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El PP denuncia que con Barberá "se traspasaron todas las fronteras"

Rita Barberá, en una imagen de archivo de su época como alcaldesa de Valencia.

Recurriendo a su propia terminología, para Mariano Rajoy fue todo un "lío" el proceso que condujo a que Rita Barberá cediera a entregar el carné del Partido Popular y pasar al Grupo Mixto del Senado hace poco más de dos meses. Exalcaldesa de Valencia, no sólo había llenado las arcas de la formación conservadora de mayorías absolutas. Su apoyo había sido clave para mantenerle en la presidencia del PP en el XVI Congreso Nacional de junio de 2008, al que llegó fuertemente cuestionado. También fue para el presidente del Gobierno un trago muy duro despedir este miércoles a la exsenadora tras conocer su fallecimiento de un infarto en un hotel de Madrid. Fueron las presiones de la dirección nacional del PP al ver cómo avanzaba la investigación por presunto blanqueo en el PP de Valencia las que llevaron a que Barberá cediera a renunciar a su militancia. Al escaño se asió con fuerza.

"Me siento realmente apenado [...] Realmente se hace muy duro esto", acertó a decir Rajoy después de señalar que la fallecida había dado su vida por la ciudad de Valencia y por el PP, un partido al que no pertenecía desde el 14 de septiembre. El lunes, cuando declaró ante el Supremo, en el PP no hubo reacción oficial por ser ya militante. Hace unos meses, con la renuncia a la militancia ya sobre la mesa el propio líder de los conservadores aseguraba no tener "ninguna autoridad" sobre ella para conseguir que dejara también su escaño en la Plaza de la Marina.

De todas las reacciones de los miembros del PP y del Gobierno, las de Rajoy fueron las más planas. De criticar el, a juicio del partido, trato injusto que ha recibido Barberá de los partidos de la oposición se ocuparon otros. Comenzó Jesús Posada, diputado y expresidente del Congreso, hablando de una "cacería injustificada". Y siguieron otros compañeros de filas en la misma línea.

Uno de los más contundentes fue el portavoz de los conservadores en la Cámara baja, Rafael Hernando, que se refirió a su excompañera de partido como una "servidora pública" tratada "injustamente", "linchada". "Sería bueno que todos reflexionáramos. Todo tiene un límite", señalaba. El contexto más inmediato a sus palabras había que buscarlo minutos antes en el primer pleno de control que celebró el Congreso en esta legislatura. Nada más arrancar, la presidenta, Ana Pastor, anunció el fallecimiento y pidió un minuto de silencio. Fuera estaban los diputados del grupo Unidos Podemos, que rechazaron estar en el hemiciclo al entender ese gesto como un homenaje a una política de dudosa trayectoria.

"Creo que todo tiene un límite y creo que contra Barberá se traspasaron todas las fronteras", dijo Hernando. Aunque sostuvo que no quería hacer "responsable" a nadie, insistió en que sería bueno hacer esa "profunda reflexión" sobre lo que ha ocurrido con Barberá y "las exageraciones" a las que llegan en muchas ocasiones las "acusaciones políticas". Se ha ido, dijo, "a la tumba con acusaciones graves de ser se una mujer corrupta" cuando "vivía de alquiler" y "está acusada de haber donado a un partido mil euros".

Declaraciones como estas chocan con la presión que el PP, el que era su propio partido, ejerció sobre Barberá para que renunciar a la militancia. Como si no hubiera entregado el carné. Como si no hubieran evitado la foto con ella en los últimos meses.

Rafael Catalá y "la conciencia de cada uno"

En una línea similar a Hernando se pronunció el ministro de Justicia, Rafael Catalá. "Cada uno tendrá sobre su conciencia lo que ha hecho y ha dicho" de ella, "las barbaridades que se le han atribuido sin ninguna prueba y justificación", dijo al entrar al Congreso. Minutos después, en los pasillos hacía un llamamiento a la reflexión. "A la conveniencia de no hacer prejuicios", añadió.

"Lo que siento muchísimo es que haya tenido unos meses finales con tanta crítica injustificada en mi opinión. Yo he hablado siempre de la presunción de inocencia", subrayó el titular de Justicia.

El mismo lunes Barberá asistió a declarar ante el Supremo y negó las acusaciones de blanqueo. El martes tenía previsto acudir al pleno del Senado. Pero no lo hizo, según señalan en su entorno, por encontrarse mal. Esto condujo a que su hermana se trasladase desde Valencia a Madrid para acompañarla.

Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, defendió a la exalcaldesa como una persona "honrada, honesta". Y se mostró convencida de que a la fallecida le gustaría que le recordasen como "una gran española". De toda la dirección nacional del PP fue la número dos la que, en público, exhibió en todo este proceso judicial una línea menos dura con Barberá.

El papel más complicado le tocó al responsable de Organización, Fernando Martínez-Maillo. Rajoy le escogió como mediador entre él y la alcaldesa y a Barberá no le gustaba nada que un recién llegado a la dirección nacional del partido le dijese a ella, considerada todo un referente, lo que tenía que hacer. La Razón publicó en los días de más tensión el acalorado intercambio de mensajes de texto entre ambos. Este miércoles, tras conocer la muerte, el número tres del partido transmitió su cariño y afecto a la familia de Barberá asegurando que se trataba de un día "difícil" y "doloroso" para el PP. "Ha sido una grandísima alcaldesa de Valencia durante muchísimos años y el PP le debe mucho y creo que todos los valencianos", dijo.

Similares palabras emplearon los vicesecretarios Pablo Casado y Andrea Levy.

Por su parte, la diputada del PP Celia Villalobos optó por atacar a la prensa en lugar de a sus rivales políticos: "La habéis condenado a muerte". "Tenemos que reflexionar los partidos políticos y los medios de comunicación cuáles son los límites de determinadas cosas", opinó en declaraciones en el Congreso.

Pena de telediario

Mientras, el portavoz del PP de Andalucía (PP-A), Elías Bendodo, se mostró convencido de que este fallecimiento abrirá un debate sobre la situación de los políticos en determinadas circunstancias, la llamada "pena de telediario".

"Queramos o no este fallecimiento abrirá un debate, pertinente además, sobre la situación de los políticos en determinadas circunstancias". "No estaba viviendo un momento fácil y siento que este incidente le impida concluir su carrera política como a ella le hubiese gustado", zanjó el dirigente del PP andaluz.

Antecedentes

A las 17.40 horas del miércoles 14 de septiembre, la oficina de información del PP difundió un comunicado [aquí, en PDF] de la senadora en el que remarcaba su voluntad de analizar los hechos con detenimiento, reclamaba que se iniciasen pronto las diligencias, manifestaba que no dimitiría y avanzaba la entrega de su carné de militante.

"He solicitado mi baja del Partido Popular porque así me lo ha pedido el Partido y con ello, además de dar una muestra más de mi entrega a él, evito que nadie se ampare en mí para responsabilizarme de cualquier perjuicio o para esconder sus resultados políticos y electorales", escribía. El párrafo sonó a advertencia a Alfonso Alonso y Alberto Núñez Feijóo, que estaban de campaña electoral y al propio Mariano Rajoy, por aquellas fechas intentando formar Gobierno.

Un día antes, la Sala II del Supremo había abierto causa a la exalcaldesa de Valencia y senadora por un presunto delito de blanqueo de capitales. La investigación se produjo a raíz de la exposición razonada elevada al Supremo el pasado mes de abril por el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, y que recogía indicios contra la aforada en un presunto blanqueo de capitales en el Grupo Popular del Ayuntamiento de Valencia cuando ella era alcaldesa, un informe que apoyó la Fiscalía.

"Esta muy dolorosa decisión me permite, por otra parte, actuar en plena libertad sin estar sometida a disciplina alguna para ejercer mi defensa de acuerdo con el artículo 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el 24.2 de la Constitución Española en los tribunales correspondientes contra las personas que hayan vulnerado el principio irrenunciable de la presunción de inocencia", añadía el comunicado.

La solución adoptada no acababa de convencer a la cúpula del PP. La opinión más extendida en Génova era que lo mejor para el partido hubiese sido que la exalcaldesa dejase el escaño.

Las horas previas a este comunicado no fueron nada fáciles para la dirección nacional de los conservadores. A Barberá, veterana dirigiente y uno de los apoyos de Rajoy en sus momentos más bajos de liderazgo, le costó dar su brazo a torcer. Tanto que el PP tuvo que amenazarla con un expediente del Comité de Derechos y Garantías con el que se le suspendiese de militancia. Las negociaciones, sin la intervención directa de Rajoy, fueron llevadas a cabo por la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo.

"Yo seguiré trabajando con más fuerza si cabe por mi tierra, que es más que Valencia, porque es España. Esa España democrática, libre y constitucional que la mayoría deseamos", concluía el documento.

Un caso que dividió al PP

Cuando estalló el caso, el PP se mostró dividido. De un lado, los vicesecretarios más jóvenes consideraban que la exalcaldesa tenía que dejar su escaño de senadora; de otro, los dirigentes más veteranos señalaban que había que esperar a que hubiese nuevos avances judiciales para no tomar una decisión que fuera injusta.

Desde la cúpula del PP de la Comunidad Valenciana también se consideraba que lo mejor para la formación en estos momentos era que dejara el escaño. Con el estallido de la Operación Taula, el PP de la ciudad de Valencia fue disuelto y se instauró una comisión gestora.

Ciudadanos amenazó con romper el pacto

Pero a las presiones internas del PP se sumaron las del partido de Albert Rivera. El pacto para la investidura de Rajoy firmado entre PP y Ciudadanos obliga a ambos partidos a apartar a los cargos públicos investigados (imputados). Nada más conocerse la decisión del Supremo, Ciudadanos exigió a Rajoy que Barberá dejase su escaño. Según Albert Rivera, si no lo hacía incumpliría el pacto.

El acuerdo habla literalmente de la "separación inmediata de cualquier cargo público que haya sido imputado formalmente por delitos de corrupción política, hasta la resolución completa del procedimiento judicial".

Comunicado del PP

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Este miércoles, tras conocer la noticia, el PP difundió el siguiente comunicado: 

  "El Partido Popular quiere expresar su más profundo dolor ante el fallecimiento de la senadora y exalcaldesa de Valencia Rita Barberá.Rita consagró su vida a Valencia y a España. Fue durante 24 años alcaldesa de su ciudad y, su trabajo y su fortaleza las dedicó a los valencianos y al servicio público, transformando la ciudad de Valencia en una obra que quedará en la memoria de todos los ciudadanos.El Partido Popular traslada su más sentido pésame a sus familiares y amigos por tan triste fallecimiento y se une al dolor de los valencianos y de todos los españoles de buena voluntad".

 

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