Tratado de libre comercio

'El gran libro de las recetas del CETA', una guía sobre los efectos del tratado en la vida cotidiana

Imagen del recetario contra el CETA.

"Si el TTIP te pareció delicioso, con el CETA te chuparás los dedos". Así abre el grupo parlamentario de Unidos Podemos –IU, Equo, Podemos, En Marea y En Comú Podem– su campaña navideña contra el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá. Lo hace a través del Gran libro de las recetas del CETA, una guía que tiene como objetivo llegar al grueso de la población para explicar los efectos del tratado sobre la vida cotidiana de las personas. De esta forma, Unidos Podemos ha optado por publicar un documento de 16 páginas en el que selecciona un menú típico navideño y explica la forma en que el CETA afectará a cada uno de los alimentos empleados en su elaboración.

Prácticas dañinas para la salud

Con la firma del CETA entre Canadá y la UE, la institución europea se compromete a importar 65.000 toneladas de carne vacuna y 75.000 toneladas de carne porcina del país en los próximos siete años. La calidad de los alimentos que lleguen a los consumidores tras la firma del acuerdo, se verá alterada como consecuencias de las prácticas habituales en el país de origen. 

En Canadá es legal proporcionar Zilmax a las vacas, un medicamento anabolizante que aumenta la frecuencia cardíaca, causa insomnio, temblor y dolor de cabeza, y que, por ello, está prohibido en la UE. También es legal dar Ractopamina a los cerdos, un fármaco también prohibido entre los países miembro y que perdura en una proporción del 20% en la carne del animal cuando se consume. Finalmente, la normativa sobre hormonas en el país norteamericano es "mucho más laxa que en la UE", según denuncia Unidos Podemos. 

Además, se estima que el EEUU el 80% de la ganadería ha sido tratada con hormonas de crecimiento, y que aproximadamente el 20% de las vacas reciben hormonas habitualmente, algo que en la UE está "totalmente prohibido". La situación es que EEUU cuenta con el tratado NAFTA con Canadá, según el cual todo lo que puede venderse en EEUU, tiene permiso para venderse también en Canadá. Actualmente, el 81% de las empresas canadienses son filiales de los países estadounidenses.

A día de hoy, existen determinadas prácticas prohibidas o limitadas en la UE que sin embargo no lo están en EEUU, como sumergir a los pollos en cloro durante su tratamiento en los mataderos. Otra de ellas es el uso de antibióticos: el 80% se utilizan en ganadería, y sólo el 20% están destinadas a la salud humana. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades estima que el uso de antibióticos en la ganadería causa 25.000 muertes cada año y conlleva un gasto de 1.5000 millones de euros. Otra cuestión preocupante para la formación, es el uso habitual de la radiación en los alimentos, algo que en la UE sólo está permitido en el caso de hierbas aromáticas, especias y condimentos porque "pone en peligro la seguridad alimentaria". Además, los países miembro tienen la obligación de indicar qué alimentos han recibido radiación, mientras que los estadounidenses lo consideran "un aditivo alimentario más y no se indica".

Químicos, transgénicos y herbicidas

En la UE únicamente están permitidos 250 herbicidas. El principal motivo, es que existen 82 componentes químicos habitualmente empleados para producir herbicidas y agrotóxicos que están prohibidos, la mayoría bajo consejo de la OMS. No obstante, al otro lado del océano "son perfectamente legales y habitualmente utilizados".

Por otro lado, los herbicidas más empleados en EEUU contienen un componente considerado letal para las abejas, las encargadas de polinizar el 80% de las plantas relacionadas con la alimentación humana. La UE prohibió provisionalmente este componente en 2013, y desde entonces "ha recibido muchas presiones de las multinacionales productoras".

Otro de los peligros derivados de la firma del CETA es el uso de transgénicos. Canadá es uno de los líderes mundiales en producción de productos transgénicos, y en la agricultura de estas características se emplean "grandes cantidades de herbicidas, terriblemente cancerígenos para agricultores y consumidores finales".

Principio de riesgo

En la UE prima el principio de precaución, basado en la no comercialización de aquellos productos sobre los que pesen estudios no suficientemente fiables para garantizar la salud humana o del medio ambiente.

No obstante, critica Unidos Podemos, en EEUU domina el principio de la gestión de riesgos, es decir, el producto se comercializa y cuando empiece a causar daños, las personas afectadas tendrán que denunciar a la gran corporación mediante la justicia ordinaria. En cambio, si la corporación considera que alguna legislación estatal resulta peligrosa para sus intereses económicos, "acudirá a los tribunales VIP, opacos, carísimos y rápidos".

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La formación catalana remata la iniciativa recordando que no sólo "numerosos parlamentos autonómicos se pronunciaron en contra" del tratado, sino que además el grupo confederal de En Comú Podem, Unidos Podemos y En Marea propuso su rechazo en el Congreso, "pero PP, PSOE, Ciudadanos, PNV y PDCat estaban a favor", algo que consideran la evidencia de cómo "el Gobierno comercia con nuestros derechos". Incide, asimismo, en la campaña a nivel europeo #NiCETAniTTIP, una llamada a la movilización mediante la convocatoria de "manifestaciones, acciones en redes sociales, cadenas humanas o concentraciones". 

"Es inadmisible que los gobiernos europeos, tras la coartada de la Unión Europea, pongan en venta nuestras soberanías: jurídica, alimentaria, medioambiental, comercial, laboral, sanitaria, educativa... Es decir nuestros servicios públicos, nuestra salud, nuestros derechos sociales y laborales, nuestro futuro, nuestro presente", remata el partido, que además insiste en subrayar que el acuerdo "no traerá puestos de trabajo" sino que "se llevará un montón de derechos fundamentales".

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