia se va a impartir con una perspectiva de género. Eso es una cosa separada de si está la mujer o no en esa posición. 

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