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Sanidad

Sindicatos y profesionales alertan de que los recortes que admite Sanidad "debilitan" la atención a los pacientes

Imagen de archivo de una intervención quirúrgica en un hospital público.

El Ministerio de Sanidad ha confirmado en su última estadística sobre hospitales [consultar todos los datos, aquí] una realidad que asociaciones de pacientes y organizaciones profesionales vienen denunciando desde el inicio de la crisis: la influencia que tienen los recortes en la prestación sanitaria. Según este informe, los 451 hospitales de la red pública han perdido 9.438 profesionales y 5.991 camas entre 2010 y 2014. Además, el gasto en estos centros se ha reducido en 1.804 millones de euros. 

Conocidas las cifras oficiales, los colectivos de defensa de la sanidad pública y los sindicatos reclaman que se ponga el acento sobre las consecuencias que estos recortes en puestos estructurales y en infraestructuras tienen, especialmente, para la calidad del sistema hospitalario público. En segundo término los colectivos profesionales ponen el acento en los efectos que la mayor carga de trabajo, las peores condiciones laborales y la mayor presión asistencial tienen sobre el personal. 

La peor parte del recorte se la ha llevado la plantilla de personal no sanitario (administrativos, celadores, personal de limpieza, cocina, lavandería, almacenes...), que ha visto reducido su número de efectivos contratados directamente por las administraciones públicas en 7.480 –al pasar de 120.839 a 113.359 (-6,2%)– entre 2010 y 2014. Gracia Álvarez, secretaria de Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia de UGT, cree que parte de esta reducción tiene que ver con la "externalización" de estos servicios, que han pasado a prestarse por trabajadores de empresas privadas. 

A su juicio, este modelo de gestión no favorece el funcionamiento del sistema. "Los gestores alegan que este modelo es más barato y puede ser cierto porque las empresas pagan peor a los trabajadores y reducen las plantillas, pero obvian las consecuencias para la calidad asistencial. Un hospital es como una gran orquesta en la que cada miembro tiene que entrar y salir a tiempo. Se necesita cohesión y un buen engranaje. Y también que el número de trabajadores se adapte a la demanda", subraya. 

El doctor Marciano Sánchez Bayle, responsable de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), también insiste en que el sistema sanitario es "un conjunto de actividades interrelacionadas" que va mucho más allá de la atención meramente clínica, de ahí que insista en la importancia de la estabilidad de las plantillas de estos profesionales. "El recorte en estos puestos de trabajo supone un claro debilitamiento y deterioro de la calidad sanitaria", señala.

"Por ejemplo, que haya menos personal de limpieza provoca que las habitaciones tarden más en limpiarse cuando hay un alta y, por tanto, que pase más tiempo hasta que pueda entrar otro enfermo; también puede influir en el aumento de las infecciones hospitalarias, lo que conlleva un aumento de la estancia media y, en consecuencia, del gasto público", explica. Asimismo, insiste en la importancia del trabajo del personal del servicio mantenimiento, que se encarga de resolver cualquier avería que pueda ocurrir en el hospital, desde arreglar un enchufe o una toma de oxígeno a revisar las instalaciones de un quirófano; o de los celadores, que movilizan a los enfermos dentro del hospital.

Enfermos más dependientes 

Desde el punto de vista asistencial las fuentes consultadas insisten en que es clave el trabajo tanto de los enfermeros como los auxiliares de enfermería, cuya labor es determinante especialmente en un contexto de envejecimiento de la población en el que son los pacientes de avanzada edad y con varias patologías los que ocupan principalmente las plantas de hospitalización durante períodos más largos. 

Resulta paradójico, por tanto, que la plantilla de auxiliares de enfermería se haya reducido en un lustro en 3.795 efectivos –de 102.635 a 98.840 (-3,7%)–; y la enfermeros en 384, al pasar de 136.343 a 135.959 (-0,3%). De hecho, el informe constata que el único perfil profesional que ha aumentado el número de efectivos en el período analizado es el de los médicos. En 2014 los hospitales de la red pública contaban con 717 facultativos más que en 2010

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Isabel Lozano, secretaria de Organización y Comunicación del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), insiste en el criterio poblacional y en la anomalía que supone que se recorte precisamente el personal que atiende a las personas que cubren las necesidades de las personas más dependientes. "Actualmente los hospitales están llenos de gente mayor con patologías crónicas de bajo impacto y que necesitan mucha ayuda para su aseo, cambios posturales, darles la comida... que es parte de nuestra labor. ¿Cómo es posible que a mediodía haya pacientes a los que no se ha podido asear? Lógicamente la calidad se resiente si hemos pasado de atender diez enfermos a 17", señala.

Desde el sindicato de enfermería SATSE, su portavoz, Mar Rocha, denuncia que el modelo asistencial actual "claramente medicalizado y que apuesta por curar al enfermo, pero no por prevenir", no tiene sentido en el panorama demográfico presente y futuro de España, en el que hay una población que necesita de más cuidados. En este sentido, Gracia Álvarez, de UGT, también dice que "no se entiende" que en donde más se recorte sea en los trabajadores que cubren las necesidades de las personas más dependientes. 

En relación a las consecuencias que los recortes tienen sobre el trabajo de los enfermeros, Rocha sostiene que hay una "sobrecarga absoluta". "El personal está trabajando a destajo, con una presión muy fuerte e intentando paliar la falta de profesionales que hay ahora mismo en el sistema a costa de sus espaldas", señala. También Lozano critica esta sobrecarga en los auxiliares. "Los profesionales están agobiados. A la carga emocional de trabajar a un hospital hay que sumar la física", subraya. 

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