Refugiados

Carmena lamenta que los 20 refugiados "muy enfermos" que esperaba Madrid no han llegado después de tres meses

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La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, lamentó este viernes que han pasado tres meses desde que empezaran a trabajar para traer a la capital a 20 refugiados "muy enfermos" y que no saben qué es lo que pasa para que a día de hoy no hayan llegado pese a estar todo preparado para su acogida, informa Europa Press.

Durante su intervención en la cumbre Europa: Los refugiados son nuestros hermanos y hermanas, que se celebra en el Vaticano auspiciada por el papa Francisco y con la presencia de casi 80 alcaldes de toda Europa, la regidora madrileña quiso expresar su malestar con la regulación de los refugiados poniendo este ejemplo concreto.

A los presentes les explicó que tramitaron la documentación para que 20 personas muy enfermas pudieran ir a Madrid, que el Gobierno central dio la autorización y que se prepararon los visados pero no se sabe nada. "¿Qué sucede? No lo sabemos. Hemos intentado hablar con Atenas, con la Asociación Internacional de la Inmigración y llevamos tres meses esperándolos", señaló.

Por eso, indicó que tienen que ser capaces entre todos de crear una "red no teórica, sino concreta" con nombres y apellidos, con los emails, con los contactos en definitiva para facilitar ese "tráfico internacional" de refugiados y cumplir con "el principio clarísimo de humanidad que recoge la declaración de derechos humanos".

Carmena mostró su preocupación por los refugiados de guerra, que citando a Concepción Arenal, "es la esencia misma de la injusticia" que está provocando "oleadas de personas estancadas" porque, además, "Europa no permite que lleguen".

En el caso de España, recordó, debería haber admitido 17.500 refugiados sirios, y "no ha llegado ni un 1%. "Tenemos estación de acogida de refugiados, tenemos un albergue, tenemos viviendas y hospitales preparados pero aquellas personas no llegan", criticó.

Carmen también pidió "empoderar" al poder local, con el fin de que se pueda empadronar a los refugiados en las ciudades. Respecto al concepto de "ciudades refugio", defendió ensanchar los límites de uno de los derechos históricos de los ayuntamientos, el empadronamiento. Se trata, en sus palabras, "de acabar con la muerte civil de miles de personas por ser simplemente sin papeles".

Por eso, reclamó empoderar al poder local. "Tenemos que conseguir por los sistemas jurídicos que sean que los poderes locales podamos conceder autorizaciones para trabajar a las personas migrantes, a los refugiados",  dijo Carmena, consciente de que todo esto "es muy detallado" y hay muchas "particularidades".

En su opinión, como marco general, el poder local debe tener una "estructura rápida y ágil" que permita que a estas personas que  "resucitaron" del anonimato "puedan tener su vida completa".

En este punto se encajan también las tarjetas sociales, como la de Nueva York, que Madrid está estudiando a fondo para ponerla en marcha. Sin embargo, Carmena indicó que siempre se "tropieza" en lo mismo: los servicios sociales pueden dar prestaciones, alojamiento, formación pero "no pueden trabajar". "No hay posibilidad ninguna... esta sociedad llena de riqueza no permite la posibilidad de trabajar", lamentó.

Colau reprocha a la comunidad internacional su "nefasta gestión"

A esta cumbre también acudió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien reivindicó el rol de las ciudades en la acogida de los refugiados, reprochó la "nefasta gestión" a los estados y a la comunidad internacional y elogió el papel que está jugando la sociedad civil porque, a su juicio, está marcando el camino a seguir.

En su intervención, también advirtió del "peligro del avance del discurso racista y fascista", ejemplificándolo en la candidata a la presidencia de Francia, Marine Le Pen.

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"Los estados y la comunidad internacional cierran los ojos ante las constantes violaciones de los derechos humanos", criticó, y añadió que las políticas de asilo de países como Alemania, Grecia e Italia son, en su opinión, la excepción.

Reclamó vías seguras para evitar más muertes en el éxodo de los refugiados, más recursos y competencias para las ciudades para que puedan atenderlos y la concesión de permisos para que estas personas puedan trabajar y pagar impuestos "como el resto de ciudadanos".

Colau recordó "la situación es dramática y está enquistada", recordó que en 2016 ya han muerto casi 5.000 personas ahogadas en el Mediterráneo y afirmó que los refugiados representan el 0,2% del total de la población europea.

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