Desigualdad

Oxfam denuncia que los salarios más bajos de los españoles cayeron un 28% durante la crisis

Uno de cada cinco españoles continúan viviendo en riesgo de pobreza

La organización Oxfam Intermón presentó este jueves su informe Bajan los salarios, crece la desigualdad: el impacto de las diferencias salariales en los hogares [consultar el documento aquí], en el que desarrolla un análisis sobre el impacto del descenso salarial sobre la desigualdad. 

A través del estudio, la ONG pone sobre la mesa cuestiones como el descenso salarial durante los últimos años, dando pie a importantes consecuencias no sólo para los trabajadores, sino también para el crecimiento económico y la sostenibilidad del Estado de bienestar. La bajada de salarios, además, no afecta a todos los colectivos por igual, de forma que los sectores más desfavorecidos han soportado en mayor medida el impacto generado por la desigualdad de renta.

Brecha salarial en España

A nivel europeo, España es uno de los países con mayor desigualdad de renta. Fue, concretamente, el cuarto país más desigual de entre todos sus vecinos en el año 2014, por detrás de Irlanda, Serbia y el Reino Unido. A ello se suma el dudoso mérito de ser el territorio donde más ha crecido la desigualdad de renta desde 2007, sólo superado por Chipre. Además, la brecha entre ricos y pobres no hace otra cosa que aumentar con el paso del tiempo: mientras en el 2006 el 10% más rico contaba con una renta diez veces superior al 10% más pobre, en el 2015 esta diferencia se incrementó hasta pasar a ser 15 veces mayor. Como consecuencia, el 10% más rico acumula el 24,8% del patrimonio nacional, la misma cantidad que se reparte el 50% de la población más pobre, que cuenta con el 26,3% de los bienes del país. El resultado recae directamente sobre el número de individuos en riesgo de pobreza y exclusión social: el año pasado una de cada tres personas (el 28,6%) se encontraba en esta situación, es decir, más de 13,2 millones de ciudadanos.  

La desigualdad salarial en el mapa español aumentó durante la crisis económica consecuencia de "una espectacular caída de los salarios del 10% de la población que cobra menos, cerca del 28% entre el 2008 y el 2014", según indica el informe. Por el contrario, el escaso descenso respecto a los salarios más altos choca con el resto de los países desarrollados, donde "la diferencia se ha producido tanto en la parte alta de la distribución, como en la parte baja".

Entre el 2005 y el 2008, el 30% de la población con salarios más bajos perdió un 18% de su poder adquisitivo, mientras que los salarios altos se mantuvieron prácticamente intactos, y el 10% de los mayores incluso aumentaron. De este modo, la distancia entre los que más ganan y los que menos se ha hecho más amplia, especialmente durante el periodo de crisis económica.

Otro de los factores que denuncia Oxfam apunta a las consecuencias de los bajos salarios, que afectan especialmente a los llamados "trabajadores pobres". Se trata de empleados cuya retribución a jornada completa no llega a cubrir sus necesidades. De este modo, el riesgo de pobreza para estas personas según Eurostat ha pasado de un 10,8% en 2004 a un 13,2% en el 2015, posicionando a España en el cuarto puesto entre los países europeos con más trabajadores pobres, por detrás de Rumanía, Grecia y Serbia.

Mujeres y jóvenes, los más perjudicados

Los efectos de la desigualdad salarial, además, han contribuido a acrecentar brechas que van más allá de la económica. Según el estudio de Oxfam, los salarios de los grupos que se encuentran en una situación más desfavorecida en el mercado de trabajo se alejan cada vez más de quienes se encuentran en mejor posición. 

La diferencia salarial entre hombres y mujeres en España es superior a la registrada en la UE: según datos de Eurostat, mientras que en Europa el salario medio de las mujeres fue un 16% menor que el de los hombres durante el año 2014, en España este porcentaje se incrementó hasta un 18,8%, la sexta brecha más alta por detrás de Eslovaquia, Alemania, República Checa, Austria y Estonia. Como explicación a dicho fenómeno, la organización señala factores clave: las mujeres trabajan en sectores peor pagados, su trabajo y capacidades son infravaloradas, las consecuencias de los roles tradicionales de género o la conciliación de la vida laboral y familiar.

En los años de expansión económica, entre el 2005 y el 2010, la brecha salarial se redujo levemente: el salario de una mujer pasó de ser de un 73,1% respecto al del hombre, a un 75,6%. No obstante, y como resultado de la crisis, la recuperación frenó en seco en 2014, situando el porcentaje en un 75,1%. Los datos reflejan un tímido retroceso de esta brecha en los últimos años, pero se trata de avances "lentos e insuficientes", según el informe elaborado por Oxfam, quien considera que sigue existiendo "un gran abismo" entre ambos salarios. Además, "la creciente precarización del mercado laboral español afecta de manera especial al colectivo de mujeres", de manera que el número total de asalariadas a tiempo parcial en el 2015 fue del 74,19%, frente al 25,81% de hombres. Por otro lado, el número de mujeres que accedieron a un contrato indefinido se situó en 379.125 por debajo de sus compañeros, mientras que 7.975 mujeres más fueron contratadas de forma temporal.

Otro de los colectivos que también ha sufrido en mayor medida las consecuencias de la desigualdad económica es el de los jóvenes. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha destacado este mismo año que España se ha convertido en uno de los países de su entorno donde la gente joven trabajadora se encuentra en mayor riesgo de pobreza y exclusión social. Según datos de Eurostat para el 2015, uno de cada cuatro trabajadores de entre 18 y 24 años está en riesgo de pobreza, el 24,7%, situando a España sólo por detrás de Rumanía. Además, el sueldo de los jóvenes de entre 16 y 24 años supone menos de la mitad que el salario medio de los trabajadores de 55 a 64 años, los que más experiencia laboral concentran. Finalmente, la temporalidad, los contratos parciales no deseados y la precariedad afectan especialmente a los jóvenes, algo que "se agrava si tenemos en cuenta la tasa de 46% de paro juvenil", recalca Oxfam. 

La organización también denuncia el desplome salarial en sectores como la educación (-16%) y la salud (-12,7%), coincidiendo con la época de recortes presupuestarios en políticas públicas, mientras que otros como extractivas y energía aumentaron sus salarios entre los años 2005 y 2008.

Propuestas para combatir la desigualdad

En su informe, Oxfam Intermón no se reduce al análisis sobre la desigualdad salarial, sino que ofrece también propuestas que puedan combatirla. Las medidas presentadas por la organización se basan en seis pilares: aumentar del salario mínimo, eliminar la brecha salarial de género, establecer escalas salariales más justas, una contratación pública que priorice centros de trabajo que asuman dichas escalas, incrementar el tipo marginal máximo del IRPPF y promover una internacionalización responsable de la empresa española.

En cuanto al salario mínimo interprofesional, la plataforma apuesta por un aumento progresivo durante la nueva legislatura hasta alcanzar los 1.000 euros netos mensuales en 2020. "Esto se debe traducir en que en los primeros 100 días de Gobierno haya un incremento sustancial de este salario que nos ponga en la senda de conseguir la meta", subraya. Por otro lado, proponen combatir la brecha de género mediante la penalización de los centros que incumplan el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres a través de prácticas como la implantación de diferentes salarios para las mismas categorías.

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En tercer lugar, apuntan al establecimiento de escalas salariales más justas por normativa estatal, destinadas a regular las diferencias salariales dentro de los centros de trabajo. De este modo, recomiendan que el salario más alto no supere en más de diez veces al salario medio. En este sentido también ponen sobre la mesa una contratación pública que valore los centros que cumplan con la medida anterior, hasta que la regulación pública de escalas salariales se haga efectiva. Así, proponen el establecimiento de baremos en los procesos de contratación de las diferentes administraciones públicas, para "priorizar o incentivar" la contratación con dichas empresas.

Oxfam aboga, asimismo, por incrementar el tipo marginal máximo del IRPF como una medida de distribución salarial por la vía fiscal. Propone que en la parte más alta de la distribución salarial (1%) se lleven a cabo aumentos de los tipos marginales más elevados, que por un lado supongan un incremento de ingresos públicos para el gasto social, y por otro lado pongan freno al crecimiento desigual del 1% con mayor salario frente al sueldo medio. 

Finalmente, la plataforma entiende como prioritaria una internacionalización responsable de la empresa española que tenga en consideración criterios relacionados con la promoción de salarios dignos que garanticen la satisfacción de las necesidades de los trabajadores, y respeten su seguridad y derechos laborales.

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